Ola de incendios
La repoblación forestal de la zona quemada aún no ha empezado
Las 14.357 hectáreas calcinadas, pendientes de proyectos de replantación, generaron 83.000 m3 de madera con árboles que no pudieron ser recuperados

Publicado el 10/06/2023 a las 06:00
La repoblación de la masa forestal calcinada en los devastadores incendios de hace un año -7.600 hectáreas de vegetación mediterránea y 4.500 de masa arbórea- está pendiente de ejecución. Varios son los factores que aduce el departamento foral de Medio Ambiente, asociados en parte a la evolución del terreno quemado, que incluyó 2.257 hectáreas de cultivo. Los técnicos del departamento dan por hecho que habrá zonas que “previsiblemente no se repoblarán” por la capacidad de reproducción de la vegetación. “Los montes cubiertos por coscojares, robledales y matorrales mediterráneos se están recuperando de forma natural principalmente por rebrote de estas especies. Evidentemente la diversidad de los terrenos es muy amplia pero la respuesta de las especies está siendo la prevista”, señalan.
Existe una segunda circunstancia que explica la demora en la repoblación. Falta definir el futuro paisaje “que necesariamente ha de ser resiliente al cambio climático y a los incendios” con extensiones en las que se “determine técnicamente que han de ser no arboladas” o combinen arbolado y pastizales.
Un importante porcentaje de coníferas “se repoblaron hace decenas de años, algunas de hasta 90 años”, con criterios que “no tomaban en consideración otros aspectos de la gestión forestal, tales como la prevención de incendios o la ganadería extensiva”. Las superficies de coníferas que fueron pasto de las llamadas se componían principalmente de pino laricio y pino Alepo.
En tercer lugar, se está a la espera de la finalización de los trabajos de corte en plantaciones de coníferas para que Medio Ambiente elabore proyectos de restauración junto con ayuntamientos y concejos.
Una porcentaje importante de los propietarios está representado precisamente por entidades locales, que serán los que deban de decidir el destino de la superficie bajo la premisa de “no cambiar el uso de un terreno forestal incendiado, con independencia de si finalmente se opta” por incluir arbolado o no. Entienden los técnicos que los proyectos que se vayan a elaborar han de regirse por la “necesidad de generar discontinuidades en el monte, evitando formaciones arbóreas continuas de gran superficie, posibilitando la creación de mosaicos con otras especies, fomentando la ganadería extensiva, puntos de agua, etc”.
ÁRBOLES NO RECUPERADOS
Una de las primeras tareas de la Administración tras la cadena de incendios del año pasado fue calcular la extensión alcanzada -14.357 hectáreas-, y diferenciar los montes con coscojares, robledales y matorrales mediterráneos de los cubiertos con coníferas.
En agosto, junto a entidades locales, se licitaron trabajos de extracción de masa imposible de recuperar. Hasta ahora se han retirado 85.000 metros cúbicos para madera y leña.