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120 aniversario

Álvaro y Javier Plano: Padre e hijo, unidos por servir al lector en Sangüesa

"Cuando salen noticias de la zona vendemos 20 diarios más", se escucha en librería plano, abierta en 1987

Ampliar A: Jesús Caso
F: 09.02.2023
P: Javier y Álvaro Plano
L: Sangüesa
T: 120º aniversario de Diario de Navarra. Vendedores de periódicos


Álvaro Plano Amátriain, de 40 años, y su padre, Javier Plano Domeño, de 71. La librería que lleva su apellido en Sangüesa data de 1987. La primera sede, atendida por  María Teresa Amátriain Olcoz hasta su jubilación hace año y medio, se localizó en el número 44 de la calle Mayor. Durante años, la familia regentó dos en la misma vía de la ciudad.
A: Jesús Caso F: 09.02.2023 P: Javier y Álvaro Plano L: Sangüesa T: 120º aniversario de Diario de Navarra. Vendedores de periódicos Álvaro Plano Amátriain, de 40 años, y su padre, Javier Plano Domeño, de 71. La librería que lleva su apellido en Sangüesa data de 1987. La primera sede, atendida por María Teresa Amátriain Olcoz hasta su jubilación hace año y medio, se localizó en el número 44 de la calle Mayor. Durante años, la familia regentó dos en la misma vía de la ciudad.JESÚS CASO
Actualizado el 18/03/2023 a las 08:12
Confiesa a sus 71 años de edad Javier Plano Domeño que si fuese por el “90 o 95% de los clientes” nunca se hubiese jubilado. “La relación del día a día”, que asegura la venta del periódico, mantiene viva la llama de la confianza y entreteje el hilo de la amistad. La actividad cotidiana, ampliada con un surtido variado de libros en la calle Mayor 75, anuda el entendimiento forjado en una localidad, que por historia y por sus gentes, posee categoría de ciudad. “En Sangüesa nos conocemos todos”.
Hace nueve años que Javier puso fin a su trayectoria profesional, iniciada en 1987, cuando su mujer, María Teresa Amátriain Olcoz, y él repararon en el traspaso de la librería del número 44 de la vía que es principal por ser mayor. Por efecto de la jubilación de los propietarios de la harinera donde trabajaba debió cambiar de oficio. Sin experiencia alguna en la comercialización de palabras impresas, en su doble formato de periódico y libro, marido y mujer fiaron su porvenir a la primera sede de la Librería Plano. Diversificaron su género y hasta pudieron habilitar un segundo punto de venta en el número 75 de la misma arteria urbana. Cuando hace año y medio, ella alcanzó el merecido descanso de la jubilación, el negocio acabó centralizándose en un renovado local de la misma dirección.
De tanta experiencia acumulada por un matrimonio entregado en cuerpo y alma a trasladar a la Merindad de Sangüesa las novedades locales y regionales, lógicamente también las reproducidas en Diario de Navarra, el benjamín de sus dos hijos, Álvaro, decidió seguir su ejemplo. De pequeño, su hermano, Daniel y él, acababan en la librería cuando descansaban de los juegos en la arcada del Ayuntamiento. Como dice, ha “visto y respirado el oficio. Quitando que es esclavo, es un negocio que gusta. La gente es muy agradecida”.
La sencillez y bondad en el trato con las personas, que es poder revitalizador ante la acechanza de la monotonía, son activos en el desempeño de su labor, invisible a una mirada superficial pero agradecida a los ojos de quien aprecia la cortesía en el comercio local. Álvaro, que estudió hasta tercero de LADE en la Universidad de Navarra, encuentra en su padre un espejo en el que mirarse para sumar a su cualidad de servicial y generoso el esfuerzo diario. “Mi padre ha sido de trabajar mucho”, observa.
Tres días son los de guardar en su agenda, como establece el calendario de prensa, que dicta Navidad, 1 de Enero y Sábado Santo fechas sin periódicos. No faltó a su puesto en el período de mayor restricción durante la pandemia por ser la prensa “artículo de primera necesidad”. Como en tantos otros lugares, en Librería Plano, el coronavirus alteró hábitos y horarios. De abrir por las tardes, su horario pasó desde entonces a concentrarse “de 7.30 a 14 horas, de lunes a domingo”. Por ser solícito a cualquier necesidad, no tiene reparo el vendedor de noticias en atender a cualquier persona fuera de horario. Una llamada a su móvil y ahí está para servir.
Aunque las ventas de papel no son lo que eran antes en la difusión de novedades, tiene su receta para reavivarlas en los pueblos. “La gente joven no lee los periódicos. De menos 30 años, casi no lee ni las noticias por redes sociales. Yo siempre pongo un ejemplo: Antes quedabas con un amigo para tomar un café y si uno de los dos llegaba tarde, el otro se ponía a leer el periódico. Hoy pasa lo mismo pero con el móvil. El periódico no puede competir con la inmediatez. Tiene que estar elaborado con más artículos de opinión y sobre todo, Diario de Navarra, como otros locales, enfocado a dar noticias locales. Cuando hay una noticia que mínimamente implica al pueblo o la zona, se venden 20 periódicos más”. Ahí es nada. Quien los vende da fe de ello
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