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Pelota

Un estruendoso adiós

Familiares, amigos e incondicionales del Labrit rindieron un sonoro homenaje a Aimar

Actualizado el 24/10/2021 a las 09:10
Quizás Aimar Olaizola no recuerde el día exacto que pisó por primera vez el frontón Labrit en compañía de su padre Andrés, pero sin duda no olvidará el último. Nadie quiso perderse el adiós al mito. Pelotazales de toda la vida y aficionados esporádicos de distintos rincones colmaron las gradas y los pasillos de La Bombonera como en una de las grandes tardes en el epicentro de la pelota navarra. Lleno hasta la bandera.
Entre las localidades se entremezclaron personas que reconocían haber intentado adquirir una entrada anticipada el mismo día que Olaizola II anunció su retirada; muchos otros contaban cómo decidieron hace un mes y medio comprar por internet un billete y cancelar sus planes para el día de ayer y otros tantos que a última hora removieron cielo y tierra para conseguir una butaca disponible. Ninguno quiso dejar escapar la oportunidad de estar cerca del campeonísimo de Goizueta.
“Esta es la despedida con mayúsculas”, aseguraba el televisivo periodista Josetxo Lizartza. “Es el adiós de la afición navarra a un fenómeno, a uno de los grandes pelotaris de la historia que nos ha hecho pasar unas tardes magníficas”, apuntaba el leitzarra que acudió al frontón acompañado de sus dos hijos y un amigo. “Aimar ha demostrado una entrega al oficio que es ejemplar para todos los pelotaris que vienen por detrás. Es el más profesional que he conocido junto a Julián Retegi, cuidadosos hasta el último detalle”.
Hubo quienes se desgañitaron coreando el nombre de Aimar, quienes permanecieron de pie durante todo el partido y quienes no dejaron de aplaudir cada tanto. No hubo tregua en un Labrit salpicado de camisetas con el dorsal de Olaizola II, unas pocas azules, la mayoría coloradas, e incluso alguna autografiada. Todos ellos rindieron un sentido y sonoro homenaje.
Al Labrit se acercaron algunos compañeros de la plantilla de Baiko, como Andoni Aretxabaleta, pero también excolegas de profesión como Arturo Arbizu, delantero de Asegarce entre el año 2000 y 2007. “Tengo la suerte de poder decir que jugué un par de veces contra Aimar y ganarle en una de ellas. Jugué junto a Patxi Ruiz contra Olaizola II-Begino, precisamente en el Labrit”, recuerda el de Vidángoz, hoy seleccionador de los manistas navarros sub-22 y sénior.
LA CÁTEDRA FIEL
No habrá en el mundo de la pelota quien haya visto tantos partidos de Olaizola II como Patxi Apezetxea, de 93 años, y Antton Eskudero, de 74 años. Los dos vecinos de Goizueta, admiradores número uno de Aimar, no faltaron a su cita en el Labrit apenados por la retirada de quien consideran “una figura sobresaliente” en los últimos 23 años.
“Nos da una pena increíble, será muy difícil volver a ver a un pelotari del pueblo como Aimar. No he conocido a nadie como él en todos mis años yendo al frontón,” afirmaba Patxi, quien seguirá asistiendo a los frontones de Pamplona, Eibar y Tolosa pese a la ausencia en la programación del becadero de Goizueta. Desde ayer ya tiene en su poder dos entradas para la semifinal del Cuatro y Medio que acogerá el Labrit el próximo sábado. Los dos buenos amigos todavía recuerdan la brecha que Aimar se abrió en la cabeza el 22 de mayo de 1999 en Sunbilla.
No muy lejos de ellos, en primera fila, muy cerca de la entrada a vestuarios, se ubicaba Alfonso Argandoña, de 85 años. Uno de los fijos del Labrit desde los 14 años. “Olaizola II me llamó la atención desde crío y ahora que se ha retirado puedo decir que no me ha defraudado como pelotari”, aseveraba a la salida del frontón, “Siempre ha destacado por su buena conducta en la cancha y el respeto hacia el público. Ha sido un gran pelotari, muy humano y un caballero fuera del frontón. Se merecía una despedida como esta”. El mejor escenario para el mejor pelotari.
LOS QUINTOS DE AIMAR
Aimar se preparaba para efectuar su último saque cuando el reloj del Labrit señaló las 19:28 horas. Fue entonces cuando el patio de butacas se puso en pie, con el teléfono móvil en ristre para inmortalizar el momento, y al grito de “¡Aimar, Aimar, Aimar Olaizola!”. En las localidades próximas al rebote, un grupo de madres y padres aupaban a sus hijos en brazos o a hombros. Una pequeña delegación de unas veinte personas, entre niños y adultos, quintos del delantero de Baiko. Compañeros de pupitre de Aimar hasta octavo de EGB y fanáticos seguidores de la carrera del pelotari navarro.
Ellos tendrán el privilegio de estar presentes el 13 de noviembre en el frontón de la ikastola de Goizueta después de que Aimar reservara para ellos algunas invitaciones. “Un gran detalle que no esperábamos”, comentaban ayer. Ocuparan una de las cerca de 700 localidades que el ayuntamiento de la localidad ha habilitado en las gradas y las sillas que se desplegarán en la contracancha.
Los preparativos para ese día se llevan con discreción, son ‘top secret’, según remarcó ayer Igor Elizegi, presidente del club Umore Ona, que presenció el festival desde el palco del Labrit. La entidad, que cuenta actualmente con 32 manistas y 21 pelotaris más en la sección de pala, podrá disfrutar a partir de ahora de un frontón, hasta ahora blanco, que se pintará de color verde por exigencias de la televisión.
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