Nuestra incontestable historia
- José Ezpeleta
Escribo la presente abundando en la carta del señor Sánchez de Muniain de ayer. Yo también estuve viendo el final de la etapa de la vuelta ciclista España en Lecumberri, y me sorprendió mucho la multitud de banderas de la Comunidad autónoma vasca. Certifico que se debió a dos hechos, la multitud de guipuzcoanos que se acercaron a ver la etapa y, por otro lado, una mesa en la que regalaban dicha bandera. Otra es a lo que quiero referirme aquí. La citada era una bandera sobre fondo rojo con un carbunclo amarillo que últimamente se ve portada por elementos nacionalistas en mítines y actos públicos.
Pues bien, en este detalle se constata no solo que se quiera integrar nuestra Comunidad foral en otro ente, sino que ese proceso se haga a base de degradar y rebajar nuestra condición, omitiendo y renegando de nuestra incontestable historia, y vamos por partes.
Una vez desvelado que el águila negra no fue nunca bandera del Reino, simplemente el emblema de la familia materna, normanda, de Sancho el fuerte, cambian las cadenas por un carbunco, quizás queriendo olvidar la batalla de las Navas, donde luchó Sancho el fuerte junto a los reyes de Castilla y Aragón.
Además, omiten la esmeralda central, quizás para no “molestar” a la comunidad musulmana, pues según la tradición esa joya se trajo en señal de victoria. Y, lo peor, quitan la corona, entiendo que para terminar de construir su anhelada nación vasca y que así nuestra comunidad renuncie a su status, envidia de otras que nunca llegaron a ese grado de personalidad.
En fin, ellos van ganando batallas, en el gobierno y también en la calle, pero es lo que los navarros votan… RIP Navarra.