Suceso
El F-18 que sobresaltó a Sakana trató de interceptar un vuelo comercial
El caza militar rompió la barrera de sonido y regresó a Torrejón de Ardoz cuando se identificó por radio el comandante de la aeronave de pasajeros

Publicado el 22/03/2023 a las 19:37
La “traza sospechosa” que encendió las alarmas de la Defensa Aérea en la noche del 5 de febrero fue un avión de pasajeros. La explicación, dada a conocer ahora por el Gobierno central a una pregunta del diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, resuelve la incógnita instalada desde entonces sobre el objeto no identificado.
El silencio del comandante del vuelo comercial obligó a activar el protocolo de identificación. En ese caso, sin respuesta a las constantes indicaciones dadas a un intruso en el espacio aéreo nacional, se ordena partir, como así sucedió, a un F-18 del Ala 12 de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) con la orden de seguir la estela sospechosa.
El vuelo de reconocimiento se enmarcó en lo que, en el argot del Ejército del Aire, se conoce como misión Alpha Scramble. Bajo su cobertura, surcó el cielo a velocidad supersónica con un claro propósito de “de llegar rápido” a su destino en el norte. “La misión transcurrió con normalidad”, concretó el Ejército del Aire.
En realidad, el caza regresó a base con el alivio que supuso la identificación que realizó por radio del comandante del vuelo comercial.
Otra cuestión fue la reacción que provocó el fuerte estampido del F-18 en localidades de la Llanada alavesa, el Goiherri guipuzcoano y Sakana. El estruendo se produjo por la ruptura de la barrera del sonido a ras de tierra. Este límite se franquea cuando se recorre un kilómetro cada tres segundos o, lo que es lo mismo, más de 1.200 kilómetros por hora.
"COMO UN TERREMOTO"
Eran las diez de la noche cuando se escuchó un eco potente que empujó a vecinos de la Burunda a abandonar sus casas con la sensación de un sobresalto.“Fue un trueno”, expuso un residente de Iturmendi.
El episodio desató la imaginación con elucubraciones de distinto signo sobre lo ocurrido. No pocos vecinos pensaron en Alsasua que se trataba del estallido de una bombona de gas o incluso un terremoto. La hipótesis del seísmo se descartó con la luz del nuevo día y las primeras aclaraciones de instituciones.
El temor se apoderó de cuantos reaccionaron con esa sensación al ver que las ventanas de sus viviendas habían vibrado. En los pisos de mayor altura, hubo una percepción de movimiento.
El cruce de opiniones dejó un capítulo para quienes relacionaron el hecho con un cohete de gran potencia, lanzado en la jornada inaugural de la fiesta de los quintos y quintas. Las dudas aumentaron cuando vehículos de bomberos y de policía cruzaron el entramado urbano.