Homenaje
Arguedas reconoce a los voluntarios de las reformas del Yugo
Trabajaron de forma desinteresada en las tres fases de las obras de mejora de este paraje

- Javier Ubago. Arguedas
Los voluntarios de Arguedas que participaron en las tres reformas realizadas en el albergue y la explanada de la ermita del Yugo de Arguedas, entre 1997 y 2002, recibieron el jueves un homenaje por su labor altruista. El acto tuvo lugar en el transcurso de una misa celebrada en la citada ermita. En especial, se agradeció el trabajo llevado a cabo por el entonces párroco José Mari Ortiz Sola; el albañil encargado de la obra, Carmelo Sanz; y el matrimonio formado por Estanis Sanz y Piedad Bienzobas, responsable del albergue; además de otra media docena de voluntarios. Además, hubo un recuerdo para los ya fallecidos.
El homenaje, que concluyó con un aperitivo en un restaurante de la localidad y una comida, fue promovido por María Antonia Floristán Zubieta, cumpliendo así una promesa que le hizo a su padre, Luis Floristán, fallecido en 2002. “Era muy devoto de la Virgen del Yugo y siempre que se le pidió ayuda gratis ahí estuvo. En el momento de su fallecimiento se le hizo un homenaje y, antes de su muerte, me pidió que también se reconociera la labor del resto de voluntarios, especialmente de José Mari Ortiz, que se dejó la vida por conseguir un entorno privilegiado del que hoy disfrutamos muchísima gente”, dijo.
POR FASES
Las obras de reforma de la explanada del Yugo se realizaron en tres fases. En total, se colocaron más de 4.000 metros cuadrados de piedra en toda la explanada y se remodeló el albergue, en el que en la actualidad pueden pernoctar hasta 50 personas.
Para acometerlas, aparte de la mano de obra que aportaron voluntarios de Arguedas, Valtierra y Cadreita, también colaboraron los ayuntamientos de estas tres localidades además de los de Santacara, Falces y Artajona. “Tuvimos gratis mano de obra, materiales, maquinaria y conductores, y contamos con donativos, pero hizo falta pedir un préstamo que hoy ya está pagado”, afirmó José Mari Ortiz.
Carmelo Sanz, encargado de la obra, recordó que finalizó el 5 de septiembre de 2002 y que para ello “estuvimos colocando piedra hasta las 12 de la noche”, dijo. Jesús Aragón Setas, de 80 años, recordó que su trabajo consistió en ayudar a los albañiles y acercarles la piedra “o ir a buscarla a Santacara”.
Pepe Zubieta Les, de 79 años, indicó que, principalmente, se dedicó a llevar material con su tractor y remolque; mover tierra con una pala; o hacer trabajos en la zona que hoy es el aparcamiento.
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