Maneras de influir
El pamplonés que acerca recetas exóticas a los hogares navarros
Bajo el pseudónimo de @Siempre_hambriento comparte contenido gastronómico con una comunidad fiel de más de 400.000 seguidores en redes sociales

Actualizado el 01/04/2023 a las 10:12
¿Por qué cuando salimos a comer fuera buscamos probar platos que jamás nos atreveríamos a elaborar en casa? Perder el miedo a la cocina internacional, abrir nuestra despensa a nuevos ingredientes y poder disfrutar de un táper de yakisoba un martes en el trabajo son algunas de las razones por las que el pamplonés David García García creó en 2020 @Siempre_hambriento. Tres años después, este trabajador de Diario de Navarra comparte recomendaciones gastronómicas y las recetas que cocina, graba y edita junto a su mujer, Irene Larraz, con una comunidad de más de 400.000 seguidores en redes sociales.
¿Cómo nació @Siempre_hambriento?
Cuando terminé el máster y antes de empezar a trabajar, veía, en programas de televisión como Callejeros Viajeros o Españoles por el mundo, recetas exóticas de cocina internacional que me apetecía probar. Pero claro, no tenía un duro y no podía permitirme ir a restaurantes de cocina internacional, así que intentaba replicar esas recetas en casa con ingredientes que conseguía por Internet. Arranqué en Instagram en el año 2015 y en febrero de 2018 decidí abrir un blog bajo el título de ‘ColoCoco’, aunque no duró demasiado. Enseguida me di cuenta de que las recetas se leían y tenían mucho más impacto en redes sociales.
¿Y TikTok?
La pandemia fue un momento de expansión de la cuenta. En diciembre de 2019 empecé a publicar los primeros vídeos en Instagram y los estuve alternando con recetas en formato foto hasta que, sobre todo tras el confinamiento, la propia plataforma potenció el vídeo. Creé entonces @Siempre_Hambriento y fue cuando empecé con los reels. Me abrí la cuenta en TikTok, que en ese momento cogió mucha fuerza en España.
¿Decidió, entonces, profesionalizar el perfil?
No es que lo profesionalices, es que te das cuenta de la dimensión que tienen las redes sociales. Yo subía contenido para que lo viesen mis amigos, pero no te das cuenta de hasta dónde puede llegar. De repente un día, todavía no sé por qué razón, el algoritmo potencia una receta y hace que la vea más gente. Y así creces. Empecé a profesionalizarlo, sí, a invertir en equipo e incluso en vajilla. Me acuerdo de que me dio por comprar platos diferentes para sacarlos con las recetas (ríe).
También creo que me ayudó el hecho de haber entrado muy pronto en TikTok. Ahora es mucho más complicado porque hay muchísima gente haciendo esto en la plataforma. Así como a Instagram entré tarde y cuando me profesionalicé ya había muchos perfiles con contenido gastronómico, en TikTok lo hice en un buen momento.
¿Es diferente el contenido que busca su comunidad de una red social a otra?
Entre TikTok e Instagram, no mucho. Pero el contenido que subo a YouTube es diferente. Ahí publico un vídeo de unos cuatro minutos para un consumo más tranquilo, más reposado. En TikTok es mucho más rápido. El usuario ve 20 recetas, una le interesa y se la guarda. Para que te hagas una idea, estos vídeos tienen una duración de unos 40 segundos. Y también ha cambiado, ojo; empezó con 15 o 30 y ahora se ha alargado.
¿Alguien que busca vídeos donde le den todo machacado en 40 segundos tiene tiempo para cocinar?
Ese es otro tema. Intento condensar los pasos básicos de una receta en ese tiempo, pero si una masa necesita horas de reposo en el frigorífico, esas horas no las vas a poder suprimir cuando cocines. Intento, en ese caso, que quede claro en el vídeo. También creo que nos hemos acostumbrado a tener todo a mano muy rápido. Mucha gente escribe en comentarios: me la he guardado, aunque sé que nunca la llegaré a hacer. Pero es que entre mis seguidores no hay solo gente a la que le gusta cocinar, también están los que le gusta ver cómo se prepara algo o los que buscan recomendaciones para ir a comer fuera.
¿Han ayudado las redes sociales a convertir la cocina internacional en algo de andar por casa?
Ha habido un 'boom' de la cocina internacional y sí que las redes sociales han ayudado. Cada vez hay más gente que se anima a ir a un restaurante extranjero. En Pamplona, por ejemplo, la calle García Castañón acumula en escasos metros dos japoneses, un kebab y tres italianos. Ahora mismo vas al supermercado y tienes secciones enteras con ingredientes importados, hace unos años eso era impensable. Me acuerdo que yo tiraba casi siempre de Internet. Ha sido algo progresivo.
¿Se puede vivir de las colaboraciones de las redes?
Trabajo como responsable audiovisual en Diario de Navarra y ahora mismo, con el nivel de seguidores que tengo, no. No sé si en el mundo de la gastronomía en redes habrá gente que pueda vivir de esto en España. En Estados Unidos, por ejemplo, es más habitual. Cuando la cuenta creció las marcas se interesaron por colaborar. Algunas lo hacen de forma continua y otras en periodos concretos como los meses previos a Navidad.
Lo mejor y lo peor de las redes...
Lo peor es que no puedes desconectar. Si tienes una temporada en la que publicas menos, te penaliza. Y eso te hace entrar en una dinámica en la que te obligas a tener una frecuencia de publicación bastante alta. Además, no publico mi vida privada en redes, solo subo contenido gastronómico, así que cada vez que voy a un restaurante aprovecho para generar contenido. Lo disfruto, sí, pero no estoy al 100% porque quiero grabar un vídeo o sacar una foto para publicarlo en la cuenta. Siempre estás con el chip puesto.
Teniendo en cuenta esto y que la parte económica no llega a alcanzar un sueldo, a veces me pregunto por qué compensa y creo que lo mejor de @Siempre_Hambriento es la comunidad que consigue crear, que muchas veces funciona como un foro que une a gente que se recomienda un ingrediente, un plato diferente o incluso un restaurante. De hecho, he pensado publicar cuál es mi próximo viaje para que la gente me recomiende sitios para comer.
¿Y los restaurantes están habituados a eso?
Hay veces que se sorprenden, pero la mayoría ya no. Yo creo que los restaurantes están muy acostumbrados a que la gente vaya a comer y le saque una foto al plato para subirlo a sus redes, sea creador de contenido o usuario. Te diría que incluso tengo amigos que tienen la galería del móvil llena de fotos de comida que luego no publican en redes.