¿Se imagina que le llaman desde el restaurante donde ha realizado una reserva y le comunican que su mesa ya ha sido ocupada por otras personas que han llegado antes y que mejor se busque alternativa? La situación dispararía las alarmas de la indignación, aunque también es una clara analogía que puede emplearse entre quienes necesitan aparcar en plazas para personas con movilidad reducida y no pueden.
Y no lo consiguen porque, alguien, algún conductor con poca empatía, ha decidido obviar los beneficios de estos espacios (cercanía al paso peatonal y amplitud) y dejar sus coches ‘un momentito’ para hacer algún recado. Una decisión que provoca “auténticos problemas” a quienes, por obligación, se desplazan en muletas, silla de ruedas...
Con las cuentas cerradas,
los datos llaman la atención. Y es que
Policía Municipal de Pamplona interpuso hasta
750 multas a personas que, sin justificación ninguna, dejaron sus coches en alguna de las 600 plazas de aparcamiento restringido con las que cuenta la capital. Una cifra que llama poderosamente la atención si miramos atrás: en 2018 se contabilizaron
386 sanciones.
HASTA 500 EUROS
De ellas, de las 750, más de un centenar (103) estuvieron relacionadas con el uso indebido de la tarjeta de discapacidad; mientras que el grueso, 614 infracciones, se debieron al hecho de estacionar un vehículo sin esta citada tarjeta. Finalmente, las 33 restantes se materializaron por aparcar sin colocarla.
Para paliar la dinámica, el
Ayuntamiento de Pamplona puso en marcha
una campaña en diciembre con la que trató de poner fin a este tipo de conductas irrespetuosas en las plazas reservadas y que se encuentran repartidas en todos los barrios de ciudad. Sea como sea y al margen de la iniciativa, desde el consistorio recalcan que
el control sobre estos aparcamientos también se realiza de “forma ordinaria” por parte de los agentes locales.
En cuanto a las sanciones, todo depende de si la Ordenanza municipal cataloga las infracciones como graves o muy graves. Así, por ejemplo, estacionar sin la tarjeta correspondiente se considera conducta grave y está penada con 200 euros; mientras que la multa por dejar el coche con uso indebido de una tarjeta para personas con movilidad reducida (muy grave) conlleva multas de hasta 500 euros. “Es una situación a revertir”, dicen.
Sensores para 150 aparcamientos
Como guinda de un objetivo que requiere preferencia, merece la pena recordar que el Ayuntamiento de Pamplona ya se encuentra analizando la ocupación de 150 plazas de aparcamiento para personas con movilidad reducida en Casco Antiguo y Ensanches.
Y lo hace a través de un sistema de detección automática que capta la presencia en el pavimento del vehículo para conocer qué plazas están ocupadas y cuáles no, tanto para comprobar la demanda real (y ajustar la oferta) como para controlar un posible uso fraudulento.