Carnavales Navarra
Un brindis por el carnaval de Sunbilla
Ciclistas descorchando champán, bailarinas de ballet, Peter Pan... la comitiva más creativa devolvió el color del carnaval tras la pandemia
- Ainhoa Briceño
Vestidos con mallas, tutús y abarcas, la cuadrilla de Imanol estiraba los aductores y reproducía pliegues de ballet agarrados a una barra. Después, deleitaron al público con una conga al ritmo de ‘Paquito el chocolatero’. “¡Uno, dos, tres!”, ordenaba el animador en la carroza, que junto al tecladista, dirigía la ensayada coreografía.
La carroza de las bailarinas de ballet del carnaval de Sunbilla fue una de las que más llamó la atención de los espectadores en la recuperación del tradicional desfile de la localidad, tras dos años en los que tuvo que suspenderse por la pandemia. Un total de 12 carrozas recorrieron las abarrotadas calles del pueblo, donde vecinos y turistas se congregaban expectantes por descubrir las ingeniosas ideas de los sunbildarras.
Siguiendo a las bailarinas, la carroza de la zahar etxea competía por llevarse el premio a la más marchosa, al igual que el barco de ‘Peterpanen Abenturak’, con cocodrilos incluidos y ‘Sunbrilla Bitx’, la playa particular del municipio. A todo color y sonando ‘Soy una taza’, entre el público, María Dolores Villar imitaba los movimientos de la comitiva. “Me ha chiflado”, decía entusiasmada. La pamplonesa acudió con 10 amigos más, una cita que para ellos es una tradición desde hace 30 años y que culminaron con una comida en Santesteban. “Es un ambiente muy local y familiar, no como en las ciudades que puede asustar. Aquí la gente es muy cariñosa”, indicó.
Para sus amigos, la mejor carroza fue la de las bailarinas. “Se lo han preparado muy bien”, decía Chus. Aunque para la familia de Haizea Ariztegui, de Donosti, la más sorprendente fue la de ‘La Ruta del Bakalao’. “Se han metido en el papel de discotequeros”, destacaba. Su hija, que vivió sus primeros carnavales con apenas un año, quedó sorprendida con el barco de Peter Pan, dirigido por el capitán Aitor Ibarra.
2000 RACIONES DE CALDO
Algunos terminaron empapados de champán: la ocasión merecía un festejo a la altura. El Tour de Francia particular de Sunbilla terminó con ‘Ane Igartiboro’ a la cabeza, quien descorchó una botella en el podio para celebrarlo. Otros fueron más refinados y vestidos de época, presumieron de una reproducción del ferrocarril del Bidasoa, que además echaba vapor.
La colorida comitiva estuvo encabezada por las carrozas de caldo, pintxos de tortilla y talos, que se repartieron entre el público. Para soportar los 3 grados de temperatura, se repartieron 450 litros de caldo, 2.000 raciones de las que no quedó nada y se vendieron boletos para participar en el sorteo de dos jamones. Los sunbildarras llevaban preparando la ocasión desde hacía un mes. Fue el caso de la carroza de ‘Karibetak Piratak’, una construcción que el numeroso grupo de Leire Sanzberro levantó desde cero. “Hemos echado de menos el salir. Para nosotros el carnaval es sagrado”, expresó la pirata.
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