Concierto
El 'Flamenco On Fire' arranca con la bailaora gaditana Sara Baras
Las entradas están agotadas para disfrutar de su último trabajo 'Medusa, la guardiana'

- dn.es. pamplona
La bailaora gaditana Sara Baras será la encargada de inaugurar este martes martes, la primera edición del Festival Flamenco On Fire.
Para ello, desembarca con su recién estrenado espectáculo 'Medusa, la guardiana', un “reto personal”: nada menos que contar con corazón flamenco una de las historias más reconocidas de la mitología grecorromana, Medusa, una hermosa sacerdotisa encargada de cuidar el templo de Atenea, que tras ser violada por Poseidón es castigada con la soledad y el dolor por no haber defendido su posesión más sagrada, la virginidad.
Sara Baras: Una mujer con personalidad
Así es la artista gaditana Sara Baras (San Fernando, 1971), considerada como la bailaora española con más prestigio internacional. Desde que comenzó sus estudios de danza en la escuela de Concha Baras, su madre y primera maestra de flamenco, su máximo deseo siempre ha sido hacer sentir lo que lleva dentro a través del baile flamenco.
Asegura que “una de las reglas indispensables del flamenco es que transmita”, un objetivo que alcanza con su taconeo, su fuerza y su pasión sobre el escenario.
Aprendió junto a grandes maestros de la danza, compartió tablas con Camarón de la Isla y pronto su arte se tornó imprescindible para los mejores bailaores y coreógrafos (Antonio Canales, Eduardo Serrano El Güito, Rancapino Paco Peña, Manuel Morao).
En 1998 dio un salto definitivo en su carrera formando su propia compañía, el Ballet Flamenco Sara Baras, con el que ha creado grandes espectáculos como Sensaciones (1998), Sueños (1999), Juana La Loca (2000), Mariana Pineda (2002), Sabores (2005), Carmen (2007), Esencia (2009) o La Pepa (2012).
El duende y el arte flamenco –con mayúsculas– de esta bailaora, coreógrafa y directora le han llevado actuar en los teatros más prestigiosos del mundo y le han valido numerosos galardones, como el Premio Nacional de Danza 2003, la Medalla de Oro de Andalucía 2004 o la Medalla de Oro de las Bellas Artes del Kennedy Center 2012.
Un arte y un duende que seguirá paseando por los escenarios de medio mundo ya que, asegura, no entendería la vida “sin bailar y sin esa entrega de soñar y hacer soñar”.
Y es que, a sus 43 años, atraviesa uno de sus mejores momentos profesionales y personales; opinión que también comparte la crítica:
“Sus pies siguen electrizando al público, su braceo sigue siendo una belleza, las manos son flamencura pura y los molinetes a lo Carmen Amaya en las alegrías rozan la perfección y son de una plasticidad infrecuente”. “Sabe estampar en cada paso dulzura y vehemencia, suavidad y exaltación. Toda ella es finura y energía sobre las tablas; maneja la escena a la perfección.
ETIQUETAS