Roberto Lanaspa, presidente del clúster de automoción: “Tras confirmarse el coche eléctrico de VW Navarra, las ayudas deben llegar al resto del sector”

El presidente de la Asociación Clúster de Automoción de Navarra (ACAN), Roberto Lanaspa Martínez (Tudela, 1968), se esfuerza por evitar mensajes catastrofistas, pero no puede ocultar la inquietud que existe en el conjunto de la industria del automóvil en Navarra. El también vicepresidente de KWD Automotive, que cuenta con una planta en el polígono de Orkoien-Arazuri, admite que la reciente confirmación de los planes de Volkswagen para electrificar su producción en Landaben despeja una importante incógnita. Sin embargo, considera que ahora toca allanar el camino hacia el futuro eléctrico para el resto del sector en la Comunidad foral, que representa una parte igual de importante que la propia factoría de coches. Volkswagen ha confirmado la producción de coches de baterías en Landaben. ¿Ya están todos los deberes hechos? Esto es un primer paso. Que se haya garantizado la electrificación de Volkswagen Navarra es un hito muy importante, una condición necesaria e indispensable, pero no única. El tejido industrial del sector automoción en Navarra lo compone, como hemos dicho muchas veces, un 50% Volkswagen Navarra y el otro 50% todas las empresas que estamos trabajando para el sector de automoción. Evidentemente es un primer paso importante, pero ahora toca el ver cómo se consolida el trabajo en el resto de la cadena de valor. Eso es en lo que estamos. ¿Qué tal va este proceso? Estamos en unos momentos realmente cruciales, porque en los próximos meses, de aquí a junio, se van a producir todas las asignaciones a los proveedores para los modelos eléctricos. Ahí se va a definir el futuro, la panorámica de Navarra para los próximos diez años como mínimo y eso es lo que nos tiene realmente preocupados. ¿Cómo de urgente es el momento? Hablamos de un plazo muy corto. Afrontamos un periodo de tiempo que va a ser muy intenso y con muchas implicaciones durante el que se va a jugar el futuro. Las noticias sobre la electrificación de Volkswagen Navarra es buena y necesaria, pero ahora falta la segunda parte. ¿Y por qué no se han presentado más empresas del sector en Navarra al PERTE? Fue Volkswagen la que eligió qué empresas formaban parte de su proyecto. No obstante, nosotros ya llevamos un tiempo diciendo que aquellas empresas que forman parte del PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) del coche eléctrico no significa que vayan a convertirse automáticamente en proveedores de Volkswagen. El PERTE estaba abierto a todos los fabricantes de vehículos, pero no todos ellos han participado, lo que creemos que es significativo. Hay que recordar que las empresas proveedoras del sector que trabajan aquí en Navarra no se dedican al 100% para Volkswagen, sino también con el resto de marcas. ¿Le parecen pocas las empresas navarras integradas en el PERTE? Que solo haya seis miembros con representación en Navarra de todos los que están en el PERTE es algo que nos preocupaba y nos chocaba. La presencia que hay de pymes es muy pequeñita. La posición relevante que tiene que tener Navarra día de hoy en el sector de automoción a nivel nacional no está reflejada en la realidad del PERTE. Por otra parte, vemos que solo se han asignado un 30% de los fondos disponibles. En el momento tan crucial, todos los entes que componemos el clúster nos preguntamos cómo es posible que solo se haya asignado un porcentaje tan bajo de los fondos. ¿Han indagado los motivos? Lo que está claro es que habrá que ver qué es lo que ha fallado en la convocatoria del PERTE, qué habrá que enmendar para que podamos hacer uso de esta capacidad financiera que se ha quedado en el tintero. ¿Y ahora qué? Desde siempre hemos reclamado que lo que el PERTE no pueda cubrir, porque está en manos del Gobierno central y tiene sus limitaciones como cualquier convocatoria de ayudas, ahí tiene que responder el Gobierno de Navarra para cuidar de su sector industrial. Se supone que en Navarra aporta un 30% a su PIB y que la automoción es prioritaria por su peso en actividad y empleo. ¿No está funcionando correctamente la interlocución con el Gobierno de Navarra? Desde ACAN llevamos ya tiempo hablando con el Gobierno, tanto con la presidenta Chivite como con el consejero de Desarrollo Económico y Empresarial, Mikel Irujo. Hay que ser honesto y decirlo claramente. La interlocución es fluida y es buena, pero eso no significa que estemos de acuerdo en todo. ¿Dónde están las diferencias? Le hemos pedido al Ejecutivo que haya una acción de gobierno trasversal. No puede ser que un solo departamento esté implicado. Hay que abordar asuntos sobre infraestructuras, educación, fiscalidad y ayudas. ¿Han hecho algún diagnóstico antes de hacer estas peticiones? Hicimos un análisis que hemos compartido con el Gobierno foral para comparar la competitividad de Navarra para atraer y fijar inversiones y empleo. La conclusión es que la posición preponderante que teníamos ya no es tal. Es más, estamos en peor situación competitiva que otras regiones a nuestro alrededor. ¿A cuándo se remonta esta pérdida de competitividad relativa? No es algo que se haya producido en los últimos meses o años, sino que ha llegado paulatinamente. Las pérdidas de competitividad relativa se deben a que tú no haces cosas o porque los demás hacen más que tú. ¿De cuántos años atrás habla? No lo achacamos a los últimos tres o cuatro años, sino que es una cuestión de medio y largo recorrido. El momento actual es un acumulado de unos diez o quince años atrás. ¿En qué áreas habría que mejorar? Hablamos de ayudas a la inversión, ayudas al empleo, fiscalidad, ayudas al I+D+i con monetización. Creemos que la situación no está como debería para afrontar el periodo en el que nos encontramos. En todos estos ámbitos, Navarra tiene capacidad de mejora. Hemos pedido que se reflexione y estamos esperando a obtener una respuesta por parte del Gobierno. ¿Cree que el Ejecutivo es consciente de la urgencia del momento? De aquí a fin de año, tienen que fijar los presupuestos y una parte de las acciones a corto plazo que proponemos tendrá que estar reflejada. Vemos que hay movimientos, como esta última línea de ayudas al tema de la energía, que está muy bien y ha sido bien acogida. Podemos valorar si los 20 millones son mucho o poco, pero desde luego es más de lo que había antes y es reconocer una de las inquietudes. ¿Y el resto de inquietudes? Las empresas venimos de unos años marcados por la pandemia o la guerra en Ucrania, por lo que las cuentas de resultados no presentan sus mejores números. En un breve plazo de tiempo, a partir de la segunda mitad del año que viene, estas empresas tienen que realizar fuertes inversiones. En este contexto, otras regiones han sido más ágiles en utilizar la flexibilización por parte de Europa de los fondos especiales. Aquí no se ha sido todo lo ágil que se hubiera podido. ¿Algún reproche en concreto? La ayuda a la creación de empleo que se retiró a principios del año pasado si no me equivoco debería recuperarse. Si bien es cierto que Navarra tiene cosas ventajosas con otras comunidades, como pasa con las deducciones por inversiones que se pueden periodificar, lo cierto es que el tipo impositivo está tres puntos por encima. Hay que ser sensibles al momento y tener voluntad política. ¿Qué medidas propone ACAN? A corto plazo, hay que flexibilizar y agilizar mucho más el tema de las de las convocatorias de ayudas. Estas convocatorias no están alineadas con los tiempos en los que las empresas tienen que hacer sus inversiones y deberían ser más flexibles. Si ejecutan esas inversiones antes por necesidad, se pierde el derecho a recibir ayudas. La plurianualidad también es clave, porque las inversiones de las que hablamos abarcan un periodo de tres o cuatro años. Hace falta mayor imaginación para aplicar los fondos que vienen de Europa. En cuanto a las ayudas a la I+D+i, algo en lo que Navarra destaca, están enfocadas a producto, cuando aquí necesitaríamos que se centraran en los procesos. ¿Qué respuesta han obtenido? Que están en ello. No sé si están haciendo todo lo que pueden, que creo que sí. Otra cosa es que no puedan hacer todo lo que quieren. ¿A qué se refiere? Uf, entramos en un terreno que trasciende lo industrial. Sí que hay cosas que te chocan, como el tratamiento que se da a las grandes empresas. Que no se malinterprete lo que digo; por supuesto que hay que apoyar a las pymes, pero eso no significa que tengas que dejar de ayudar a la gran empresa, sobre todo en momentos como este. ¿Y a medio plazo? En todo lo que viene de industria 4.0 y digitalización, la educación a nivel universitario está muy bien, pero no así con los perfiles intermedios. Habría que trasladar ese mismo esfuerzo en ciencias de datos o inteligencia artificial a grados medios de Formación Profesional. Entre 2024 y 2025 puede que haya una pérdida de carga de trabajo generalizada y hay que afrontarlo con tiempo. ¿Hay sintonía con los sindicatos respecto al momento que vive el sector de la automoción? Todos somos conscientes de que el paso al coche eléctrico no es un simple cambio de modelo, sino un nuevo paradigma. Hay un sentido de responsabilidad y de urgencia. Unos y otros preferimos que se actúe con proactividad más que con reactividad y evitar así que se den situaciones como la de Nissan en Barcelona, que hasta que no desapareció no se puso en marcha aquel programa especial para reindustrializarla. Aquí aún estamos a tiempo. ¿Es comparable? Que no se entienda como un mensaje de catastrofista, que no lo es. A lo que me refiero es que, por querer ahorrarnos o escamotear alguna cantidad de dinero, haya que gastarlo en subsidios en el futuro. Si ahora como sociedad somos capaces de invertir en ese futuro, luego no será un gasto. ¿Cómo está afectando al sector la evolución del precio de la energía y las materias primas? Experimentamos una bajada en los últimos meses, pero estamos pendientes de ver si realmente esta tendencia se consolida o vuelve a repuntar. Por ejemplo, no tenemos muy claro que el descenso en el precio del acero está relacionado con la caída del consumo. Lo que sabemos con certeza es que no se podía aguantar costos tan altos en la energía y las materias primas como los de este año. ¿Se siguen notando mucho los efectos de la guerra en Ucrania? Sigue habiendo un clima de incertidumbre muy elevado. No nos podemos engañar; tenemos la guerra a la vuelta de la esquina geográficamente. Yo anoche llegué de Praga, que está a menos de una hora de donde está matándose la gente. Todo ello condiciona muchísimo al consumidor y a las empresas. Ahora todos se tientan la ropa tres veces antes de tomar una decisión de inversión. Se llegó a rumorear que, como en Alemania habían tenido parar muchas fábricas, podían llegar a asignarse más coches aquí. Si se sustanciara, solo tendría efectos beneficiosos a corto plazo. ¿Dónde se venden los coches que se fabrican en Landaben? El 80% en Europa. Si los efectos de la guerra persisten, esos mercados dejarán de comprar coches. En un mundo globalizado, antes o después te das cuenta de que no vives aislado. Ante este panorama, ¿qué llamamiento hace como presidente de ACAN? Reclamar la responsabilidad que tenemos todos los actores, desde las empresas, las asociaciones y el Gobierno de Navarra, en poner todo lo que esté de nuestra parte en favorecer que aquí en Navarra se fije y, si es posible, crezca el empleo. Se habla de que el vehículo eléctrico puede suponer menos carga de trabajo, pero eso no es inevitable y va a depender de si hacemos las cosas bien.

Roberto Lanaspa, presidente del clúster de automoción: “Tras confirmarse el coche eléctrico de VW Navarra, las ayudas deben llegar al resto del sector”

Volkswagen asignará en los próximos meses los contratos para los modelos de baterías que se fabricarán en Landaben a partir de 2026. Se trata de un momento crítico para el sector en Navarra y ACAN cree que otras regiones han sido más efectivas fomentado la competitividad de sus industrias.

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