Obituario
Secundino Vidondo, agricultor, ganadero, panadero... aezkoano total

- Carlos Echávarri Arana
El pasado 11 de abril falleció en Abaurrea Alta Secundino Vidondo Celay, en su casa, a la edad de 98 años. Era el último tío que me quedaba.
Se casó mayor y fue cuidado por sus tres hijos (dos chicos y una chica ). Padecía demencia senil en los últimos años. Era el mayor de seis hermanos y heredó la casa de sus padres por ley, Casa Juantxuri. Sus hermanos se buscaron la vida. Uno se fue a América. Él no pudo ir, tenía que hacerse cargo de la casa. Fue labrador. También ganadero. Llevaba sus caballos a la sierra de Abodi. Fue panadero de la zona varios años, molinero, carpintero, albañil... Lo hacía todo. Y bien.
Aezkoano total. Amante de todas las tradiciones del valle, iba a todas la romerías (Roncesvalles, Virgen de las Nieves), ferias de ganado y días del valle.
Mi madre me mandaba al pueblo al acabar la escuela, en los años 60, 70, 75... Para ayudarle en las labores del campo. Yo le llevaba la comida al tajo en una cesta que me ponía mi tía. Me enseñó a cortar la hierba con la guadaña. Recogíamos la hierba y al carro. Qué bien la repartía y la peinaba... El carro tirado de bueyes. Me enseñó a uncirlos al yugo y me dejaba llevar el carro. Me llevaba cuando la cosecha al campo a ver la mies si estaba madura. Se cortaba, se hacían fajos y a la era, a trillar. Qué gozada... Con mis hermanas, montados en el trillo, dando vueltas a la era. En el otoño íbamos a arrancar las patatas del campo con el carro lleno de sacos. Volvíamos cansados, pero contentos, cantando “porqué vienen tan contentos los labradores que cuando vuelven del campo vienen cantando”.
Había mucha vida en el pueblo, con niños en todas las casas. Con poco, éramos felices.
Agur, tío.
El autor es sobrino del fallecido