Fiestas
Estella y su Bombada familiar
El lunes festivo sonó de dos maneras, a los bombos del recorrido que partió a las 12 de la plaza San Martín y a Chuchín Ibáñez cantando para los mayores
- Diario de Navarra
Lunes, cuarto día y ecuador de fiestas de Estella. Adiós a la intensidad del fin de semana sin perder la energía encomendada de nuevo el lunes a la Bombada. Un ruidoso recorrido en familia porque son padres e hijos quienes principalmente la protagonizan, que partió a las 12 del mediodía de la plaza de San Martín, cruzó el río Ega por el puente del Azucarero y así siguió hacia el centro de la ciudad. Antes, habían disfrutado en ese remanso del barrio monumental, a la sombra de sus plátanos y junto a la Fuente de los Chorros de un almuerzo cortesía de la peña San Andrés. La veterana asociación que tiene allí su sede convidó a los participantes en la Bombada a jamón, chistorra y panceta. A cargo del Ayuntamiento, que invita a la bebida, corrieron el vino y la cerveza. El ruidoso recorrido que la iniciativa popular mantiene en la mañana del lunes de Estella tardó en salir a la espera de los encargados de hacer de gaiteros y fue, como ocurre siempre, de menos a más hacia la casa consistorial.
Entre quienes presenciaban su salida, el veterano estellés Raimundo Antoñanzas recordaba que fue su cuadrilla la que empezó a dar forma al recorrido con los bombos al terminar sus tradicionales almuerzos junto al desaparecido Bodegón, a orillas del Ega. Con el tiempo, cuando el Ayuntamiento lo incluyó en el programa, dejaron de hacerlo y los bombos se recondujeron hacia esa cita, más en familia que en cuadrilla que es hoy.
CHUCHÍN CON LOS MAYORES
Hubo un segundo escenario en el lunes festivo. El Día de las Personas Mayores según el programa oficial no incluyó esta vez el tradicional homenaje a los matrimonios veteranos que organiza la Asociación de Jubilados Ega, así que le faltó su cita principal. El presidente de la entidad, Juan Tomás Haro, señalaba que se había decidido posponer ese acto al otoño, haciéndolo coincidir con la festividad de San Andrés. “Queríamos contar en el mismo homenaje con los matrimonios que no pudieron tener este reconocimiento durante los dos años sin fiestas por la pandemia e incluir a los que cumplen 50, 60 y 65 años de casados. Y la dimensión del número nos hizo pensar en trasladarlo a San Andrés”, apuntaba.
Sí quisieron animar la mañana y esta vez, en vez de las jotas habituales, fue la música de Chuchín Ibáñez la que se escuchó en la cita de los mayores de Estella. Los jubilados Ega organizaron su actuación a las 12 del mediodía en el exterior de su sede del barrio de Arieta. Después de bailar con sus canciones, fue el momento de un almuerzo compartido.
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