1.000 jaulas de pernos de Barranquesa para sujetar los aerogeneradores

De los aerogeneradores eólicos vemos la parte que se eleva al cielo desde la superficie. Es decir, distinguimos la torre, con sus diferentes tramos que pueden ser 2, 3, 4 o 5; la nacelle y las palas. Pero, ¿cómo se sujetan? Es decir, ¿por qué no se caen? La respuesta la tiene Industrial Barranquesa, una empresa navarra que fabrica los elementos que cimentan y aseguran, escondidos bajo tierra, los molinos de viento que producen electricidad limpia. El sistema que los sujeta se llama jaula de pernos. Como indica el nombre, se asemeja a una jaula que, en este caso es circular y está constituida por una estructura metálica, de 5 metros de diámetro y 4 metros de altura. Soporta el peso de la torre del aerogenerador por debajo del suelo y consta de pernos, unos tornillos de acero largos que dan apariencia de unos barrotes. Estos pernos se unen en los extremos por una brida circular. Industrial Barranquesa fabrica en su planta de Esquíroz las bridas y las envía junto con los pernos que recibe de otros fabricantes y el resto de los 1.200 componentes necesarios para instalar una de estas jaulas al parque eólico, aunque el cliente es el fabricante de aerogeneradores. Así lo explica Manuel Turiel Alonso, director general de la empresa. “Entregamos todos los elementos necesarios para montar la jaula, a modo de ‘ikea’. Suministramos todo el conjunto, aunque fabriquemos solo las bridas. Así el cliente recibe todo del mismo proveedor”, añade. Desde 2018 Este sistema de sujeción es bastante reciente en el sector ya que se utiliza a partir de 2014. Industrial Barranquesa comenzó su fabricación en 2018 y ahora lo usan todos los fabricantes de aerogeneradores. De la fábrica de Pamplona salen al día unos 10 camiones y cada uno de ellos lleva una jaula que tiene como destino un aerogenerador. Parten desde la fábrica de Esquíroz desde 2021, ya que fue en marzo de ese año cuando se terminó de construir esa fábrica, donde la empresa invirtió más de 5 millones de euros. “La acogida dentro de nuestros clientes ha sido más que satisfactoria”, explica el directivo. Entre ellos, figuran los principales fabricantes de aerogeneradores como Siemens Gamesa, Vestas, Enercom o Nordex Acciona. En esta actividad, Industrial Barranquesa no tiene competidores nacionales, pero sí que hay un fabricantes en el norte de Europa. También han trabajado para la navarra Nabrawind Technologies para los tres aerogeneradores que instaló en Namibia en 2021. Se edificó esta nueva planta, en el polígono Comarca II, donde ocupa 6.000 metros cuadrados construidos sobre una superficie total de 10.000, porque la originaria de Lakuntza se había quedado pequeña. En esta localidad de la Barranca, que da el nombre a la empresa familiar, la fábrica comenzó a funcionar en 1960. Desde sus inicios trabajó en el campo de la transformación de acero. Durante los primeros 30 años su producto estrella fue la brida para tubería, dirigido al mercado nacional. La fabricación fue creciendo hasta que en 1990 se dio el gran salto al sector eólico, algo que cambió el devenir de la empresa. “En ese momento, los pioneros del sector eólico se pusieron manos a la obra en la ardua tarea de desarrollar una cadena de suministro adecuada para sus nuevas necesidades. Entonces, la actividad de la Barranquesa, nombre comercial, incluía la fabricación de anillos (bridas) de acero de diámetro 1,6 m. aproximadamente y las necesidades de aquellos tiempos eran similares. Ese fue un momento clave en la compañía que supuso la entrada en uno de los sectores con mayor evolución de las últimas décadas”, explica el directivo. Desde entonces, la importancia del sector eólico ha ido creciendo hasta las piezas actuales de diámetros de 5m. y pesos de 8.000 kilos cada brida. Desde hace 10 años, Industrial Barranquesa trabaja en exclusiva para el sector eólico para el que fabrica las bridas de acero que unen los tramos de la torres de los molinos. Cada día desde la fábrica de Lakuntza salen 4.000 bridas al año. Cuando en 2018 comenzó el negocio de las jaulas de pernos, la empresa ‘hizo un hueco’ en la planta de Lakuntxa para esta actividad. A los 13.000 metros cuadrados construidos sobre una extensión de 17.000 metros cuadrados, se construyeron 1.700 más para este producto. Pero, al aumentar los pedidos fue cuando se vio la necesidad de construir una planta en exclusiva. De las 100 personas que forman la plantilla de Industrial Barranquesa, 50 están en Lakuntza, otras 40 están en Pamplona y 10 trabajan entre las dos plantas, como es el caso de Manuel Turiel. Las dos plantas trabajan a tres turnos, las 24 horas del día de lunes a viernes. Además de estas dos fábricas, la empresa cuenta con un centro de servicio logístico en Dinamarca para facilitar las entregas en los parques eólicos del norte de Europa. Origen, en 1960 Industrial Barranquesa nació en 1960, bajo el impulso de una familia navarra que hoy mantiene la mayoría de la propiedad. El resto está en manos de diferentes inversores navarros. Sobre la evolución de los últimos años, Turiel señala que ha sido “muy positiva”, lo que les ha permitido entrar a formar parte de Cepyme 500 durante varios años, una iniciativa que selecciona el conjunto de empresas españolas que son líderes en crecimiento empresarial, tanto por sus resultados como su capacidad para generar valor añadido, empleo, innovación y proyección internacional. La facturación de Industrial Barranquesa en 2021 fue de 35 millones de euros, de los que el mercado nacional supuso el 36%. La exportación representó el 65% restante y la mayor parte procedió de Europa. La previsión para este ejercicio es crecer el 20% y la exportación también aumentará su peso al alcanzar el 70% de los ingresos. “Las expectativas de Barranquesa son mantener el crecimiento de ventas, a pesar de la bajada del sector. Confiamos en crecer en 2023 debido a nuevos clientes que confiamos en añadir. Seguiremos desarrollando el mercado europeo y comenzaremos a explorar otros mercados como el americano”, apunta el director general. Manuel Turiel Alonso guarda en su memoria para siempre una fecha, la del 20 de noviembre de 2000. Fue el día que aterrizó en Pamplona. Llegó para trabajar en Tecnocofort como ingeniero de producto. Y se quedó. Turiel, nacido en Oviedo el 26 de marzo de 1977, estudió Ingeniería Industrial en San Sebastián, en la Tecnun de la Universidad de Navarra. Después de trabajar un año en Tecnocofort, pasó a Arcelor Mittal, en Berrioplano, donde desempeñó diferentes puestos, como responsable técnico y, más adelante, director de producción. Hasta que en 2006 se incorporó a Industrial Barranquesa, en Lakuntza. Comenzó en esta empresa como ingeniero de producción y fue con el tiempo asumiendo diferentes responsabilidades, como responsable de producción, puesto que desempeñó durante tres años, y director de operaciones, de 2010 a 2020. “Me incorporé con el boom del sector, cuando se vendía todo. Pero en 2010 la crisis financiera afectó a la actividad eólica. La empresa lo pasó mal y hubo que aplicar EREs y ERTEs”, recuerda. En 2021 la empresa le ofreció la oportunidad de poder sustituir a Luis Álvarez de Eulate, director general, cuando se jubilase. Así que después de un año como director adjunto y con solapamiento en las funciones, desde enero de 2021 asumió la responsabilidad de la empresa en febrero de 2022. Manuel Turiel, aficionado a la natación, a la Fórmula 1, a la lectura y al Real Oviedo CF, vive en Pamplona, está casado con la pamplonesa Cristina López Murillas y tiene tres hijas, de 17, 15 y 12 años. Industrial Barranquesa trabaja para un sector, el eólico, que está viviendo una crisis de resultados y de actividad. Y Manuel Turiel, director general de la empresa, explica que, precisamente, es cuando más energía renovable hace falta instalar. “Pero me gustaría lanzar un mensaje positivo. Seguramente, tardará más de lo que a todos nos gustaría, pero el sector eólico tiene un recorrido enorme y sin duda volverá más fuerte tras este periodo bajista. Por desgracia, el conflicto Rusia-Ucrania ha puesto aún más de manifiesto la triple necesidad que existe de las energías renovables:medio ambiente, independencia y coste”, explica Turiel. En este contexto, el crecimiento de la empresa va a procedente incorporación de nuevos clientes. Añade que el sector para el que trabaja en exclusiva Industrial Barranquesa, el eólico, se caracteriza por la concentración, el gran tamaño, su enfoque internacional y los estándares de calidad muy elevados. Y añade que es un sector en el que el tiempo de reacción es muy largo. “Todas están perdiendo dinero porque desde que venden sus aerogeneradores hasta que se materializa la operación pasan muchos años. Mientras, los costes han subido y hay que fabricarlos con los precios ya fijados, que son más baratos. El retraso y la cancelación de algunos proyectos se debe a la elevación de los costes, como por ejemplo, el del acero”, explica. En cambio, añade que los promotores están en la situación contraria porque compran los aerogeneradores a un precio más barato que el que correspondería en estos momentos y la energía la están vendiendo más cara. “Por eso costará un año o más que se equilibre el mercado, para que se puedan vender aerogeneradores a precios reales. Por eso 2023 va a ser todavía malo, pero en el 24 la situación habrá mejorado, apunta.

1.000 jaulas de pernos de Barranquesa para sujetar los aerogeneradores

Industrial Barranquesa, empresa de origen familiar con plantas en Lakuntza y Esquíroz, fabrica también bridas para las torres de los aerogeneradores. Con 100 trabajadores, factura 35 millones de euros y tiene previsto crecer el 21%

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