Música
El tifón Robbie Williams entra en España por Barcelona y monta el espectáculo
Frente a las 18.000 personas que abarrotaron el Palau Sant Jordi, desplegó todas sus dotes de encantador de serpientes

Publicado el 25/03/2023 a las 15:29
Robbie Williams está a punto de cumplir 50 años, pero no parece que vaya a tener ninguna crisis de madurez, más bien se diría que está en el mejor momento de su vida y que lo quiere celebrar por todo lo alto, tal como ha hecho este viernes en el Palau Sant Jordi de Barcelona, en la primera parada en España de la gira "XXV Tour 2023".
Frente a las 18.000 personas que abarrotaron el recinto, que este sábado se volverá a llenar en la segunda fecha en Barcelona, Williams desplegó todas sus dotes de encantador de serpientes: hizo bromas, contó historias, se rio de sí mismo, bailó, se abrazó a su público y repasó algunos de los grandes éxitos de sus trayectoria en solitario, que no son pocos.
Una carrera que este año cumple su 25 aniversario, un número redondo que ha servido de excusa a este gran 'showman' para vestirse de lentejuelas doradas y salir por el mundo a hacer lo que mejor sabe hacer: montar el espectáculo.
Tras recorrer media Europa, el artista británico apareció sobre el escenario del Sant Jordi como un huracán, corriendo de lado a lado de la pasarela situada en el centro de la pista para facilitar el contacto de Williams con los suyos.
Robbie saltó al ruedo con toda artillería -diez músicos, seis bailarinas y tres cantantes-, y el público empezó a bailar desde los primeros acordes de 'Hey wow yeah yeah', a la que siguió 'Let me entertain you', toda una declaración de intenciones.
"Estoy intentando entreteneros desde los años 90", dijó con una sonrisa Williams, que planteó el concierto como un repaso de su carrera y de su evolución personal durante este cuarto de siglo.
"Tengo dos tipos de canciones: las que soy maravilloso y las que estoy fatal y tremendamente deprimido, y la que voy a cantar ahora está en el segundo grupo", ironizó antes de interpretar 'Strong'.
Minutos antes había explotado su lado gamberro y, entre sus energéticas interpretaciones de 'Land of a thousand dances' y 'Monsoon', había bromeado sobre su pene y su culo, y había aprendido a decir en español sexo y drogas.
Uno de los momentos más divertidos de la noche fue cuando comentó el vídeo de su época de miembro de la boy band Take That que se proyectó en la pantalla.
Después se metió al público más al fondo del bolsillo, porque dentro ya estaba, cuando recordó qué pasaba en aquellos años por el mundo, concretamente en Barcelona, donde el Barça vivía una de sus épocas doradas.
Introdujo 'Eternity' hablando de sus adiciones y de como las superó con la ayuda de la Spice Girl Geri Halliwell, y 'Love my life' le sirvió para declarar que ahora es más feliz que nunca gracias a su mujer y sus hijos.
Después de todas estas confesiones, que repite en cada concierto pero que siempre suenan terriblemente sinceras, regaló a su publico 'Feel', 'Kids' y 'Rock dj', antes de desaparecer durante unos minutos, para reaparecer enseguida, muy predispuesto para la tanda de bises.
'Angels' fue la última canción de un concierto que no perdió el ritmo ni un segundo, a pesar de las muchas veces que la música se detuvo para que Williams se interrelacionara con el publico, y que dejó un muy buen sabor de boca en los presentes.
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