Javier Enériz lleva ya tres años como Defensor en funciones

“Las administraciones son muy eficaces para recaudar y no abonar dinero a los ciudadanos y muy ineficaces para todo lo demás”, afirmaba hace casi dos semanas en el Parlamento el Defensor del Pueblo de Navarra, Javier Enériz Olaechea (Pamplona, 1959), cuando el pasado 18 de marzo acudió a entregar al Parlamento el informe anual de su institución correspondiente a 2015. Donde no ha sido nada eficaz la administración es en renovar este cargo. Enériz lleva ya tres años en funciones, ya que el Parlamento ha sido incapaz de consensuar un candidato. Ni siquiera los grupos han presentado en este tiempo al propio Enériz para su reelección. De ese modo, seguirá siendo Defensor en funciones indefinidamente. El proceso sólo se reabrirá cuando algún grupo o varios grupos de la Cámara propongan a un candidato al puesto. Sólo ese paso reabrirá el proceso. Un consenso difícil de lograr La persona que aspire a dirigir la oficina del Defensor del Pueblo tiene que recibir en una votación parlamentaria el apoyo de 30 de los 50 miembros de la Cámara. No ocurre como en otras instituciones, cuando se contempla que en una segunda vuelta esa mayoría pueda ser más reducida. O obtiene 30 votos de 50, o ese candidato no es elegido. En estos momentos, el cuatripartito que sostiene al Gobierno y que es quien tiene la mayoría para llevar la batuta de la actuación política en Navarra, cuenta con 26 parlamentarios. Son los escaños que suman Geroa Bai (9), EH Bildu (8), Podemos (7) e I-E (2). No son suficientes. Para elegir a un nuevo Defensor o Defensora del Pueblo o para reelegir al actual, estos cuatro grupos necesitarían el apoyo de otro: o de UPN (15) o del PSN (7), para conseguir sumar así los 30 votos. El PP cuenta sólo con 2 escaños. Este problema ya se planteó en marzo de 2013, cuando el cargo del Defensor fue declarado vacante por el entonces presidente del Parlamento, Alberto Catalán, debido a que Enériz había agotado su mandato de seis años. En ese momento, se abrió el plazo de un mes para que los grupos presentaran candidatos. No se planteó ningún nombre. Algunos mostraron su respaldo público a Enériz, como el PSN, Izquierda-Ezkerra o los grupos que hoy integran EH Bildu. Pero ninguno de ellos le propuso como candidato a la reelección. Si se hubiese presentado su nombre y como era previsible no hubiese obtenido los 30 votos necesarios, su situación como interino en el cargo hubiese sido insostenible, forzándole tal vez a dimitir. El PP fue clave en ese momento, ya que tenía 4 escaños con los que UPN y PSN podían haber sumado la mayoría necesaria. Pero los populares lo que reclamaron entonces fue que se aprovechara la situación y se dejara el cargo vacante ante la situación de crisis. Este grupo mantuvo que las funciones del Defensor las podía asumir la propia Administración y la Defensora del Pueblo nacional, Soledad Becerril. Más votos que la presidencia Los 30 votos que debe obtener un candidato a Defensor del Pueblo en Navarra es una mayoría cualificada que no se exige para la presidencia del Gobierno, la del Parlamento o un puesto tan relevante como el de la presidencia de la Cámara de Comptos, órgano encargado de fiscalizar la gestión económica y financiera del sector público. De hecho, el próximo 7 de abril, el pleno del Parlamento elegirá como presidenta de Comptos a una auditora de esta institución, Asunción Olaechea Estanga, que cuenta de entrada con el apoyo de los grupos que la han presentado: Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E, 26 votos de 50, mayoría absoluta. Pero si no hubiese tenido ese respaldo previo, podría haber sido elegida también por mayoría simple en una segunda votación. ¿Por qué en el caso del Defensor no es posible? La ley de 2000 por la que se creó la institución fijaba ya una mayoría cualificada de tres quintas partes de la Cámara para su elección, un apoyo que obtuvo la primera persona que ocupó el cargo, la socialista María Jesús Aranda, elegida en febrero de 2001 con el voto de UPN y PSN, que entonces sumaban 33 escaños de 50. En 2007, UPN y CDN, que gobernaban con mayoría absoluta, promovieron un cambio legal para reducir esa mayoría cualificada exigida para decidir el nombre del Defensor. Tras esa modificación legal, Javier Enériz fue elegido en marzo de 2007 el máximo responsable de la institución, con los 26 votos que sumaban regionalistas y convergentes, y el voto en blanco del resto. Pero en 2008, el Parlamento decidió recuperar esa mayoría cualificada de tres quintas partes de la Cámara para decidir este cargo. Así lo propuso la coalición nacionalista Nafarroa Bai, iniciativa que fue respaldada por PSN e IU. Votaron en contra UPN y CDN, pero ambos grupos ya no sumaban mayoría.

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La persona que esté al frente de la institución debe ser elegida por 30 de los 50 parlamentarios

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