Diario de Navarra ha realizado durante toda esta semana el balance de la legislatura en Infraestucturas por medio de artículos, opiniones de expertos, infografías, foros de debate y opinión. A continuación se plasman las principales propuestas que el periódico hace suyas respecto a los retos que se deberían abordar para garantizar la calidad de las infraestructuras.
1. Asegurar la competitividad
Las infraestructuras son básicas para asegurar la movilidad y para sostener la competitividad de Navarra en un mundo globalizado. Y hay muchos retos por delante (carreteras, ferrocarril). Por eso se debe exigir a las administraciones (desde la Administración central a la foral) planes claros, apuestas a largo plazo y proyectos que sean compartidos por las mayorías políticas para no quedar al albur de cada Legislatura.
2. Más inversión en carreteras
Es notorio que la caída de las inversiones públicas en la última década ha originado un deterioro de la calidad de la red viaria en la Comunidad foral, en un factor determinante también para la cohesión territorial. Aunque el esfuerzo inversor se ha retomado desde hace dos años, hace falta reforzarlo y mantenerlo. Hay que impulsar la construcción de los túneles de Belate, y la solución 2+1 en la N-121-A mejora la situación actual en una de las carreteras más problemáticas, pero genera dudas en los expertos sobre si es la solución definitiva. Es obligado animar a ser ambiciosos en este terreno. Crear peajes para grandes redes es un debate sin cerrar.
3. Arrancar compromisos a Madrid sobre el TAV
El Tren de Alta Velocidad (TAV) sigue siendo una
gran asignatura pendiente. Y el desembolso para su desarrollo corresponde al
Estado, no a la Comunidad foral. Hace falta arrancar compromisos firmes al Estado, que es la administración competente en este terreno y la que tiene que hacerse cargo de esta infraestructura. Navarra está entre las pocas comunidades que todavía no tienen acceso a la alta velocidad ferroviaria. Y la sociedad navarra exige en este campo
una apuesta más ambiciosa por parte de la Administración central y continuada en el tiempo. Y en Navarra, el que todos los partidos que apoyan este proyecto remen juntos en esta misma dirección.
Pamplona es la única capital de comunidad que no está unida directamente a Madrid por autovía. Falta un tramo pequeño, pero falta. Necesitamos cerrar esta malla de conexiones para asegurar el futuro y la capacidad de atracción de talento (personas) e inversiones (empresas). Elementos básicos para nuestro futuro. Por eso resulta una prioridad el cierre de la A-15 con Mecinaceli.
5. Agilizar la llegada del TAV hasta Pamplona
Para que la sociedad navarra visualice la inversión del TAV, sería muy conveniente al menos planificar con más agilidad la llegada de la infraestructura hasta Pamplona por el sur, incluida la
construcción de la nueva estación prevista en Echavacoiz. Habría que analizar con ambición fórmulas técnicas para adelantar este hito y ver si es posible ligarlo al cambio de trazado en Landaben (VW) ya previsto por el Gobierno foral.
6. Salida hacia la Y vasca
En cuanto a la salida del proyecto del TAV hacia la Y vasca, planteado por Vitoria o Ezkio, el debate político está siendo algo apresurado, porque el debate técnico previo, que es imprescindible, no está cerrado todavía y hay muchos interrogantes que necesitan resolverse. Su solución exigirá un debate sereno, técnico, político y ciudadano en profundidad que todavía no se ha hecho. Además, es conveniente buscar alianzas con las comunidades vecinas (Aragón, Euskadi) para empujar el proyecto de salida a Francia, ahora amenazado en el tiempo también por la dilación que muestras las autoridades francesas sobre este proyecto.
Hace falta despejar también incógnitas en el futuro del Canal. Una es la financiación de la segunda fase, que está sin concretar en estos momentos. Los futuros regantes y usuarios del canal tienen derecho a saber los costes que deberán asumir en el proyecto. También una mayor concreción del agua disponible y su reparto concreto, ahora que el cambio climático está generando cambios que pueden afectar a las previsiones iniciales.
8. Resolver el calendario del Canal de Navarra
La primera fase del Canal ha generado riqueza y bienestar en las zonas que ya disfrutan del agua para regadío, igual que ha servido para asegurar el agua de boca en la Comarca de Pamplona, ahora que los
efectos del cambio climático se notan con mayor rigor. Por eso,
cerrar el proyecto del Canal y llevar el agua hasta la Ribera es un proyecto estratégico de primera magnitud para Navarra, para la Ribera y para todo el sector agroindustrial que tiene aquí una ventaja competitiva sustancial. No basta con quererlo, hacen falta compromisos detallados (el inicio de las obras está previsto para 2024 y la finalización para 2030). Generar
un cronograma concreto que no dilate los plazos sería un compromiso sustancial.