Lo deja. Ha llegado el difícil momento de decir adiós. La capitana de
Osasuna, Mai Garde Echalecu (Pamplona, 26-10-87), ha anunciado en la tarde de este martes día 3 de mayo que
se retira como futbolista. No del fútbol, ya que sigue ligada al club de su corazón como coordinadora de la escuela de Tajonar, donde las niñas que ahora quieren ser como ella se forman a diario, sino del césped, ése que ha pisado desde que era una cría de 8 años.
En un emotivo vídeo compartido por el club en redes sociales, la central ha desvelado que no continúa ejerciendo de futbolista tras 26 años de carrera, 7 de ellos en Osasuna. Ha sido rojilla en dos etapas, cuando el fútbol jugado por mujeres molestaba en el club, entre 2009 y 2011, y cuando se empezaron a dar cuenta de que existían y decidieron resucitar la sección, desde 2017 hasta ahora.
La defensa navarra se despedirá en rueda de prensa en la tarde de este miércoles, a las 17:00, en el estadio de El Sadar.
La vida de Mai, posiblemente la futbolista navarra más popular, por su larga trayectoria y su vinculación a Osasuna en los años de mayor repercusión del fútbol femenino, era una locura entre su trabajo como socorrista, los entrenamientos y partidos y su cometido en Tajonar como coordinadora de la cantera femenina. Además, era solicitada en un sinfín de charlas, entrevistas o actos. Ahora quiere centrarse, una vez que finalice la temporada, en vivir el fútbol de otra manera, sin el estrés de la competición pero con la responsabilidad de mejorar, desde dentro, el peso de la sección en el club.
Mai (no le gusta que le llamen Maite) Garde dice adiós y quizá es una sorpresa para la afición, pero ella lo tenía claro hace tiempo y había tomado la decisión hace meses. Sabía que quería aportar de otra forma, y se sentía satisfecha de lo conseguido con las botas puestas durante todos estos años. Feliz por haber empezado en la miseria futbolística, tener que cambiarse al fútbol sala -etapa que recuerda con gran cariño- y haber terminado como capitana del equipo de su corazón.
Asidua a El Sadar desde niña, lo seguía siendo aún ahora, siempre que el partido de su equipo y el de los chicos no coincidiera. Una rojilla de verdad, a la que le emociona hablar de sus colores y a la que le encanta transmitirlos. Una capitana gigante que acoge a las que llegan, que da la cara ante los que no lo ponen fácil y que ha dejado una huella imborrable.
“Yo me considero la voz de las que no la han tenido. Yo me estoy llevando la parte bonita del fútbol, el premio, que te reconozcan, que tengan tu nombre en una camiseta, pero lo hago por las que no tuvieron voz, las que les prohibieron jugar al fútbol en casa, las que se retiraron con 20 años... Quiero ser la que no se olvide de ellas, porque yo estoy aquí gracias a que hubo unas que lo pasaron mal. Me siento una privilegiada, aunque no viva de ello”, afirmaba Mai en una entrevista con este periódico en noviembre, tras ser premiada como mejor jugadora del grupo Norte de Reto Iberdrola por Golsmedia en colaboración con la Federación Española de Fútbol.
Ya entonces dejaba caer que su retirada no estaba lejana y que quería dedicarse a su faceta de coordinadora en cuerpo y alma.
Así respondía cuando se le decía que colgar las botas estaba lejos: “No tanto, tengo 34 años. Quiero ayudar al fútbol femenino en Osasuna. Es mi pasión. Este puesto me encanta porque me hace estar cerca de las niñas, enseñarles lo que sé, que valoren lo que se ha conseguido, que no pierdan el norte. Verles crecer futbolísticamente, que esté una niña en tecnificación y que suba al B. Eso en Osasuna no ha pasado nunca. Ahora sí se está haciendo bien y ahí están los resultados: Vilariño, Larumbe, Azpiazu, Karol... Osasuna tiene que ser así, vivir de la cantera tanto en chicas como en chicos. Tres o cuatro vendrán fuera si no puedes sacarlo de casa, pero estoy encantada viendo el crecimiento de las niñas”.
La futbolista navarra ha sido afortunada con las lesiones, y por eso ha ido aplazando su decisión, porque físicamente estaba a tope cada fin de temporada. Pero, curiosamente, cuando ya tenía claro que iba a despedirse, se lesionó en la fascia plantar hace un par de meses. Será difícil que tenga minutos ya esta temporada por este motivo.
“Sé que a mí el fútbol como jugadora no me va a dar de comer y tengo que pensar en el futuro. Cuando se acerque el fin de temporada, haré balance y decidiré si sigo o no, pero eso lo llevo haciendo un par de años. Y el día que lo deje lo haré con naturalidad. Me dará pena, pero feliz de lo que he hecho. Creo que mi rol puede ser mayor fuera que dentro, porque me quedan muchas cosas para ayudar a Osasuna”, añadía en noviembre.
Y así ha sido. Mai lo deja
después de haber cumplido muchos sueños, entre ellos jugar en El Sadar. Seguramente, los no iniciados en Osasuna Femenino
la recordarán más por aquel vídeo viral en el que su padre, José Luis, recibía el día de su cumpleaños, la camiseta con el nombre de su hija en la espalda. Su padre, incansable seguidor, la luce ahora en cada partido. Pero ya no es el único, porque gracias a Mai Garde cada vez hay más niñas que quieren ser futbolistas.
La capitana rojilla ha vivido dos ascensos, en 2009-10 a Segunda y en 2018-19 a Reto Iberdrola. El 28 de mayo podría despedirse con el ascenso más soñado, a Primera Iberdrola.
TRAYECTORIA
1995 - 1997: Burladés CF
1997 - 2007: CD Amaya
2007 - 2008: Lodosa CF
2008 - 2009: Mariño CF
2009 - 2011: Osasuna
2011 - 2012: Lagunak
2012 - 2014: Orvina FS
2014 - 2017: UDC Txantrea
2017 -2022: CA Osasuna Fundación
Una niña a la que no le pudieron quitar la ilusión
Mai Garde ha estado siempre apoyada por su familia, sus padres y sus dos hermanas, en su sueño de jugar al fútbol. Empezó a los 8 años en el Burladés y después pasó una década en el Amaya. Tras militar en el Lodosa, se marchó a Galicia para jugar en el Mariño. Fue el preámbulo de su primera etapa en Osasuna, de triste recuerdo, con el total olvido de la directiva presidida por Patxi Izco. Pero no le robaron la ilusión. Se marchó al Lagunak, para jugar en Primera, y después tuvo un tránsito por el fútbol sala, en Orvina y Txantrea, equipo con el que consiguió el ascenso. Por fin, en 2017, cumplió su sueño de estar en Osasuna con un proyecto de verdad.
LA DESPEDIDA
Porque fueron, hemos sido, porque hemos sido, serán
Todo empezó con una pelota en los pies y una pasión que me ha acompañado todos estos años. Todavía recuerdo mis primeras patadas a un balón, mis primeros entrenamientos, mis primeros partidos. Los años fueron pasando, yo fui creciendo, y también fue creciendo en mí esa locura llamada fútbol. He cumplido el sueño de defender la camiseta del equipo de mi vida, de haber llevado el brazalete de capitana con el honor y el orgullo que sólo la gente que siente este escudo puede comprender. Y he tenido el privilegio de jugar en el mejor estadio del mundo. He visto nacer a nuestro equipo, lo he visto crecer y lo he visto luchar y lograr ascensos hasta quedarnos al borde de la primera categoría, llenando de orgullo a toda una ciudad. Todo comenzó con el sueño de una niña que quería jugar en Osasuna y ahora me toca deciros adiós. Sólo puedo dar las gracias a las que fueron, porque por ellas hemos sido y por nosotras serán.
Mai Garde