Maneras de influir
La pamplonesa que invita a soñar con la moda en Instagram
Bajo el pseudónimo de 'Dare to dream by sil' (Atreverse a soñar en inglés), esta pamplonesa comparte 'looks' que sirven de inspiración a más de 70.000 seguidores

Actualizado el 10/06/2023 a las 09:27
Lleva ya más de una década combinando prendas para inspirar a otras personas a través de las redes sociales, pero en su día a día influye más en los niños que asisten a la clase en la que imparte lecciones en un colegio en Stuttgart, donde vive. La pamplonesa Silvia Zudaire Martín (1987) confiesa que no le gusta el término ‘influencer’ porque lo asocia “a personas muy reconocidas”. Sin embargo, bajo el pseudónimo ‘Dare to dream by sil’, es un referente en el mundo de la moda para una comunidad formada por más de 70.000 personas que siguen sus redes y su blog (ya cerrado), “muchos de ellos desde el principio”.
¿Cómo aterrizó en el mundo de las redes?
Me atrevo a decir que creo que fui de las primeras en España porque lo hice poco después de Paula Echeverría y Alexandra Pereira, en 2012. ¿Y por qué lo hice? Porque me encantaba ir de compras con mis amigas y preparar los ‘looks’ con la ropa, así que fueros ellas las que me animaron a hacer lo mismo a través de un blog. Tengo que confesar que era algo que me daba mucha vergüenza. Pero lo hice. Me abrí una cuenta en la plataforma de Blogspot y otra en Instagram, que se usaba entonces para poner filtros a las fotografías; y empecé a crear ‘looks’ con las dos herramientas. No sé qué pasó, pero de repente me empezó a leer y a seguir muchísima gente. En aquel momento en Pamplona sólo hacíamos esto ‘B a la Moda’ y yo, así que no sé si es que fue algo fresco y novedoso, o cuál fue el motivo, pero me siguió mucha gente.
Decidió subirse al tren de las redes sociales cuando todavía pocas lo hacían...
También me abrí una cuenta en Facebook, que entonces estaba en auge. Decidí apostar por los tres canales porque creía que podía tener más fuerza para llegar a la gente. Obviamente, nadie sabía que las redes se iban a convertir en un sector profesional como el que es hoy, así que no estaba ni en mis planes. Pero resultó.
¿Cómo se dio cuenta de que esto podía ser algo más que una afición?
Fue relativamente pronto. Tuve una primera fase muy buena en la que crecí poco a poco, pero de forma constante. En el año 2016, y a raíz de que la ‘influencer’ Trendy Taste -Natalia Cabezas-, me eligiese para ir a París a hacer una colaboración con Sarenza, uno de los principales distribuidores de zapatos de Europa, fue cuando el blog explotó. A partir de ahí empecé a despuntar porque muchos de los seguidores que ella tenía me empezaron a seguir. Antes de que explotara el mundo de las redes había más generosidad entre nosotras.
¿Qué ha cambiado en estos 10 años?
Ha pasado de ser una mera prueba a convertirse en una nueva profesión. Cuando nosotras empezamos, todo era natural porque no sabíamos que lo que hacíamos te podía traer de vuelta regalos, dinero o que la gente te conociese por la calle. Yo trasladé mi ‘hobby’ a un blog y a la redes porque era lo que me gustaba. Y me sigue encantando. Es impresionante que se haya convertido en un negocio. He vivido esa evolución y ahora lo veo desde una perspectiva más negativa porque creo que se ha perdido esa inocencia con la que arrancó. Por eso cada vez estoy más alejada. Me da la sensación de que ya no se publica nada sin esperar una repercusión. Por otro lado, Instagram ha pasado de ser una plataforma de filtros a convertirse en una plataforma de negocio. Y se han sumado otras como TikTok. O se han caído otras como Facebook.
¿Existe una burbuja de ‘influencers’ de moda?
La hubo, yo creo. Ahora hay chicas que publican contenido en redes y que conectan con una comunidad por motivos que más van allá de la ropa que visten. Antes nos seguían por lo que llevábamos puesto y ahora quieren saber, además, qué hacemos con nuestra vida. Se ha cambiado el foco. Antes estaba en la moda y ahora está en la vida de los que salimos en la pantalla del móvil.
¿Es por lo que se ha alejado un poco del sector?
Bueno, los motivos fueron varios. Hubo un momento en mi vida en el que tuve que decidir si seguir con esto o dejarlo en segundo plano para dedicarme profesionalmente al magisterio. Y aposté por lo segundo. Si hubiese sabido en aquel momento que esto iba a convertirse en una carrera profesional, quizá me hubiera tirado a la piscina, pero no había certeza de que eso fuese a llegar a lo que es hoy. Aunque soy fan de Instagram, no me gustó en lo que se estaba convirtiendo.
Sin embargo, mantiene sus perfiles…
Porque me encanta preparar ‘looks’ y porque sé que hay gente que sigue ahí después de tantos años. Me quedé un poco anclada en el pasado, así que no cuento mucho de mi vida personal más allá de mis ‘looks’, compras, algo de decoración o publicar viajes y fotos bonitas de lugares con encanto. Y sigo posteando porque sigo obteniendo respuesta de la gente; si no, no lo haría. Las miles de personas que tengo detrás de cada historia están ahí desde el principio. Y eso es para valorar.
¿Cuándo decidió cerrar el blog?
Creo que desde 2019 ya no publico nada. Mis seguidores se mudaron del blog a Instagram y me centré en ella. También ha aportado inmediatez. Puedes montar un vídeo con fotos de ‘looks’ más rápido que editarlas en una entrada en un blog. Aunque bueno, muchas veces no se tiene en cuenta el tiempo de pensar cómo combinar la ropa, salir a la calle, hacer las fotos, editarlas, etc.
¿También hay que estar más presente?
Si quieres que tu cuenta vaya bien, Instagram exige continuidad y que tengas una rutina. Siempre tengo una parte de mi cerebro guardada para esto, como un cajoncito para idear ‘outfits'. Pero lo hago desde un lado mucho más sano y, desde mi punto de vista, más auténtico, porque todo lo que publico me gusta y lo comparto porque creo que puede interesar o servir a mis seguidores.
¿Cree que la moda es para todo el mundo?
Seamos más o menos aficionados a la moda, todos tenemos que abrir el armario por la mañana para decidir con qué ropa vestirnos ese día. La moda también está ahí. Y cuando vamos todos a comprar a las mismas tiendas, o cuando queremos una prenda que hemos visto por todos los lados. No necesitas conocer grandes marcas para que la moda forme parte de tu día a día.
¿’Influencer’ de moda, joven… cree que falta reconocimiento?
Empieza a estar reconocido, pero creo que toma mayor sentido si es la propia ‘influencer’, que no me gusta nada este término, la que se toma más en serio lo que hace. Está claro que es una profesión, sea más o menos entendida, pero sí que creo que desde fuera se toma más en serio si, por ejemplo, una ‘influencer’ de moda crea una marca. Hace falta que cree una empresa para que se le tome en serio. A pesar de que, yo al menos, no daba a basto. No me quiero imaginar las grandes ‘influencers’. Las horas de dedicación son muchísimas.
¿Por qué no le gusta el término ‘influencer’?
No me considero alguien con tanto peso o poder como para influir en alguien. Para mí tiene que ver con que lo asocio con personas muy reconocidas, así que no me gusta que lo empleen para dirigirse a cualquier persona del colectivo. Sé que tengo a mucha gente detrás de mi perfil, pero no creo que el término sea influenciar. Para mí, debería usarse para los referentes que tenemos en nuestro día a día. En mi caso, me influye más un compañero de trabajo que me inspira y me enseña que una persona que veo en redes.