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Cogida

José Ramón Bronte, herido en el encierro de Arguedas: “Ese día estuvieron a mi lado todos mis ángeles de la guarda”

Casi 5 meses después de su grave cogida, el joven tudelano quiere dar las gracias a todos aquellos que colaboraron para salvarle la vida

Ampliar José Ramón Bronte Les regresó este viernes a la plaza de Arguedas donde el 7 de agosto sufrió la cogida
José Ramón Bronte Les regresó este viernes a la plaza de Arguedas donde el 7 de agosto sufrió la cogidaBlanca Aldanondo
Actualizado el 24/12/2022 a las 08:39
El 7 de agosto de 2022, el tudelano José Ramón Bronte Les tuvo mucha suerte, tanto mala como buena. Ese día se encontraba en la entrada a la plaza de toros portátil de Arguedas, localidad natal de sus padres, cuando una de las vacas del encierro de las fiestas, de la ganadería local de Alfredo Íñiguez, le empitonó en el cuello y lo arrastró.
Varios espectadores lo sacaron del ruedo. El joven, soltero y de 40 años -trabaja como montador en la empresa de decoración Rosa García de Tudela-, sangraba abundantemente, pero el equipo médico contratado para el festejo se encontraba atendiendo a otro mozo que, unos minutos antes, había sido corneado en la pierna.
Entonces, cuando todo parecía abocado al peor de los finales, la mala suerte de Bronte cambió. Varias enfermeras fuera de servicio que se encontraban en el lugar no dudaron en ponerse manos a la obra para contener la hemorragia. A ellas se les unió un cirujano italiano que estaba de paso en Arguedas disfrutando de sus vacaciones. Incluso, este médico acompañó al herido hasta el Hospital de Tudela y participó en su operación.
Entre todos salvaron la vida de Bronte quien, casi 5 meses después, se recupera agradeciendo la labor de aquellos que han hecho posible que ahora pueda contar esta extraordinaria historia.
¿Qué recuerda de aquel día?
Había subido a Arguedas y estaba en la plaza viendo las vacas. Allí hay dos corrales: los que están en la calle y los propios de la plaza. Oí un cohete y di por hecho que habían metido a las vacas en el corral de la calle y el encierro había terminado. Salté al ruedo y me puse a hablar con un primo mío que trabaja en la brigada. Estaba justo en el tramo que une la calle con la plaza cuando las vacas llegaron. Apenas me dio tiempo a reaccionar. Intenté correr, pero me tropecé, y una de ellas me alcanzó. Noté la cornada en el cuello y un golpe que me arrastró como si fuera un tren. Lo último que recuerdo es intentar salir de ahí como fuera.
El resto de lo que ocurrió se lo han contado otros.
Estuve inconsciente 3 o 4 días y, cuando desperté, me enteré de todo lo que había pasado. Sobre todo de cómo me sacaron de la plaza y me llevaron a la ambulancia. Alguien grabó la cogida con un móvil y pude ver el vídeo. Me impactó muchísimo. Verme ahí desplomado sobre la arena... En ese momento yo ya no estaba allí. Estaba en el más allá, en otro mundo, no sé...
Le operaron de urgencia en el Hospital de Tudela y, ese mismo día, fue trasladado al Hospital Universitario de Navarra en Pamplona donde quedó ingresado en la UCI.
Allí pasé un mes realmente duro. Lo peor fue cuando desperté y noté que no me podía mover. Los médicos me dijeron que el cuerno había pasado a muy pocos milímetros de la aorta y que todavía no podían establecer qué secuelas me podían quedar. Más allá de los daños físicos, esos días fueron mentalmente un infierno. Entonces comenzaron días de pruebas, análisis, drenajes... No fue hasta primeros de septiembre cuando me dijeron que la cosa iba bien, pero que la recuperación, en la que todavía estoy, sería lenta.
Los espectadores que le sacaron de la plaza, las enfermeras fuera de servicio que le auxiliaron, el médico italiano que estaba de paso y le contuvo la hemorragia... Si alguien hiciera una película con lo que pasó ese día en Arguedas, nadie se creería el argumento.
Siento que ese día estuvieron a mi lado todos mis ángeles de la guarda y, de algún modo, también mi padre, que había fallecido en enero y que estoy seguro de que, desde el otro lado, me dio fuerzas.
Está siendo una recuperación dura, pero seguro que también ha habido momentos bonitos.
Lo mejor es saber que tengo familiares y amigos que siempre van a estar ahí. Y luego hay una anécdota que me llegó al corazón. En la plaza estaba un niño de 7 u 8 años al que conocía. Vio la cogida y le pidió a su padre que le llevara al Hospital de Tudela. Cuando me estaban operando, le dijo: “Papá, yo no me quiero ir de aquí hasta que no salga Ramón”. Hace poco estuve con él y me regaló un dibujo en el que salimos los dos juntos.
¿Volverá a participar en una suelta de vacas o en un encierro?
Antes era muy aficionado. Había corrido en Sanfermines y me gustaba ir a los festejos de los pueblos, pero se me han quitado las ganas. Al poco de regresar a Tudela, tras recibir el alta en Pamplona, fui a ver una suelta en Fontellas, y no lo pasé nada bien. Como yo en Arguedas ese día, quien participa en este tipo de actos sabe a lo que se expone y lo hace bajo su responsabilidad..., y yo no quiero jugarme la vida otra vez.
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