Mendillorri
Termina la tala de Mendillorri entre protestas vecinales
Medio centenar de personas participó en una concentración para mostrar su enojo y sopesan denunciar

- C. A. M.
Los chopos que hace 28 años “saludaron” a los vecinos que llegaban a la urbanización en torno a la calle Monte Campamento de Mendillorri ya son historia. Dos hileras con más de un centenar de ejemplares que en cierta manera protegían del ruido de la cada vez más circulada ronda PA-30, los árboles que daban sombra en verano y preservaban de la carretera terminaron de caer dentro de los trabajos previos para la construcción del nuevo enlace de Mugartea, en el vecino Aranguren. El enfado vecinal por este hecho quedó patente en el grupo que participó ayer tarde, mientras operarios cargaban los restos de ramas y hojas en contenedores, en una concentración. Fueron poco más de cincuenta los que acudieron, pero el enojo crecía mientras comentaban el impacto que tenía la tala y valoraban otras acciones como denuncias ante Medido Ambiente.
La tala de la chopera comenzó el jueves y ayer, a medio día, ya había terminado. Lo corroboraba durante la concentración Marisol Rodríguez. Ella, junto a Cristina Lasheras y las hermanas Carmen y María Ángeles Falcón Martínez, fueron parte de las que secundaron una convocatoria sin origen fijo que se había difundido “por redes”. Permanecieron varios minutos al otro lado de la valla que se instaló a mitad de semana y alertó de la tala. En pie. Sin pancartas ni gritos. Sin mensaje conjunto. Solo enfado, dudas y críticas.
La obra la promueve la dirección general de Obras Públicas del departamento de Cohesión Territorial. Desde el gabinete del consejero Bernardo Ciriza apuntaron que los árboles se sustituirán por ejemplares de la misma especie y que del mantenimiento se ocupará el Ayuntamiento de Pamplona.
El proyecto se conocía desde hace años, comentaban en un grupo en el que estaba Iosu San Martín. Pero nadie había oído de la tala hasta esta semana, cuando ya era inminente. Nada se había mencionado en diferentes publicaciones del Gobierno al respecto de una obra que anunciaron para octubre y empezó la semana pasada. “Se han cargado lo mejor del barrio. Una chopera que en verano nos daba sombra, a todos. En un barrio de personas mayores, que lo necesitan”, añadían en ese corrillo. Y en todos los que departían coincidían en lo contradictorio de una tala de árboles de 28 años en buen estado en un momento en el que se habla del cambio climático, se pide actuar en conciencia. “Nos sentimos atropellados, engañados y tenemos dudas de que sea legal cómo se ha hecho”, mencionaban en el grupo de Rodríguez y Lasheras. Mientras, las hermanas Falcón advertían que no querían unas pantallas llenas de grafitti para aislar el ruido de la vía.