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Conciertos

Sabina, de nuevo un rapsoda de la nostalgia en el Navarra Arena

El cantante volvió a llenar en su segunda actuación en Pamplona este domingo 17 de septiembre

Actualizado el 17/09/2023 a las 22:52
Nadie se rajó, ni por ser domingo a la tarde noche, ni por una predicción de tiempo loco como para salir bañados en cortinas de agua, para acudir al segundo lleno de Sabina en el Arena, en un concierto que comenzó a las 20.39 horas.
El rapsoda de Jaén no solo aprovechó para declamar alguna letra de sus canciones que siguen sonando cual poemas redondos que ironizan sobre esta vida a veces tan injusta con los personajes anónimos o sobre sus propias vivencias, triunfos y resbalones. O para lanzar jugosas intervenciones de su apego a Pamplona. Comenzó haciendo canciones más recientes pero con una intención más que nostálgica. Porque aunque sigue encima de los escenarios, su sonrisa canalla y sabinera que acompaña a su resquebrajada voz, nos dicta entre líneas una despedida.
Eran 'Cuando era más joven' o 'Sintiéndolo mucho' su declaración de principios de filosofía vital que ahora recuerda a los que se le han ido pero no por la pérdida sino por todo lo que dejaron en vida.
Amparado por un buen sonido que remontaba su voz por encima de la mezcla instrumental y por una iluminación espectacular muy bien ampliada en una gigantesca pantalla trasera con otras dos laterales al uso. Y la banda remozada, no aquella Viceversa de sus primeros tiempos de la que solo queda Antonio García de Diego, le fueron llevando en volandas.
Estructuró el concierto en dos bloques para darse un descanso en el que descansará su voz y pudiera cambiase de atuendo. Momento que aprovecharon su excelente vocalista Mara Barros para adueñarse del escenario con su Yo quiero ser una chica Almodóvar y posteriormente su fiel escudero y multinstrumentista Antonio García de Diego interpretó La canción más hermosa del mundo que terminó rematando el propio Sabina.
Un buen preámbulo que demostraba el talento de esta banda remozada y poderosa y que dio paso al segundo bloque nostálgico/romántico lleno de detalles vocales e instrumentales que sirvió para demostrar las virtudes de un concierto que estaba siendo muy bien sonorizado. Así, y en pequeña compañía, Sabina interpretó Tan joven y tan viejo (acompañado a guitarra y voz por Borja Montenegro y Antonio García de Diego). Después se hizo mas fuerte interpretando la cariñosa A la orilla de la chimenea y la muy emocionante Una canción para la Magdalena, seguramente una de las mejores que retratan su universo canalla y vividor que a tantos siempre gustó y embelesó.
El clímax emocional elevó su in crescendo con 19 días y 500 noches y se hizo tremendo con Peces de ciudad. Con Mara se lanzó a la piscina de la copla con Y sin embargo te quiero que fue una exhibición vocal de la poderosa cantante. Y el final feliz antes de los bises llegó con Princesa con un envoltorio muy rockero y que hizo bailar a toda la concurrencia.
Los bises se fueron haciendo fiesta después de la rockera El caso de la rubia platino que protagonizó vocalmente Jaime Asúa, y fueron desfilando Contigo, Noches de boda rematada con Y nos dieron las diez...
Era lo que se esperaba y se cumplió en un coro único e incondicional de todo el respetable. Hubo aún dos mas, pero el honor y la gloria se habían adueñado de un recital feliz, de gran sonido y mejores momentazos... Ojalá no sea la última cita sabinera. 
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