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Salud

29 personas esperan un trasplante de riñón, 4 de hígado y 3 de corazón

En lo que va de año, 18 donaciones han permitido hacer 44 trasplantes

Ampliar Donaciones órganos
Desde la izda.: Mikel Elizalde Barber (hijo de Pepe Elizalde); Joaquín Manrique (jefe del servicio de Nefrología del HUN; Josu Jiménez Maia (trasplantado); Manuel Arellano (presidente de Alcer), Santos Induráin (consejera de Salud en funciones); Regina Blanco (vicepresidenta de Atehna), Fernando Noguera (presidente de Atehna), José Roldán (director de la Oficina de Coordinación de Trasplantes); Rebeca Benítez Durán (trabajadora social de la Asociación de Fibrosis Quística); y Edurne Jauregui (Cocemfe Navarra)ANDER OLCOZ
Publicado el 08/06/2023 a las 06:00
En lo que llevamos de año, Navarra ha registrado 18 donaciones que han permitido realizar 44 trasplantes de órganos: 16 hepáticos, 26 renales, uno de páncreas-riñón y otro cardiaco. De todos ellos, 23 se han realizado en la Clínica Universidad de Navarra y el resto, en otras comunidades. Pese a estas cifras, que sitúan a Navarra como “la segunda con mayor tasa de donación por habitante en los dos últimos años”, 36 personas permanecen en lista de espera: 29 para un riñón, 4 para un hígado y 3 para un corazón.
Así lo trasladó este miércoles la consejera de Salud en funciones, Santos Induráin, que quiso ofrecer más detalles de las circunstancias en las que se han producido estos trasplantes. Por un lado, destacó que dos se han realizado a pacientes en situación de urgencias-cero, es decir, con un alto riesgo de fallecer en 24-48 horas. “Nada ejemplifica mejor cómo este gesto supone dar vida”, apuntó Santos. También explicó que de los 18 donantes, 14 estaban en situación de muerte encefálica, mientras que otros 4 se encontraban en el programa de donación en asistolia controlada (tras parada cardiaca). Además, calificó como “ejemplar” la coordinación asistencial que permite que un trasplante se lleve a buen término y alabó “el trabajo de los profesionales del sistema sanitario”.
AGRADECER Y CONCIENCIAR
Con el objetivo de animar a la sociedad navarra a sumarse a este acto “de generosidad y de solidaridad”, asociaciones de pacientes integradas en la federación de discapacidad Cocemfe celebraron este miércoles el Día Nacional del Donante. En una carpa instalada la avenida Carlos III, frente al monumento al encierro, Alcer Navarra, Atehna y Fibrosis Quística Navarra ofrecieron información a la ciudadanía y tramitaron carnets de donante de órganos, un documento “testimonial” pero que sirve para dejar clara la voluntad de la persona y despejar las reticencias que pudiera tener la familia en un momento muy doloroso. Desde que hace cuatro años estas entidades lo pusieran en marcha con el apoyo de Salud, se han realizado más de 3.000, aunque ya antes se venía tramitando. “Alcer lleva haciendo carnets desde 1979 y podemos haber repartido cerca de 70.000 carnets”, calculaba Manuel Arellano, presidente de Alcer.
Las entidades quisieron, por encima de todo, dejar patente “el agradecimiento” hacia las personas donantes “y a sus familias” por ser “la pieza que otros necesitan para seguir viviendo”, tal y como reza el lema de la campaña impulsada a nivel nacional.
Mikel Elizalde Barber (hijo de Pepe Elizalde, coordinador de Trasplantes fallecido en 2019) entrega el carnet de donante número 3.000 al actual coordinador, José Roldán.
Mikel Elizalde Barber (hijo de Pepe Elizalde, coordinador de Trasplantes fallecido en 2019) entrega el carnet de donante número 3.000 al actual coordinador, José RoldánANDER OLCOZ

"Pepe, estés donde estés, seguro que estarás orgulloso de nosotros"

Fue la imagen simbólica de la mañana. El actual coordinador de Trasplantes de Navarra, José Roldán, recibió un carnet de donante de órganos, el número 3.000 en concreto, a modo de reconocimiento por su labor. Para hacerle entrega se eligió al hijo de una persona cuyos órganos fueron donados a su muerte; pero no de cualquier persona, sino de su predecesor en el cargo, el anterior coordinador de Trasplantes, Pepe Elizalde Fernández, fallecido en 2019 después de un grave accidente que sufrió jugando a pelota en 2017.
También a la familia de Elizalde le preguntaron si iban a donar sus órganos. “Recuerdo muy bien aquellos días. Había que cumplir todos los formalismos, así que nos reunimos con José (Roldán) y nos preguntó si queríamos que Pepe fuera donante. Era un poco raro, sí. Mi tío y yo nos echamos a reír, y le dijimos que no, a modo de broma. Obviamente donó todo, un montón de cosas que yo ni sabía que se donaban”, hacía memoria ayer el hijo de Elizalde, Mikel Elizalde Barber, de 39 años.
Desde su experiencia, y más allá del puro altruismo que motiva la decisión, animaba a donar “porque reconforta mucho saber que esos órganos sirven para dar vida a otras personas. Es una cosa preciosa, y te deja un poso muy bueno, dentro del duelo. Reconforta mucho”, sostenía.
Roldán, por su parte, tuvo unas sentidas palabras para su predecesor. “Paradojas de la vida, falleció en 2019 siendo donante de órganos y tejidos. Pepe Elizalde, amigo, maestro y compañero. Como ves, sigo caminando por la senda que juntos iniciamos. Estés donde estés, seguro que estarás orgullos de nosotros. Gracias a ti y a tu familia por ser un ejemplo de solidaridad y generosidad”, le dedicó.
Además, recordó que “el milagro del trasplante” solo comienza a gestarse cuando una familia, “en el peor momento de sus vida, es capaz de ayudar a los demás y decir sí a la donación”. “Para todos ellos va hoy este homenaje”, terminó.
Josu Jiménez Maia, trasplantado de riñón
Josu Jiménez Maia, trasplantado de riñónander olcoz

"No hay razones objetivas para no ser donante"

Con unos días de retraso, a Josu Jiménez el Olentzero le trajo el 31 de diciembre su segundo riñón trasplantado. “Llevo con insuficiencia real 28 años, de origen no filiado, no sabemos muy bien por qué”. Hasta hace unos 7 años, cuidándose mucho, hizo “vida normal”. “Pero los parámetros ya indicaban que el riñón estaba dejando de funcionar”. Primero hizo diálisis domiciliaria, que le permitió seguir con su trabajo de profesor en Ezkaba (Ansoáin). En noviembre de 2017 tuvo su primer trasplante. “Pero por desgracia duró solamente 16 meses. Después de eso ya tuve que empezar a ir a hemodiálisis, tanto al Pabellón J como a Virgen del Camino”, recordaba ayer.
Ha estado 4 años esperando al segundo trasplante, una época que ha vivido con “incertidumbre y nerviosismo”, siempre con un ojo en el teléfono, por si suena. Y aunque suene, no está todo hecho. “Me pasó una vez que, ya ingresado, depilado y todo, al final el órgano no estaba en las mejores condiciones para hacer el trasplante. Y te vas a casa frustrado, pero confiando en el buen criterio de los especialistas”.
Seis meses han pasado desde el mejor regalo navideño que nunca le hayan hecho, aunque no oculta que es “duro”. La recuperación va “más lenta” de lo que le gustaría, pero no olvida que antes vivía 4 horas y media, tres veces por semana, conectado a una máquina. “Sobre todo quiero agradecer a los donantes anónimos y a todas aquellas que lo serán después del día de hoy. Le diría a la gente que no hay razones objetivas para no ser donante. Ese órgano tuyo puede salvar vidas”.
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