Coronavirus
El límite horario da la puntilla a los cotillones en Navarra
La anulación de reservas empezó con las comidas de empresa de Navidad y siguió antes de las restricciones

Publicado el 31/12/2021 a las 06:00
El cierre decretado a la una de la madrugada esta Nochevieja ha herido de muerte a los cotillones, aunque ya en la mayoría de restaurantes y hoteles la caída de reservas hacía peligrar su celebración. Y es que el medio al contagio al covid, y más con Navarra convertida en una de las comunidades autónomas con más casos, hizo a la gente anular las reservas, no sólo en las comidas y cenas de empresa de Navidad del 17 y 18 de diciembre, también las de Nochevieja aún antes de conocerse las restricciones.
Uno de los cotillones clásicos en Pamplona, el del Hotel Tres Reyes, se ha suspendido. No habrá baile ni barra libre tras la cena porque, indican desde el hotel, no tiene mucho sentido una celebración de una hora como máximo tras las campanadas. Sí mantiene la cena para 50 comensales mientras que otras 20 reservas se han anulado. Y señalan que en esta decisión de no acudir les han apuntado tanto el miedo al contagio como el que no hubiera cotillón. Una fiesta a la que el Hotel NH Iruña Park renuncia por segundo año consecutivo tras haber organizado por primera vez esta entrada al nuevo año en 2019.
En Hotel Alma de Pamplona nunca han hecho cotillón pero sí una cena especial de Nochevieja con aforo para 20 personas que se cubrían casi de inmediato. Y es que, además del servicio de restaurante había la posibilidad de disfrutar una noche de alojamiento. “Pero la gente de fuera ha renunciado, les da miedo venir a Navarra por los contagios. Aunque, por suerte, hemos contrarrestado con personas de Pamplona que sí se animan a una cena especial”. De momento, tienen 13 plazas cubiertas.
En Hotel Castillo de Gorraiz, que también había convertido su fiesta de final de año en otra de las citas importantes de Pamplona y la cuenca. Su director Gorka Berraondo indica que se mantendrá la cena con la música hasta el cierre de la una de la madrugada. “Eso ha hecho que los de Pamplona se hayan mantenido pero los de fuera sí se están borrando. Hay mucha gente que quiere el paquete completo”. Por eso han pasado de 160 a 120 comensales. Y lo peor, que apenas ha habido tiempo para reaccionar. “El año pasado, como ya lo sabíamos con tiempo, no se contrató nada. Pero esta vez nos avisan con pocos días de antelación cuando ya habíamos hecho las gestiones para organizar este tipo de fiestas. Sí, la pandemia es muy dura pero para nuestro sector también”.
TAMPOCO EN SOCIEDADES
Los cotillones no son una fiesta exclusiva de hoteles o restaurantes, también sociedad deportivas como San Juan o Anaitasuna los organizaban para sus socios. En San Juan había apuntadas 160 personas para cenar y, tras las campanadas, disfrutar de la música de un DJ. Pero el ritmo de anulaciones, que hizo descender las reservas a menos de cien, provocó finalmente la suspensión de todo. En Anaitasuna dicen que ni tan siquiera dieron a sus socios la oportunidad de apuntarse. A la vista de cómo subían las contagios en Navarra decidieron anularla.
En Tierra Estella, uno de los cotillones clásicos es el de Venta Larrión, ubicado en la localidad que da nombre a este restaurante que ha llegado a acoger a medio millar de personas en la celebración de Nochevieja. “Ahora teníamos unas 300 porque mucha gente está con miedo”. El anuncio de las restricciones hizo que este martes el teléfono no dejara de sonar. “Nos mantenemos un poco a la espera a ver lo que nos dicen los clientes, si tenemos una bajada muy grande de reservas para suspender o no la cena”, indicaban desde el establecimiento.
En la Ribera, Hotel Villa Castejón gracias a sus amplias instalaciones era otro de los lugares de cotillones. Y como en Tierra Estella, incluso dobles porque se celebran tanto en Nochevieja como en Reyes. Sin embargo, para la cena de final de año ya habían decidido mantener el bufet libre pero con una fiesta limitada hasta la 1 de la madrugada. Gracias a un grupo de Barcelona y gente de aquí han llegado a los 100 comensales a los que se les invitará a cenar pronto para, al menos, disfrutar de dos horas de música. En cambio, han renunciado a organizar nada parecido a un cotillón en Reyes, salvo el bufet. La decisión la tomaron el miércoles y aún no habían habilitado las reservas.
Entre la crítica y la resignación en hoteles y restaurantes
Desde la Asociación de Hoteles de Pamplona, a la que pertenecen 26 establecimientos, su presidenta Sara Martínez Sánchez, directora del Hotel El Toro, dice que las cancelaciones a mediados de semana rondaban entre el 30 y el 40%. “Nos están llamado muchos clientes para ver cómo se queda el precio sin cotillón o para renunciar directamente porque la mayoría contrata las dos cosas, cena y la fiesta posterior”, comenta Sara Martínez, que apela a la responsabilidad individual. “Creo que no sólo es un tema de la hostelería, que todos tenemos que asumir la vacunación y las mascarillas”.
“SOMOS LOS PAGANOS”
Al final, añade desde la Asociación Navarra pequeña Empresa de Hostelería (ANAPEH) su vicepresidente y portavoz, Juan Carlos Oroz, el pagano es su sector. “En otros países se actúa contra toda la actividad no esencial y aquí sólo contra nosotros. Ha calado tanto el menaje de que los contagios son por nuestra culpa, cuando somos un sector que cumple a rajatabla cada una de las indicaciones, que mucha gente ha dejado de entrar”. Juan Carlos Oroz critica al Gobierno de Navarra por lo que él considera fue un anuncio triunfalista del fin de la pandemia en octubre. “Y se desmanteló todo el sistema, así que ahora el contagio les pilla de golpe y, otra vez, su solución es cerrarnos a nosotros”. Y remarca: “No nos olvidemos de las casas rurales, una opción de muchas familias y amigos para celebrar el fin de año y que están perdiendo muchísimas reservas”.