Primer paso de la deseada copia de Artaiz

Con toda seguridad, las pinturas murales de Artaiz no han estado ni tan iluminadas ni han sido tan fotografiadas como esta semana. Por descontado que no ocurrió nada de esto los nueve siglos que ocuparon el ábside de la iglesia parroquial, San Martín. Pero tampoco ha pasado en sesenta años expuestas en el Museo de Navarra, a donde se llevaron después de encontrarse tras el retablo mayor que se restauraba. También es verdad que ni la luz ni la cámara para la que han posado son las de un turista tomando fotos como recuerdo. Son, por motivos de trabajo, las de dos personas que se dedican a copiar la realidad, dos especialistas de Arsus Paper, la empresa barcelonesa que va a reproducir esa pintura mural con una técnica novedosa -que actúa como las calcomanías- para colocarla después en el lugar que ocupó la original: las fotografías se trasladan al ábside en un papel especial que primero se humedece y que después se retira, quedando en el muro la pintura que reproduce fielmente la original. El proyecto, con un importe de 30.902,82 euros, está financiado a través del Programa de Desarrollo Rural de Navarra 2014-2020, con aportaciones de Europa y del Gobierno foral gestionado por Cederna-Garalur. No es el primer trabajo con esta técnica de Arsus Paper, y confesaba uno de los especialistas desplazados el lunes a Pamplona, Julio Gómez, que ha llegado al románico “por experimentar las imágenes y trabajar con ellas”. Respecto de la pintura de Artaiz, le sorprendió que “el ornamento [auras, coronas, nimbos...] está trabajado en relieve”. “Además, en dorado, algo que no he visto en pintura medieval en España”, indicaba. Y añadía que era precisamente en el Museo de Navarra donde estaban observando bien la pintura mural que reproducirán, “ya que hay pocas publicaciones en las que se vea al detalle”. Y es que, apoyaba Violeta Romero, restauradora de la Sección de Bienes Muebles y Registro del Patrimonio de Príncipe de Viana, es más propio ver esos ornamentos en pintura sobre madera que en muro, como ocurre en Artaiz. Dedicada a la reproducción de obras de arte y restauración de pintura mural, “después de años de estudio y trabajo, y en colaboración con prestigiosos centros de investigación”, Arsus Paper ha desarrollado “un material único en el mundo” (está patentado en trece países). Se trata del Papelgel, el que funciona como una calcomanía: un material de aspecto muy similar a los papeles convencionales de calidad fotográfica que permite transferir imágenes fotográficas a objetos con volumen (sin limitación de tamaño, forma o textura), y, en el caso específico de las pinturas murales, sobre morteros de cal, sin necesidad de adhesivos intermedios que alterarían la necesaria permeabilidad del muro. Ya la utilizaron en las pinturas murales de Antonio Palomino, en la iglesia de los Santos Juanes de Valencia. REFERENCIAS DE COLOR Como una pintora con su paleta de colores y su pincel, Olga Méndez tomaba el lunes referencias de color que iba a necesitar su compañero cuando en el taller de Arsus Paper trabaje con las fotografías, vistas primero en el ordenador e impresas después. “Con la impresión, Julio debe tener una referencia al lado para saber qué color es, hasta ajustarlo”, explicaba la técnico. “Y como no nos van a dejar llevarnos una parte de las pinturas”, bromeaba, “sacamos unas acuarelas para tomar puntos de color y que Julio tenga después una muestra con la que estar comparando”. Él se encargaba de fotografiar la pintura mural, que, al no ser plana -está colocada sobre una pared que reproduce el ábside de San Martín de Artaiz, en forma de semicilindro-, le obligó a tomar varias para poder montarlas después. Se imprimirán luego en el material liso que es el Papelgel, que más adelante se adaptará para adherirlo a la forma del ábside de la iglesia. “Es imposible conseguir resolución y calidad con una sola fotografía, ni siquiera con tres o cuatro, así que lo que hacemos son fotogramas, cuantos más, mejor”. Y es que, en el caso del volumen, para asegurar la resolución, cuanto más pequeña sea la foto, más se evitará la deformación por esa forma curva y no plana del muro. Un trabajo posterior, el de ‘coser’ esos fotogramas unos con otros, que “será inmenso”, reconocía Gómez, pero necesario para la resolución y “para que la pintura tenga esa credibilidad, que cuando te acerques no notes que le falta calidad”. Además, con esos elementos dorados en relieve que habían sorprendido a Gómez, no es posible utilizar una única imagen a modo de póster, “ya que no se conseguiría el efecto que tiene esta superficie, esa orografía”. El lunes por la tarde los dos técnicos de Arsus Paper y la restauradora Violeta Romero -que estuvo con ellos en esa labor de fotografiado de las pinturas en el Museo- se reunieron en Artaiz con otros responsables de Príncipe de Viana, así como del Ayuntamiento de Unciti, del concejo de Artaiz, de Cederna-Garalur y de dos empresas que van a trabajar con la catalana (Javier Leache, de la constructora que preparará el soporte, el mortero de cal, para el Papelgel, y dos técnicos de Código Alfa Soluciones para el proyecto de iluminación). Se planteó, por ejemplo, si, aprovechando este trabajo, cabe la posibilidad de reintegrar las partes que faltan en la pintura mural original. “Lo que ocurre”, reflexionaba por la mañana Gómez, “es que, si fuera una sola imagen, sería como pegar un póster. Pero aquí, con lugares donde falta pintura, el acabado también exige que tenga un compromiso con lo que es, incluso con lo que había sido, y que no distorsione la visión del espacio que va a volver a ocupar. Porque muchas veces los montajes que se han hecho de pinturas que han sido arrancadas no coinciden precisamente con el sitio original. Eso necesita una corrección”. En la reunión de la tarde quedó zanjado el asunto de reintegrar o no las partes de la pintura que faltan. “El proyecto es de reproducción y restitución de las pinturas murales. No entra poder reintegrar porque sería una modificación del proyecto, así que lo que se va a hacer ahora es copiarlas y llevarlas a su ubicación original”, aclaraba Romero. Olga Méndez, tomando con acuarelas referencias de color. CALLEJA. GRIETAS COMO REFERENCIA En el trabajo de esta semana Arsus Paper se ha encontrado con una dificultad técnica: así como la pintura mural expuesta en el Museo de Navarra lo está sobre la superficie en forma de medio cilindro que reproduce el ábside de la iglesia de Artaiz, las pinturas renacentistas que representan motivos decorativos (que ocupaban la parte abovedada de la iglesia y que ahora están en el almacén del museo) “son fragmentos planos, y Arsus Paper las va a tener que pasar a la forma de la bóveda para que se puedan montar allí”. “Tal vez quienes las arrancaron entonces de la bóveda las manipularon para convertirlas en planas, y ahora Arsus Paper va a tener que hacer el trabajo a la inversa”, señalaba Romero. Aclarado que la pintura mural no se llevará en una sola imagen, van a aprovecharse los elementos de rotura, las grietas. Y, así, los técnicos de Arsus Paper tomaron el lunes medidas de la superficie. “Hay ciertas huellas en las pinturas murales que están reflejadas en el muro”, comentaba Romero. “En Artaiz se ven en el muro las dos grietas que están reproducidas en la pintura mural, que es por donde se rompió, y lo van a tomar como referencia, así como la ventana, la línea de imposta... Hay ciertos elementos del muro que sirven de referencia topográfica”. Luego ya quedará adherir todo eso a la pared. “En realidad es como una pegatina, aunque muy grande y sofisticada”, apuntaba Gómez sobre el Papelgel. “Tiene un momento rígido, que permite imprimir como un papel, y un momento elástico, que es cuando se adapta tanto a los volúmenes como a las irregularidades de la superficie”, concluía.

Primer paso de la deseada copia de Artaiz

La reproducción de la pintura mural de la iglesia sacada hace 60 años y expuesta en el Museo de Navarra se inició esta semana con la toma de multitud de fotogramas que se montarán después y se trasladarán en un papel especial al muro

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