Emprendedores
Transmisión de datos a bajo coste para la industria inteligente
Dos empresas navarras diseñan un rastreador de banda estrecha para abaratar a las pymes su acceso a la Industria 4.0

Actualizado el 10/01/2018 a las 18:35
La industria inteligente, la llamada ‘Industria 4.0’, se abre paso a bocanadas en las empresas. No consiste en hacer nada nuevo. Al menos, nada que no hiciera hasta ahora un buen gestor o una empresa bien engrasada: medir el nivel de consumos, el flujo de materias primas, la trazabilidad del producto, los tiempos de los procesos, para ver qué se puede optimizar más todavía.
Lo novedoso es que, en vez de hacerlo con personas recogiendo datos de máquina en máquina, o almacén por almacén, la tecnología lo hace por ellos. Pequeños dispositivos, como sensores o geolocalizadores, que, además, de recoger esos datos, los transmiten en tiempo real a una aplicación software para que el gestor pueda saber lo que necesita en el momento preciso y tomar una decisión. Incluso delegar esa decisión a la propia aplicación: desde encargar más materiales, según se agotan, hasta que el sistema avise al técnico automáticamente cuando se estropea una máquina.
El llamado internet de las cosas lo pone todo más fácil. Pero requiere de inversiones importantes, que pueden abaratarse mucho si se recurre a la banda estrecha de transmisión de datos: el narrow band, que los operadores están comenzando a implantar en las principales ciudades de España. A diferencia de otras conexiones de banda ancha (satélite, fibra, adsl...) el narrow band solo permite envío de datos, nada de imágenes ni voz, pero el coste de conexión para subir y descargar esos archivos por internet es mucho más barato. Y con un nivel de cobertura mayor que los móviles, porque la onda estrecha permite una mejor penetración en paredes: sótanos, etc.
“Hemos sido los primeros en Navarra en fabricar un dispositivo y conectarnos con él en ese ancho de banda. Aquí no había antenas con este tipo de cobertura. Hablamos con Vodafone y nos habilitó tres de las suyas para hacer nuestras pruebas”, explica el pamplonés Gonzalo Bañón, promotor del proyecto. “Hasta ahora, los dispositivos de envío de datos, que existen, como medidores de caudales o sensores de humildad para uso agrícola, o geolocalizadores, están conectados a placas solares o las baterías del vehículo, para alimentarse. En cambio, este prototipo permite transmitir esos datos con una pequeña batería que dura más de un año y un precio de conexión anual de 3€. Y es tan pequeño que lo puedes meter en los envíos premium en pedidos de valor, de forma que tú puedes saber en todo momento dónde está tu paquete, o tu contenedor; no el camión que lo transporta”, añade.
EL ORIGEN DE LA IDEA
Bañón, gerente y administrador de Movilsol, una empresa de servicios de telecomunicaciones, con sede en Landaben y 13 empleados, contactó a principios de año con la empresa de Mikel Meoki, Embeblue, creada en 2013 por un grupo de ingenieros electrónicos de la UPNA. Quería saber si podían desarrollar por encargo un dispositivo NB-IOT para transmisión de datos. La sigla surge de la fusión de los términos ingleses banda estrecha -Narrow Band- e internet de las cosas -Internet Of Things-.
Meoki y los suyos han diseñado un prototipo de tracker o rastreador, con diferentes tecnologías, como sensor de movimiento, temperatura, humedad, posible conexión a móvil, etc... La prueba piloto se realizó en junio desde distintas ubicaciones en la comarca de Pamplona. Pero las aplicaciones de este tipo de dispositivos son mucho más amplias: desde controlar el desgaste de piezas de seguridad, control de aerogeneradores, sensores de temperatura y humedad para hostelería, sistemas de logística y hasta usos ganaderos como localización de ovejas.
“La revolución tecnológica aquí es que hay que hacer inteligentes las cosas: una casa, un tren, una farola. Hasta ahora, las personas estamos conectadas con el móvil, pero esa tecnología no vale para las cosas. Porque tienen que estar preconectadas y la tarifa de conexión cuesta mucho. Al bajar el consumo energético de estos dispositivos, ahora puede ir a pilas lo que antes no podía. Que parece una tontería, pero no lo es, porque lo puedes ‘embeber’ (incrustar un contenido en otro) en las cosas. Y, al bajar el precio de conectividad, puedes hacer despliegues que antes no podías”, expone Meoki.
En este sentido, indica que se está abriendo “una pequeña guerra” en la conexión de los aparatos. “Por ejemplo, un coche. No es lo mismo que lo conecte el fabricante, que el proveedor de componentes, el concesionario o el taller”, ejemplifica. “Porque el que tenga los datos, en el futuro va a ser el dicte el modelo de negocio”.
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