Opinión
Retirarse a los 26 años

Actualizado el 21/02/2023 a las 19:33
Los cimientos de la pelota profesional se han movido este mediodía al conocerse que Iker Iribarria anunciará el miércoles por la mañana su retirada de la pelota. Irribarria tiene 26 años, debutó con apenas 19 (en marzo de 2015), ha sido dos veces campeón manomanista -es el campeón más joven de la historia de la modalidad- y una del Parejas y su retirada resulta, cuando menos, sorprendente.
Será el propio Irribarria el que detalle los motivos de su adiós tan precipitado de la pelota profesional, y si hay una motivación física / psicológica detrás. Hay que recordar que Irribarria fue operado en 2021 de una lesión rótula bipartita, que le tuvo más de medio año en el dique seco. Y que el pelotari en más de una ocasión ha dicho que lo ha pasado mal en el aspecto psicológico por toda la carga de presión que conlleva ser el número uno.
La decisión de Irribarria, íntima, personal y respetable a todas luces -faltaría más- tiene una lectura más profunda y una enseñanza implícita. Sea por un problema físico, psicológico o por un compendio de todo (será el quien lo explique) los deportistas de elite son por encima de todo seres humanos. Hombres y mujeres de carne y hueso, con sus grandes virtudes y dotes físicos y técnicos, pero personas a fin de cuentas. Imperfectos, con sus defectos, y a los que no se les puede ni debe exigir más de lo que son y pueden dar porque también tienen un límite y a los que no se les debe pedir una perfección utópica ni ser modelos de nada. Simplemente por su condición humana como usted y como yo.
Por eso, ante una retirada de un deportista a los 26 años lo único que se puede hacer es mostrar respeto y agradecimiento por el espectáculo dado, y el deseo de rehacer una vida con el mayor de los éxitos. Lo demás, está de sobra
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