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El debate empezó en el parking
Los tres médicos, Ibarrola, Martínez y Sesma, fueron los más puntuales en la sede del periódico. A cinco días de los comicios, una hora y 41 minutos de encuentro distendido desveló que algunas heridas precisan de los mejores cirujanos para suturarlas
Publicado el 24/05/2023 a las 06:00
"¡Has venido vestida con nuestro color corporativo! saludó Fernando Sesma, el más puntual en llegar a la sede de Diario de Navarra, a Cristina Ibarrola. “Sí, para recoger tus votos y que no acaben en la basura”, replicó la candidata de UPN con su chaqueta naranja al aspirante de Ciudadanos. Como si no hubiera tiempo que perder, el debate arrancó en el parking.
Apenas un minuto más tarde llegó Koldo Martínez (Geroa Bai). Solo y relajado, incluso se detuvo y saludó a la persona que le atendió en la portería. Hay que aprovechar cada ocasión. Nunca se sabe dónde se oculta un voto indeciso, pudo pensar. Aunque a lo largo del debate desplegó cortesía, como si fuera de serie, y él mismo se definió como “un caballero” cuando se levantó exactamente al mismo tiempo que Elma Saiz en un tiempo de réplica e insistió en cederle el turno. O cuando, fuera de focos, se dispuso a beber agua y llenó antes el vaso de Sesma, su compañero de mesita auxiliar.
Antes, a pie de aparcamiento, con un cielo enrevesado y algo bochornoso, ni hacía fresco, ni calentaba ni todo lo contrario, Sesma, Ibarrola y Martínez cayeron en la cuenta de que estaban entre médicos. Estrictos con el reloj, tal vez habituados a cumplir horarios espartanos en agendas imposibles. Más justo aterrizó Joseba Asiron, candidato de Bildu. También solo y con unos pocos folios plegados en la mano izquierda. Ligero de equipaje, aunque le arroparon más tarde su jefe de gabinete y dos compañeros de partido.
Elma Saiz, PSN, fue la última. Eran las 10:40 y habían sido citados a las 10.15 para adelantar fotografías y comenzar a las 11. En castellano y euskera saludó el moderador; lo mismo hicieron Koldo Martínez, Joseba Asiron y Elma Saiz; los otros tres optaron solo por el español.
Ya en su primera intervención, los candidatos se desnudaron ante la cámara. Se la quiso comer Elma Saiz, que miró directa al foco y dejó claro que el debate no era la final del manomanista entre Ibarrola y Asiron, UPN y Bildu. La socialista fue abigarrada en papeles, los tenía de todos los tamaños, con apuntes, subrayados, borrones y vuelta a empezar, como la estudiante que dedica tiempo a preparar el examen. Tomaba notas con un bic y echaba mano del móvil de funda sanferminera. De teléfono y de los gestos de Ramón Alzórriz, secretario de organización del PSN, sentado entre el público.
Una cuartilla con las siglas de su partido portaba Ibarrola, como Asiron, Martínez y Sesma. Apenas escribieron. García Adanero, ni cuaderno, ni papel, ni boli, ni teléfono. Eso sí, solo él vistió corbata. Con americana azul marino, igual que Koldo Martínez, este con pantalón color arena, a juego con la funda de su teléfono. Los cuatro hombres eligieron camisa en diferentes tonos de azul celeste; la de Fernando Sesma, con sutiles rayas que tampoco parecían marcar ningún camino, más allá del constitucional. No se le caerán los anillos, vino a decir, por seguir en la corporación del Ayuntamiento de Pamplona. Y tampoco los perderá porque era el único sin adornos en las manos. Clásicas alianzas doradas lucían Asiron y Adanero; plateadas y de diseño más moderno, Martínez. Aunque en los de las alianzas, poca información daban los anillos. Los pactos iban por otro lado.
El lenguaje fue el esperado. Sorprendió Koldo Martínez al mencionar a los serenos, aquellos empleados municipales que cerraban la noche en las ciudades; o Adanero, al rescatar “las noches de verbena”. “Ciudadanos existe, igual que Teruel”, encajó con humor Fernando Sesma un despiste al asignar los turnos del debate.
En el minuto de oro, Elma Saiz añoró la final de la copa del Rey en Sevilla. Y no le faltó el guiño flamenco con su chaqueta de lunares y los pendientes de aros. Era 23 de mayo y aprovechó para felicitar a su padre, Miguel, en el día de su cumpleaños.
Koldo Martínez se despidió como había empezado, recordando que el 23 de mayo hace quince años estaba en el mismo sitio, en la sede de Diario de Navarra, intentando echar una mano al malogrado alpinista Iñaki Ochoa de Olza: “Estoy acostumbrado a tender la mano”. El debate duró 1hora y 41 minutos.
