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Infraestructuras

Adif paraliza la obra de un muro en Uharte Arakil al intuir su valor histórico

El puente ferroviario que salva uno de los accesos al centro urbano se construyó “con restos de muralla” que pudo protegerlo en el siglo XV

Ampliar Un turismo se dispone a cruzar por debajo del puente ferroviario, asentado sobre piedras de la antigua muralla.
Un turismo se dispone a cruzar por debajo del puente ferroviario, asentado sobre piedras de la antigua muralla.N.G. 
Publicado el 20/09/2022 a las 06:00
La entidad pública Adif, adscrita al Ministerio de Transportes como responsable de la ejecución y mantenimiento de infraestructura ferroviaria, mantiene paralizada una obra de limpieza y conservación de un puente. El viaducto ferroviario salva el primer acceso desde los carriles sentido Alsasua de la A-10 (Autovía Sakana). Tal pronto como tuvo conocimiento de la posibilidad del valor histórico de la base de piedra en la que se asientan los raíles, decretó la suspensión temporal de la actuación. Siguió, según la empresa, un protocolo que se activa cada vez que se detectan vestigios. Está a la espera de la respuesta del Ayuntamiento, aduce.
Los sillares y mampostería del puente se construyeron con restos de muralla. En 1401 comenzó a levantarse.
UHARTE ARAKIL, PLZA FUERTE
Ahora que es actualidad el debate abierto sobre el enlace con la Y vasca en el entramado del TAV, la limpieza de la base de piedra que asegura un puente ferroviario en Uharte Arakil desempolva una parte de su historia Lo constata el Ayuntamiento en su propia web y lo subraya la Gran Enciclopedia de Navarra. “En 1831 –se puede leer en el portal digital del consistorio- se aprobó la apertura del camino entre Pamplona y Vitoria por el valle de Arakil. Y durante el período de 1862-1865 se construyó el enlace de la línea Pamplona-Alsasua, conectando con la línea Madrid- Francia. Los sillares y la mampostería del puente de la vía fueron construidos con restos de muralla”.
Las características del amurallamiento en uno de los accesos al núcleo urbano desde la A-10 (Autovía de Sakana) son hoy actualidad con su limpieza encargada por Adif para solaz y aprobación de parte del vecindario, cuya memoria conserva, por comentarios escuchados de sus mayores, la trascendencia del soporte de piedra en el trazado ferroviario por el pueblo.
Las labores emprendidas estos días descubren una parte de la historia local. Como bien recoge la Gran Enciclopedia de Navarra, “los ataques de los bandidos guipuzcoanos sobre la zona exigieron concentrar la población en plazas fuertes. El infante Luis, lugarteniente de Carlos II, decidió crear una línea defensiva a lo largo del corredor Barranca –Burunda. En Huarte, que era el mayor de los pueblos del valle de Araquil, se estableció una de las nuevas villas fortificadas (1355). Se reunió en ella a la población de otras once aldeas: Aguirregui, Amurgáin, Arguindoáin, Blastegui, Echave, Epeloa, Gatizano, Ilardia, Mendicoa, Muztilano y Uztegui. Los habitantes de estos lugares se resistieron durante dos años y fue preciso destruirlos para lograr su traslado a la nueva villa (1357)”.
Ahondando en detalles del pasado registrados para la posterioridad, se sabe que “en 1401 se inició la construcción de una muralla de piedra que la convirtió en plaza fuerte. Su bautismo de fuego como tal fue el cerco castellano durante la guerra de 1428-30”. Cuando estalló el conflicto entre agramonteses y beamonteses, la localidad se decantó por este último bando. “Solo pasó a manos de Juan II en 1460”, apoyado por los primeros. En ese momento, los castellanos, aliados de los beamonteses, cercaron el casco urbano “sin éxito”. Eso sucedió en 1461. “Para premiar su resistencia, el monarca otorgó el título de buena villa, el privilegio de asiento en Cortes de Navarra dentro del brazo de las universidades y, a pesar de reconocer a sus vecinos los derechos de los francos de Estella, los aforó de hecho al Fuero General”.
INCENDIOS Y ACCIDENTE
El sistema de defensa no impidió que, por diversas circunstancias, una parte del centro urbano fuese reducido a cenizas en sucesivos episodios: “En 1438 un incendio destruyó la cuarta parte de las casas (23 en total). Casi medio siglo después toda la villa ardió (24 de junio de 1484): 160 casas y la propia parroquia. En 1508 un tercer incendio completó la obra destructora” (Gran Enciclopedia de Navarra). La nómina de desastres provocados por las llamas concluyó en 1962 con “el último gran incendio dejando rastro en la arquitectura del lugar, calle del Río”, señala el Ayuntamiento en el repaso a la historia local. Por los raíles que se asientan sobre la historia circuló el intercity Miguel de Unamuno, que acabó descarrilando hace un cuarto de siglo. Fallecieron 18 pasajeros de los 248 que transportaba un Lunes de Pascua.
La labor de socorro de los vecinos, como la brindada por los servicios sanitarios y policiales, fue impagable. Se trata de un capítulo de los que hilvanan el recorrido histórico de Uharte Arakil. La limpieza del muro no ha hecho sino abrir una ventana a la curiosidad. 
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