Pamplona
El Archivo de Navarra dedica su microexposición al 4º centenario de la canonización de San Francisco Javier
La muestra expone los documentos relativos al llamado Pleito del Patronato, que derivaría en la declaración de San Francisco Javier y San Fermín como copatrones de Navarra

- Diario de Navarra
El Archivo Real y General de Navarra dedica su microexposición del mes de abril a exponer al público algunos de los documentos que conserva relacionados con la celebración del cuarto centenario de la canonización de San Francisco Javier, patrón de Navarra.
“En concreto, se exhibe el acta de la Diputación del Reino de juramento al santo como patrón de Navarra”, explican desde el Archivo Real y General de Navarra. Además, se exhiben documentos "sobre el pleito que se entabló entre la Diputación y la ciudad de Pamplona, sobre el patronato de San Francisco Javier y San Fermín”, recuerdan.
A estos se suman el edicto con la declaración de ambos como copatronos de Navarra y documentos y fotografías sobre la celebración del tercer centenario de la canonización que tuvo lugar en el año 1922.
La microexposición “IV Centenario de la canonización de San Francisco Javier (1622)” es una muestra de pequeño formato, de acceso libre y gratuito, que permanecerá abierta en la galería baja del Archivo de Navarra todos los días del mes de abril de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas.
CANONIZACIÓN DE SAN FRANCISCO JAVIER
En 1622 la Iglesia Católica completó el proceso por el que Francisco de Jaso y Azpilicueta fue declarado santo y elevado a los altares como San Francisco Javier. Esta canonización intensificó la devoción por el nuevo santo, así como la propia identificación de Navarra con esta figura hasta el punto ser declarado copatrón de Navarra.
En 1619, y como paso previo a la canonización, el papa Pablo V había declarado beato a Francisco de Javier. Este acto, unido al creciente prestigio de la actividad misionera que el religioso había llevado a cabo en Asia, así como el afianzamiento de la propia Compañía de Jesús –la orden que Francisco de Javier había contribuido a fundar–, llevó a la Diputación del Reino de Navarra a iniciar gestiones para declararle patrón de Navarra.
De este modo, en 1622, producida la canonización, la Diputación procedió a jurar como patrón a San Francisco Javier, juramento que sería ratificado por las Cortes en 1624. “La microexposición se abre precisamente con el acta del juramento que la Diputación hizo del santo de Javier como patrón de Navarra”, comentan desde el Archivo.
PLEITO DEL PATRONATO
Sin embargo, esta decisión de las autoridades del Reino de declarar patrón a San Francisco Javier “provocó un enorme conflicto con la ciudad de Pamplona, que esgrimió la mayor antigüedad y derecho de San Fermín para ser considerado el patrón de Navarra, en virtud de haber sido, según la tradición, uno de los responsables de la cristianización del territorio navarro en tiempos imperiales romanos”, exponen los responsables de la exposición.
A este fin, las autoridades pamplonesas entablaron en los tribunales eclesiásticos de Roma un litigio judicial contra las autoridades del reino, el llamado Pleito del patronato.
En el transcurso del conflicto, Pamplona y la Diputación intentaron atraer para sí al mayor número de adhesiones. De esta forma, “localidades como Tudela, Sangüesa, Tafalla, Corella o Fustiñana se adhirieron a la postura “javierista” de la Diputación, mientras que otras como Burlada, Artajona u Olite apoyaron la opción “ferminista” abanderada por la ciudad de Pamplona”, aclaran.
“El grado de enconamiento del conflicto llegó a tal punto que finalmente el duque de Escalona, virrey de Navarra, se vio obligado a intervenir para convencer a las dos partes de llegar a una solución de compromiso”. Este acuerdo entre las partes “sería finalmente validado por el papa Alejandro VII mediante un breve, es decir, mediante una disposición papal, de 1657, que declaró tanto a San Fermín como a San Francisco Javier copatrones de Navarra por igual”.
Finalizado el pleito, los siglos siguientes verían un incremento paulatino de la devoción por San Francisco Javier, así como de la vinculación en el imaginario colectivo del santo con Navarra. De ello son buena muestra la magnitud de los actos que se llevaron a cabo en 1922, con motivo del III centenario de la canonización del santo, entre los que se incluyó una peregrinación oficial al Castillo de Javier que, ya en la segunda mitad del siglo XX, daría origen a las anuales “javieradas”.
La microexposición se cierra con una selección de los documentos y fotografías relativas a los actos de celebración de aquel tercer centenario de la canonización.
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