La aventura de la cooperativa Salcedo Muebles de Viana

Salcedo Muebles, en Viana, se ha convertido en uno de los paradigmas de la economía social en Navarra. Su plantilla ha conseguido que esta cooperativa sea un caso de éxito y un ejemplo para otras empresas. En el último ejercicio facturaron 7,2 millones y la previsión de cierre para este es de 7,8. Entre tanto, van a crear tres nuevos puestos de trabajo, van a seguir exportando, abriendo nuevos mercados internacionales, algo que antes no hacían y buscando nuevos nichos como el de hoteles, geriátricos o residencias. Los 61 trabajadores que la forman, y que han posicionado a esta cooperativa como uno de los pilares del entramado industrial vianés, no lo han tenido fácil. José María Martínez González, gerente de la cooperativa desde hace un año, y de 43 años de edad, lo sabe mejor que nadie. Él ha vivido de lleno la montaña rusa en la que se convirtió este proceso, en más de una ocasión con un final de parada incierto. Toda su trayectoria profesional la ha desarrollado en esta empresa familiar fundada por Manuel Pascual Salcedo en 1924 y que se trasladó a Viana en 1969. Aún recuerda que la primera vez que pisó Muebles Salcedo fue un 9 de diciembre de 1999. Apenas hacia medio año que este ingeniero industrial por la Universidad de La Rioja había terminado su carrera. Desde el departamento de diseño de la firma ha ido ocupando distintos puestos de responsabilidad. Antes de asumir la gerencia hace un año ocupaba el puesto de director de operaciones. En 2008 la marcha de esta empresa empezó a trastabillar. El guión que habían vivido otras tantas empresas parecía que también se iba a repetir en la factoría de Viana. Primero llegaron bajadas salariales, un ambiente laboral muy crispado, y en 2010, un concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos). Ya, en 2012, arrastrados por el tsunami de la crisis del sector de la construcción, las cuentas no salían. La empresa parecía abocada al cierre y sus 132 trabajadores, condenados al paro. Hasta que una reunión en la que el Gobierno de Navarra actuaba de mediador se abrió una rendija a la esperanza. “Surgió la posibilidad de constituirnos como cooperativa”, explica José María Martínez. “Nos pusieron en contacto con la Asociación Navarra de Empresas Laborales (Anel) y la consultora Coingest. Empezamos a mirar los números y los estudios decían que la firma era viable con unos 59 empleados. Teníamos un fondo de comercio, experiencia en el mercado... Ahora bien, por contra, no sabíamos si el mercado había terminado de caer o iba a seguir cayendo. Capitalizabas el desempleo y si no funcionaba, te quedabas sin trabajo y sin prestación. Fue una apuesta muy fuerte por parte de toda la plantilla”, señala. Martínez califica de “duro” el primer año de la cooperativa, aunque señala que gracias a la flexibilidad que concedía la cooperativa consiguieron salir adelante: “Cuando no había pedidos, parábamos, y cuando llegaban, trabajábamos más horas. Este tipo de medidas no serían posibles en una mercantil”. SIGUEN CREANDO EMPLEO Antes de crear la cooperativa, el único mercado al que se dirigía Muebles Salcedo era el nacional. Ahora, el 12% de su facturación procede de otros países. “Vendemos en Francia, Portugal, Bélgica, y Grecia. Ahora estamos abriendo mercado en Alemania. Ya tenemos una red de comerciales, pero desde que lo abres hasta que lo consideras estable pasan dos o tres años”. La diversificación de mercados y la creación de nuevas líneas de negocios ha permitido que esta sociedad cooperativa crezca a un ritmo de dos dígitos porcentuales al año. “No nos consideramos propietarios de la empresa, aunque lo seamos. Lo hicimos para conseguir mantener el trabajo. Fue una decisión casi obligada. No fue nuestra vocación. Al no ser algo vocacional, diferenciamos la parte societaria de la profesional. Si me dicen cuando empecé cómo estamos ahora, ni me lo habría creído”.

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