El sector Navarro de 'Food-tech' rompe el cascarón

Tras una etapa de desarrollo al amparo del vivero en el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra (CEIN), donde les han enseñado a aprovechar sus mejores bazas y han trabajado duro para aprender aquello en lo que flojeaban, once empresas emergentes han acudido a la reciente celebración de la Expo Food Tech en Bilbao, una de las ferias referentes del sector de las tecnologías de la alimentación en Europa. Allí han dado a conocer sus productos, buscado clientes, inversores y socios, al tiempo que han procurado hacerse un nombre en un sector con un enorme potencial de crecimiento en los próximos años. Nueve de estas once empresas emergentes, más conocidas con el anglicismo startups en el argot empresarial, han participado en este reportaje para dar una pequeña idea de la situación de sus respectivos proyectos, casos acompañados de otra compañía, Lev2050, que dejó atrás su etapa embrionaria y ya se ha consolidado en el mercado. Todas ellas están muy agradecidas del apoyo público recibido a través de CEIN, pero sugieren cambios que mejoren las cosas para quienes sigan sus pasos. Mayoritariamente señalan a la dificultad de financiarse en algunas fases de desarrollo y critican la escasa apuesta por la innovación de las empresas nacionales, con honrosas excepciones, en el sector agroalimentario, lo que les obliga a buscarse la vida en el extranjero. Ya tienen presencia en 16 países de Europa, Latinoamérica y Asia, una expansión que busca dar un impulso más con el salto a Estados Unidos y la construcción el año que viene de su propia planta en Navarra. Nucaps lleva ocho años trabajando en la microencapsulación con proteínas para la elaboración de ingredientes funcionales con propiedades mejoradas tanto para “alimentación, cosmética, farma y alimentación animal”. Esta empresa emergente navarra en la que trabajan doce personas ha acudido a la Expo Food Tech de Bilbao para dar a conocer su oferta a la industria agroalimentaria, uno de los sectores en los que tienen aplicación sus productos. El producto estrella que han traído es la combinación de la sal común junto con una proteína que potencia su sabor: “La novedad de este año es una combinación de sal común con una proteína que permite usar menos cantidad con las mismas sensaciones. Se logra elaborar así alimentos como un pan que es apto para celiacos e hipertensos que sabe como el pan de toda la vida”. Según aseguran, su coste no encarecería los productos que lo usaran en su elaboración. También buscan “tener contacto con la industria” para mostrar sus innovaciones, así como encontrar empresas “para desarrollar ingredientes nuevos”. Tras unos primeros años centrados en escalar los procesos para “ofrecer una solución tecnológica a los fabricantes”, afrontan ahora una etapa de crecimiento en la que se han visto obligados a encontrar clientes en el extranjero ante la “poca orientación a la innovación” que hay entre las empresas nacionales del sector agroalimentario, algo que contrasta con sus competidoras en otros lugares de Europa y el resto del mundo. Expertos en el desarrollo de dispositivos, sensores e instrumentos, Nulab ofrece toda una panoplia de soluciones que permiten medir composición nutricional, presencia de un materias extrañas y propiedades organolécticas como sabor, textura, sabor u olor. Han acudido a la Expo Food Tech de Bilbao para mostrar su dispositivo portable NIR que sirve para calcular calidad en productos cárnicos, cereales, vegetales frescos y productos deshidratados. En los últimos dos años han estado trabajando en una “tecnología en línea para las líneas de procesamiento para monitorizar producción de forma instantánea”. En Nulab trabajan cuatro personas y esperan reforzar la plantilla en breve con una nueva incorporación, según asegura su director general, Iván Nieto Gorostidi. La feria de la capital vizcaína es para Nulab un “punto de encuentro con empresas clientes y tecnológicas” de gran utilidad de cara a “el desarrollo de negocio y del aprendizaje”. “Necesitamos conocimiento para implantar soluciones a nivel integral. Hay una amplia representación de empresas del valle del Ebro asiduas a esta feria. Ello se combina con la asistencia muy significativa de centros tecnológicos y proveedores”, comenta Nieto. El director general de Nulab considera que este año es “un punto de inflexión” para la empresa emergente dado que todo el desarrollo tecnológico de los últimos años para medir la calidad en seguridad alimentaria en tiempo real “está a punto de ver la luz y ser implantando en la industria”. De cara a reforzar el sector de las Food Tech, reclama más ayudas para las empresas que actúan como propulsoras de las startups: “Las apuestas de las empresas privada deben tener incentivos y no solo riesgos para así anirmarse a apostar por las propuestas de valor tecnológico”. La empresa navarra Smart Comfort se encuentra en plena fase de lanzamiento comercial de un producto, bautizado como Avir, para mejorar la productividad de las granjas intensivas y creando redes de distribuidores en Europa. Es un sistema de “calefacción inteligente” que usa el infrarrojo lejano para proporcionar calor como alternativa al aire caliente. “Calentamos cuerpos, no el aire. Es el calor más agradable para personas y animales y el más eficiente”, comenta Aida Loperena, una de las socias de la empresa con siete personas en plantilla. Tras varios años de desarrollo, iniciaron la etapa de industrialización en 2022 gracias a un acuerdo con Eika (Etxebarria, Vizcaya), empresa que del grupo Mondragón. Sus calefactores, específicos para “entornos exigentes”, van acompañados de un sistema automatizado que “dota de inteligencia a la instalación y permite regular la emisividad de los calefactores por zonas”. Han acudido a la Expo Food Tech de Bilbao con la intención de dar a conocer sus soluciones Nawattia para la industria agroalimentaria, un entorno en el que “tradicionalmente no se ha utilizado calefacción por no afectar a los productos”. “Nuestro sistema es una oportunidad para las empresas por el cambio en el sector energético debido a los conflictos externos, así como el impulso a las energías limpias y la descarbonización”, expone Loperena. Con un proceso patentado para reducir el contenido en gluten por debajo de 10 partes por millón en harinas de trigo, cebada y centeno, Bread Free es una empresa ubicada en Tudela e impulsada por dos jóvenes de 26 y 24 años, Juan Garrido Rosado y Daniel Gómez-Bravo. “Somos los primeros en el mundo en realizarlo y ahora estamos en la presentación de nuestro primer productos comercial, la harina de trigo Pura”, explican. Con los fondos logrado gracias a las ayudas Neotech que concede CDTI, entidad dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, consiguieron montar el año pasado un laboratorio pequeño en Tudela y contratar gente. Suman ya nueve personas trabajando si se cuenta al equipo de desarrollo de negocio en Madrid. En la actualidad están industrializando el proceso y realizando pilotos con empresas para “productos de pescado, cárnicos, panadería, galletería, bollería, alimentación infantil...”. Su presencia en Bilbao forma parte de unos ambiciosos objetivos que pasan por hacer “una ronda de inversión 1,3 millones para montar la planta industrial y doblar la plantilla”. Y se marchan de la capital vasca con una sonrisa entre las orejas al lograr el premio Healthy Food, un evento paralelo que se celebraba en el Gugenheim. Su harina Pura llegará al mercado el año que viene tanto para particulares como empresas. Las empresas del sector agrolimentario son los principales clientes de Vision Quality, una empresa emergente navarra que diseña máquinas de “inspección y clasificación industrial” basadas en visión artificial e Inteligencia Artificial (IA). “Toman imágenes de los productos que pasan por una línea y en función de los parámetros programados como el color, tamaño o forma los expulsamos o clasificamos”, explica Alfredo Ferrer Lacambra, socio de la empresa junto a Sodena. Presume de que han sido capaces de llevar su producto al mercado tan solo un año después de su creación en 2016 y ya cuentan con clientes como Urzante, grupo AN o Real Green Foods. Entre sus mayores logros está el desarrollo de una línea para embotellar “muy consolidada” capaz de comprobar la colocación de etiquetas, niveles de llenado o tapones. “Estamos muy bien posicionados frente a otros competidores. Empleamos la IA para analizar imágenes, de forma que la máquina va autoaprendiendo y es cada vez más robusta”, afirma. La siguiente vuelta de tuerca en la que están trabajando es la capacidad para examinar materia prima en gran volumen, lo que tendría aplicación “en conserveras congeladoras” que descargan con tractores y camiones. Han acudido a la Expo Food Tech de Bilbao con el objetivo de “incrementar la imagen de marca”, así como para buscar clientes. De momento, no precisan de conseguir ni socios ni inversores. Welfare Tracker es una empresa emergente dedicada al desarrollo de herramientas para “monitorizar, evaluar y mejorar el bienestar animal para mejorar la productividad”, algo que pueden lograr mediante la “detección de forma precoz las patologías” a través de “bioindicadores con test rápidos de identificación de proteínas de fase aguda”. Por ejemplo, ya comercializan un producto llamado Aptokit capaz de identificar la “haptoglobina” en muestras de leche sin necesidad de llevarlas a laboratorio, según cuenta Urko Muzquiz Añon, uno de los tres socios que además cuentan con el apoyo de Sodena. Se trata de un desarrollo que puede detectar en la “huella lipídica” las características del bienestar animal en explotaciones de ganado de vacuno de leche. “Este año está prevista una ronda de inversión para llevar al mercado la herramienta llamada Go Welfare que combina la haptoglobina, huella lipídica y la Inteligencia Artificial para el bienestar animal y prevención sanitaria”, añade Muzquiz. Con tres personas trabajando en la empresa, han acudido a la Expo Food Tech para entablar relaciones con otras empresas e identificar nichos donde aplicar las tecnologías que ya tienen disponibles y las que están en desarrollo. Principalmente, buscan empresas tractoras e industriales como socios estratégicos que les ayuden a llegar al mercado. Los subproductos que proceden de la industria agroalimentaria se han empleado tradicionalmente para alimentar animales o han acabado directamente en los vertederos. Sin embargo, la empresa emergente navarra Ingredalia ha logrado convertir una patente propia en un proceso industrial que los transforma en “ingredientes y complementos alimenticios para personas y mascotas”, según cuenta Miguel Angel Cubero Márquez, su director general y socio minoritario. Empresa impulsada por Trasa y que cuenta con la presencia de empresas conserveras como Viuda de Cayo, Grupo Virto, El Navarrico, Ferba o El Chaval. Son cuatro las personas que ahora trabajan en la empresa que comenzó sus operaciones en 2020. Se han desplazado hasta la Expo Food Tech de Bilbao para darse a conocer a clientes y “encontrar posibles socios en la parte de desarrollo e industrialización”. Gracias a un proceso que emplea encimas, son capaces de extraer de los desechos vegetales de la industria “compuestos beneficiosos para la salud”. En la actualidad ya hay en el mercado una miel complementada con sus ingredientes que ya se está produciendo en Cataluña y pronto esperan que haya novedades. “Si se cumple los previsto, con lo que ganamos nos mantenemos solos a finales de este año y principios del que viene”, cuenta Cubero. Son ya diez las personas que trabajan en Moa, una empresa emergente navarra ha desarrollado un sistema de fermentado de subproductos de la industria agroalimentaria, elementos que hasta ahora se utilizaban como pienso para animales, que pueden usarse “en la elaboración de alimentos para personas”. La capacidad para levantar “una ronda de financiación de 1,5 millones de euros” y haber completado “más de quince pilotos con la industria” dice mucho de la solidez de una propuesta que todavía está en “fase de desarrollo del producto”. Entre sus virtudes, sus promotores mencionan que sus ingredientes son capaces de añadir “sabor, funcionalidad y valor nutricional”, al tiempo que se contribuye a la sostenibilidad en distintos planos, tanto económico como ecológico, al revalorizar lo que hasta ahora era calificado como “subproducto”. “Este año, el objetivo es sacar los primeros ingredientes al mercado y cerrar nuestra próxima ronda de financiación. El mes que viene vamos a poner en marcha el proceso para contratar a dos personas más”, explica Bosco Emparanza, uno de los socios de la empresa. La presencia de Moa en la Expo Food Tech de Bilbao ha tenido como principal objetivo, según añade Emparanza, cerrar “colaboraciones con la industria agroalimentaria”. Tienen el ambicioso objetivo de que todas las casas dispongan de un Yenxa, un pequeño electrodoméstico diseñado por la empresa emergente navarra Almotech que convierte el aceite usado en jabón líquido para lavadora. “Es una solución responsable y sostenible para incorporar la circularidad a todos los hogares. El jabón que se obtiene está libre de fosfatos, sulfatos, blanqueadores ópticos y parabenos”, enumera Ana Martínez Tanco, socia de la empresa junto con Javier Vidorreta Salillas. Están especialmente ilusionados con la preventa de Yenxa en la plataforma de crowdfunding Kickstarter, que arrancará el 5 de junio y aceptará pedidos hasta el 2 de julio. Quienes se animen a invertir 199 euros recibirán el kit junto con las cápsulas de regalo para obtener el equivalente en jabón a quince lavados. El aparato se puede seguir empleando indefinidamente adquiriendo más cápsulas, de forma que el ahorro acaba llegando con el uso: “Con 150 ml de aceite se obtienen 750 ml de jabón”. Y para redondear la sostenibilidad de su propuesta, la fabricación del Yenxa es nacional pese a que esto vaya a costa del “margen de beneficio”. Con este producto a punto de llegar al mercado, han viajado a la Expo Food Tech de Bilbao para establecer contactos con posibles distribuidores, así como “poner el foco en encontrar otros colaboradores para nuevos canales de venta” sin excluir el B2B. Hace ya siete años que Lev2050 abandonó el vivero de CEIN. Esta empresa especializada en diseñar microorganismos a medida y producirlos a escala industrial cuenta con una plantilla de veinte personas a las que prevé sumar otras cinco antes de terminar el año que viene. Sus productos abarcan una gran variedad de usos que cubren la agroalimentación, pero que también tienen aplicación en la minería. “Acompañamos al cliente desde la fase de diseño para determinar sus necesidades hasta la fabricación en masa. Son productos de alto valor añadido que se emplean en todo tipo de procesos como la producción del vino y la cerveza, el pan, los lácteos y los cárnicos curados, por mencionar algunos”, explica David García Yoldi, socio mayoritario. Se trata de un campo en el que queda mucho espacio para la innovación, ya que, según recuerda García, cada vez hay más dolencias que se relacionan con la microbiota intestinal. Veteranos en la Expo Food Tech, han acudido a Bilbao con su nuevo “reator esterilizable in situ”, un producto que “garantiza un cultivo puro” del microorganismo que necesita el cliente. Esta empresa tiene presencia en España, Portugal, Italia, Francia, Grecia, Reino Unido, Chile y Argentina y está haciendo sus primeros contactos con EE UU. En noviembre prevén cambiar sus instalaciones a unas nuevas en Mutilva donde casi triplicarán su capacidad productiva.

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