Elena Tres (CEO grupo Inerzia): "Dirigir una empresa no tiene que implicar una dedicación 24 - 7"

Elena Tres Cruz (Pamplona, 1971) reconoce que ha vivido unos días “muy bonitos” tras recibir el premio a la directiva del año otorgado por la Asociación de Mujeres Empresarias y Directivas de Navarra (Amedna), que le fue entregado el pasado 30 de noviembre. “Ha sido una gran satisfacción y me he reencontrado con gente con la que hacía mucho tiempo que no hablaba”, afirma la directora general del grupo Inerzia, que integra a las empresas NEM, Serena, Conapro y Ventum Academy. ¿Satisfecha con el galardón? Está claro que no estamos en igualdad con los hombres con respecto a la dirección. Ha habido menos mujeres que hemos apostado por esta trayectoria y espero que en el futuro haya más. Estos premios lo que hacen es ayudar a que las jóvenes tengan referentes. ¿Qué hace falta para que haya más mujeres en puestos de responsabilidad? Es un tema complejo cuyas raíces están tanto en el ámbito educacional como de los roles tradicionales. El sistema ha promovido más la carrera profesional de los varones. Van cambiando las cosas poco a poco, pero salir del papel histórico que ha tenido la mujer es complicado y todavía hay pocas, aunque cada vez somos más. ¿Son las mujeres las que tienen que vencer esas resistencias? Es cierto que nosotras nos autolimitamos muchas veces, pero no porque no creamos en nuestras capacidades, sino por el entorno. Es el que te coarta o te fija un poco tus cotas de crecimiento. Si tú tienes la suerte, como he tenido yo, de estar en empresas que te han dejado desarrollarte y en las que no han dado importancia al tema de si eres mujer o si eres hombre, sino que han intentado favorecer que hagas tu trabajo, no existe ese problema. ¿Se va rompiendo el techo de cristal? Sí que es cierto que muchas veces son tantas las dificultades a las que te enfrentas que tú misma te autolimitas. ¿Existe ese techo de cristal del que hablas que nos condiciona? Eso es cierto, pero hay que romper esas barreras. Yo animo desde luego a las jóvenes a que no piensen que hay un techo. ¿Las mujeres directivas aportan algo diferente en la gestión empresarial? Es la pregunta del millón. Realmente no lo sé. Creo que sí que tenemos un estilo de dirección y liderazgo diferente, pero lo digo con un poquito de cuidado. También hay hombres que tienen muchísima sensibilidad y orientación a las personas. Dicho esto, las mujeres tenemos en general un punto fuerte y es una visión muy global. Tradicionalmente los hombres podían dedicarse a tiempo completo en labores de dirección porque dejaban toda la carga familiar en su esposa. ¿Una mujer directiva tiene que hacer lo mismo o hay alguna forma de que los directivos, independientemente del sexo, puedan compatibilizar la vida familiar con la laboral? Para ser una directiva a igualdad de condiciones que un hombre hay que buscar una forma de vida que lo permita, es decir, una pareja que asuma que eso es así, que tenga clarísimo que hay una igualdad en la pareja y que las funciones de responsabilidad en la familia las se van a asumir por parte de los dos. Cuando decides ser directivo o seguir progresando en tu carrera, hay que contar con alguien al lado que te acompañe en ese camino. Si mi marido no me hubiera ayudado o compartido las tareas en mi vida personal, en mi casa y con mi familia no hubiera podido dedicar tanto tiempo al trabajo. ¿Puede un directivo, mujer u hombre, compatibilizar su trabajo con sus responsabilidades familiares? Ha existido tradicionalmente un modelo bastante antiguo que respondía a esa máxima y con el que nunca he estado de acuerdo. Me refiero al famoso 24-7 en el que los hombres debían estar hasta las diez de la noche trabajando. Entonces llegaban a casa y no podía bañar a los niños. ¿El famoso padre ausente? En mi caso, no ha sido necesario nunca. Aunque ha habido momentos punta que igual no tienes la misma disponibilidad, en general he podido estar en mi casa. Con mi marido hemos podido turnarnos cuando han existido esos momentos punta. El directivo debe aprender a delegar. Por eso tenemos todos equipo y somos un montón de personas en la empresa, todas ellas válidas y que hacen las cosas fenomenal. No tienes que hacerlo todo tú. Hay que buscar el equilibrio como en todo y dejar de lado ese patrón anticuado del presentismo. ¿Es habitual que el directivo se considere imprescindible? Nadie es imprescindible. Los directivos tenemos un papel en las organizaciones que pasa más por tener una visión que por tener una presencia. ¿Cree que los hombres están cambiando su mentalidad para asumir este nuevo rol? Veo que se va avanzando, no solamente en los hombres, sino en hombres y mujeres. En ese sentido, los jóvenes que vienen ahora, como las ingenieras e ingenieros que contratamos, tienen otro concepto de la vida. Quieren aprovechar muchísimo el tiempo en el trabajo, pero también salir pronto para poder aprovechar su vida o disfrutar de la familia y el ocio. Estoy totalmente de acuerdo con eso. Estar por estar muchas veces es poco eficaz y eficiente. ¿Qué piensa de los planes de igualdad? Todo lo que ayude a posicionar a las mujeres en puestos de dirección me parece correcto. Ahora bien, luego depende de cada empresa. Las hay en las que esto será más fácil y otras en las que resultará más complicado. Es una cuestión de actitudes más que tener un Plan de Igualdad. Hay que trabajar muchísimo el tema de concienciar, pero no solo por ser mujeres, sino también en cuanto a la raza, la religión o la orientación sexual. El mundo es tan diverso como lo son las personas. ¿Por qué depende de cada empresa? Por ejemplo, nuestra empresa dedicada al mantenimiento tiene una plantilla de unas treinta y pico personas ahora mismo. El 85% son varones y los técnicos son todos hombres. Nosotros no tenemos ningún problema en incorporar una técnico mujer, pero es que no las hay en el mercado. ¿Soluciones? En nuestro grupo tratamos de compensar una empresa que no tiene tanto personal femenino con otras que tienen más. Pero es muy difícil, porque no hay perfiles. Y no solo para puestos directivos, sino también carreras técnicas y, sobre todo, en vacantes para labores de mantenimiento. Cambiando de tema, ¿las empresas se están tomando en serio el tema de la sostenibilidad o es un tema más de postureo? Espero que no sea postureo porque, como sea así, vamos a acabar muy mal. Habrá de todo, pero creo que sí que hay una verdadera concienciación. Las grandes compañías, las multinacionales y las del Ibex, son las que tiran un poco a nivel de cultura de todos los demás. Nos exigen que tengamos en marcha determinadas políticas. No digo que no haya empresas que adopten estas políticas para cubrir el expediente. Por mi experiencia, las empresas que no están en el futuro, y la sostenibilidad es el futuro, se van quedando por el camino. Sin embargo, en Europa se vuelve a quemar más carbón debido a los problemas de suministro del gas. ¿La realidad se impone? Se impone, sí. Pese a ello, aquí en España sí que ha hecho una tarea bastante buena en el tema de las energías y espero que sepamos sacarle rendimiento. ¿Habla del hidrógeno verde? Bueno, es una opción por la que se ha apostado. Se trata de una fórmula para almacenar una energía proveniente de fuentes eólicas o fotovoltaicas que ahora mismo no podemos dar salida. La idea es que se pueda reconvertir en algo almacenable y darle uso cuando realmente se necesita. Tiene sus limitaciones de uso y es complicado, pero sí es una opción viable. ¿Vamos lo suficientemente rápido en la lucha contra el cambio climático? No, para nada. Por ejemplo, en el tema de los plásticos habría que haberlos desechado mucho antes. El coche eléctrico también avanza demasiado despacio. ¿Cómo acelerar el proceso? Como en todo, hay fuerzas que frenan y muchos intereses cruzados que no están por el desarrollo de estas energías y de estas tecnologías. Europa y parte del mundo occidental sí que se está apostando por la sostenibilidad y, por mucha oposición que haya, tendrá que ser así al final. Navarra terminó el año pasado por debajo del 2% del PIB en I+D+i. ¿Qué está fallando? No es tanto que no haya proyectos como que no es fácil encontrar tiempo y recursos. Nosotros hemos hecho hace poco un proyecto que ha estado subvencionado en parte por el Gobierno de Navarra. No quiero hacer un titular de esto, pero nos cuesta mucho trabajo. ¿Burocracia? Sí, la burocracia y el esfuerzo que supone internamente también. Es un trabajo añadido al día a día. Cuando tienes algo muy concreto y el proyecto de I+D+i tiene entidad propia, es más viable, pero cuando lo tienes que integrar de forma permanente en tu empresa es más complicado. Estamos investigando y desarrollando, pero no al nivel que deberíamos. El consejero Mikel Irujo dijo que hay que movilizar más a las pymes para superar el 2%. A ver si lo hacen de una vez. Necesitamos más facilidades. ¿Más facilidades significa más ayudas económicas o menos trabas administrativas? Ambas cosas. Necesitamos más acompañamiento en los procesos. Al final un proyecto de este tipo lo llevan las grandes consultoras, que tienen que estar tutorizando. Si no es imposible de hacer para nosotros de forma continua. No es solamente toda la fuente de conocimiento que es llevar el proyecto, sino justificarlo con las memorias. Las exigencias son tales a nivel de subvenciones o de ayudas o de presentación de papeles que desincentiva. Hablemos de escasez de mano de obra. ¿Cuántas vacantes tienen sin cubrir? En cuanto a técnicos de mantenimiento, buscamos unas diez personas. También necesitamos ingenieros. ¿La cosa va a mejor o a peor? Hubo unos años en los que era relativamente fácil, pero ahora es bastante complicado. Las empresas nos disputamos unas a otras estos empleados. ¿Cómo captar el talento? Lo que hacemos es cuidar mucho a las personas y dándole buenas condiciones. Pese a ello, siempre necesitamos más. No hay un número suficiente de estos perfiles. ¿A qué achaca que haya puestos sin cubrir y mucho paro? Sí, hay un desajuste clarísimo entre oferta y demanda. Las universidades y los centros de formación profesional están avanzando en ese sentido, pero hay que acelerar muchísimo más la integración. Por ejemplo, las empresas en Dinamarca ponen un laboratorio al lado una universidad con un grado de biotecnología. Es el centro académico el que paga el laboratorio, que es donde los alumnos hacen sus prácticas. Hay voces que dicen que hay gente que prefiere cobrar ayudas en vez de trabajar. No pienso para nada que las personas que están paradas prefieran cobrar ayudas. Puede haber algún caso, pero no es la tónica general en absoluto. Sí que es verdad que la formación de parados debería estar mucho más orientada a las necesidades de las empresas.

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