Alberto Esparza Hueto, gestor cultural en Guinea Ecuatorial

El vínculo que une a Alberto Esparza con Guinea Ecuatorial fue amor a primera vista. Este adrianés de 24 años se enamoró de este país centroafricano a los diez años. “Siempre sentí curiosidad por la presencia de la lengua española en el mundo, así que me fascinó descubrir que, enclavado en el África Central y rodeado de vecinos francófonos, existía un pequeño país de habla hispana que además guardaba infinitos lazos históricos y culturales con el nuestro”. Guinea Ecuatorial fue colonia española hasta 1968. “Cuando lo descubrí, siendo aún un niño, me maravilló que un país del que España se había olvidado y que estaba rodeado de vecinos francófonos perviviera como el único lugar de África con el español como idioma oficial y que expresaba su literatura, su televisión y, en definitiva, su día a día en esta lengua”. Empezó a recopilar toda la información que pudo. “No fue fácil porque, pese a haber sido parte de España hasta hace unas décadas, cayó pronto en un injusto olvido y apenas hay escritos y estudios sobre el país”. Ya en la Universidad, centró su Trabajo de Fin de Grado en la literatura ecuatoguineana, en 2019, cuando tuvo la oportunidad de viajar allí por primera vez. “Trabajé como profesor de lengua en La Milagrosa de Mokom, un colegio de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl situado en el interior de la región continental”. Dos años después, solicitó una plaza en la convocatoria anual de las becas MAEC-AECID, que permiten pasar 9 meses en algunos organismos de representación de España en el exterior. “Opté a la red de centros culturales, que tienen presencia en los países de habla hispana y se encargan de la promoción de la cultura española y de hacer cooperación al desarrollo. Elegí como destino Guinea Ecuatorial y tuve la fortuna de que me concedieran uno de los dos centros que tiene el país: Bata”. El otro está ubicado en la capital, Malabo. UNA CIUDAD VIBRANTE Alberto Esparza trabaja en el departamento de Animación Cultural del centro cultural de España en Bata. “Es un lugar apasionante porque convivimos con artistas, escritores y músicos locales y les proporcionamos un lugar en el que desarrollar sus proyectos. Nuestra misión es ser un soporte para que la cultura batense, que está muy viva y cuenta con grandísimos impulsores, pueda profesionalizarse y llegar a todos los sectores de la sociedad”. Sobre el país, destaca la familiaridad que desprende y que va mucho más allá, subraya, del idioma compartido. “Muchas de sus costumbres son tan similares a las nuestras que he vivido más choque cultural en Francia o en Estados Unidos que en Guinea Ecuatorial”. Aunque la capital es Malabo, antes denominada Santa Isabel, Bata es la ciudad más poblada del país. “Es una ciudad vibrante, segura para los estándares de la zona, y de un calor penetrante y húmedo. Su centro histórico es moderno y está bastante desarrollado, con un paseo marítimo cautivador, y tanto la ciudad como las localidades limítrofes cuentan con playas inmensas, de apariencia caribeña y de agua caliente”. El calendario de trabajo y de fiestas es, indica, casi idéntico al español. Con ocio en la calle, innumerables bares con un ambiente donde se mezcla la música española con los ritmos africanos. “Los fines de semana son el momento perfecto para las excursiones, porque el país ofrece parajes naturales únicos: selvas densas y de una biodiversidad única, playas de ensueño y una cultura tradicional fascinante”. El carácter de sus habitantes también es parecido al de los españoles. “Son acogedores y tienen una gran capacidad para reponerse a las adversidades”. Otros aspectos positivos para Alberto Esparza son su riqueza lingüística, con el español a la cabeza, lo cautivador de sus paisajes, el carácter de sus gentes y la seguridad. “A pesar de estar en una de las regiones más inestables del continente, Guinea es un país con índices bajos de criminalidad y donde, con las debidas precauciones, te puedes mover sin peligro”. Lo negativo, apunta, el elevado coste de la vida. “Gran parte de los bienes y servicios son importados y, por ello, están encarecidos”. También la dificultad que supone conseguir un visado. “Aunque el país está paulatinamente abriéndose, hoy día continúa siendo complicado entrar a Guinea y eso hace que muchas personas que me gustaría que viniesen no se lo puedan plantear”. Su beca allí terminará en julio de 2022. “A partir de ahí, no tengo por el momento un plan definitivo, pero soy muy partidario de dejarse llevar y de que las oportunidades surjan cuando menos las esperas, en especial en una profesión y en un sector tan voluble como es el nuestro”.

Alberto Esparza Hueto, gestor cultural en Guinea Ecuatorial

Este joven adrianés de 24 años trabaja como gestor cultural en Bata. Una ciudad muy viva con grandes similitudes con España. El país, rodeado de vecinos francófonos, pervive como el único lugar de África con el español como idioma oficial

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