OSASUNA
45 minutos para soñar
- javier iborra. pamplona
Osasuna saltó a La Rosaleda sin navarros en el once incial y pareció empeñado en desterrar todos los tópicos que le rodean y que el técnico del Málaga, Bernd Schuster, se había encargado de recordar en los días previos, dejando claro que sus informes huelen a alcanfor.
Ni pelotazos ni fútbol directo, los de Javi Gracia demostraron este viernes que saben tocar el balón en una primera parte que invita a soñar y en la que no sentenciaron el choque porque en la portería rival se encontraba un acertadísimo Willy Caballero.
Su buen fútbol sí le sirvió a Osasuna para irse al descanso con un gol de ventaja, marcado por Oriol Riera. Un tanto que puso algo de justicia en el electrónico, pero que dejó demasiado vivo al Málaga.
Schuster movió piezas en el parón y, sobre todo, consiguió que su equipo mordiera algo más en la segunda parte. Osasuna, entonces, perdió metros en el campo y también claridad a la hora de sacar el balón jugado.
En ese tramo del choque, Loties y Silva se enredaron en varias ocasiones, pensando quizá que el Málaga era el mismo que en el primer acto miraba con pasividad las combinaciones rojillas, y Osasuna sufrió para mantener su renta.
Entonces hicieron aparición en el terreno de juego Puñal y Oier, dos navarros, dos capitanes (de inicio jugó con el brazalete Damiá), para con más rasmia que fútbol aguantar el 0-1. Y lo consiguieron.
Para mantenerse en la máxima categoría, seguramente Osasuna necesitará no perder su carácter prototípico, pero con Javi Gracia en el banquillo parece que el equipo está empezando a sumar algo más: un buen trato del balón que le puede llevar a jugar de tú a tú a la gran mayoría de rivales en Primera División y que para la afición es un soplo de aire fresco que, a diferencia de lo ocurrido contra el Levante, esta vez sí ilusiona de verdad ya que ha venido acompañado de tres puntos de oro.
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