Lo que vino después de una grave lesión

Cuando era jovencita se puso una meta y la compartió con una de sus amigas. “Yo voy a ir a Londres, voy a ir a los Juegos de Londres. Esa es mi meta, ese es mi sueño, a ver si lo consigo. Y ella me contestó que ojalá. Creo que se acordará de aquella frase. No llegó en Londres”, cuenta Naiara Egozkue, pero sí ha llegado en Río de Janeiro. La extremo de Villava, a sus 32 años, va a disfrutar de sus primeros Juegos. De Londres a Río o mejor de Río a Londres, Egozkue repasa lo qué le ha sucedido en los últimos cuatro años. “Cuando me fui a Alemania, el primer año, hace cuatro, no solía participar en la selección. Esa temporada, en la concentración de octubre, me llamó el seleccionador, Jorge Dueñas, para interesarse por mí, quería saber si estaba jugando. Me llamó a ver si estaba lesionada”, relata. Y es que los primeros meses de su debut en una liga extranjera resultaron complicados para la navarra. “En mi primera temporada en Alemania tuve muy mala suerte. Sufrí una rotura parcial del tendón de Aquiles. Ese primer año no entré en la selección, pero sí lo hice al siguiente. En la concentración de junio. En ella preparamos el Mundial de Serbia. Fue mi primer Mundial, mi primera experiencia en un campeonato importante con la selección. No nos salió muy bien. No tuvimos mucha suerte y nos mandaron para casa. Pero bueno, yo estaba contentísima por vivir todas esas cosas”, dice. BALÓN DE RECUERDO Pese a ello, Naiara Egozkue siempre ha mantenido la esperanza de que el seleccionador le llamara de nuevo. “Poco a poco el seleccionador ha ido contando conmigo y desde ese Mundial, competimos en el Europeo de Hungría. Para mí fue una experiencia flipante, logramos la medalla de plata y me llevé el balón de recuerdo (el que se puede ver en la imagen). Y después he participado en este Mundial, que hemos vivido y que para mí volvió a ser muy bonito”, señala. Pese a convertirse en una de las jugadoras fijas en las últimas convocatorias de la selección, ella dice que no se acostumbra. “Igual hay gente que lleva muchos años y lo ve de otra manera. A mí la experiencia con la selección me ha llegado tarde. Siempre he tenido ganas de estar con la selección”, destaca. La extremo izquierdo navarra entró en la convocatoria de la selección después de haber superado una importante lesión. “La convivencia con las lesiones es complicada. Pasas por una racha muy mala. Tienes que ser mentalmente muy fuerte para no bajar. Porque depende de qué lesiones prácticamente no puedes hacer nada. La última que tuve fue rotura de la base del quinto meta del pie. Con la parte inferior del cuerpo no podía hacer nada de ejercicio. Preguntaba a ver si podía anadar en bici, nadar, algo, y no podía. Te sientes inútil, porque tienes que estar mucho tiempo parada, aunque puedes hacer algún ejercicio de brazos, es complicado. Te sientes fuera del equipo porque al final no estás entrenando con la gente. No estás viviendo eso. Los fines de semana ni te cuento. Los partidos verlos desde la grada es horrible, a mí se me hace horrible. La lesión que tuve en Alemania se me hizo bastante dura. Acababa de llegar, no me había dado tiempo a entrenar con ellas en pista, a demostrarles que tipo de jugadora era yo. No entendía nada del idioma. Fue un poco duro”, indica. Jorge Dueñas ha sido el seleccionador que le buscó y sigue confiando en ella. “El seleccionador lleva muchos años con este bloque. Ha ido cambiando algunas jugadoras. Ahora mismo estamos algunas nuevas, otras jovencitas... En el grupo estamos muy a gusto. Estamos muy a gusto con él. Las cosas están saliendo. Los resultados son evidentes. Con Jorge, tengo una relación muy buena, muy normal”. Y en el cuerpo técnico cuenta con el apoyo de un conocido. “La primera vez que me convocaron con la selección y sabía que iba a estar Manu (segundo de Dueñas, con el que coincidió en el Itxako y en el Guardés) me dio una tranquilidad decir que estaba allí. Había entrado hace poco, como yo, y pensé que podía echarme una mano”, cuenta. Destaca que sean dos las navarras en la selección. “Está muy bien. Nerea está pletórica. Yo me alegro mucho porque fue una pena que a las de Londres no pudiese ir por la lesión de rodilla”. Egozkue y Pena son las sucesoras de Andrea Barnó, bronce en Londres. “Andrea es mucha Andrea. Me acuerdo mucho de ella. Es mi referente. Ha sido una jugadora que con muchísimo trabajo y todos los días al pie del cañón ha conseguido lo que ha conseguido. Además, ella, como yo, también llegó tarde a la selección e hizo cosas muy bonitas. Le dio tiempo. Sigo esa estela”.

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