Parejas de tronos
Las obsesiones suelen ser la señal de las carencias, su anverso delator. Así como todos los grandes dictadores padecen hipocondría -Stalin no dejaba de tomarse el pulso; Hitler sufría de vértigo y era adicto a las anfetas-, un escritor como Borges, ciego desde joven, siempre soñó con ser un héroe de las sagas nórdicas. Amaba la épica un hombre que, para nuestra fortuna, nunca salió de la biblioteca de su padre y escribió libros tan inmortales como Aquiles. Dime de qué careces y veremos de qué presumes, podríamos decirles a los políticos de Unidas Podemos y a esa izquierda que odia el “Régimen del 78” y, en consecuencia, todo aquello que lleve una corona en la cabeza, arrogándose el título de “republicano”, atado y bien atado al desastre de la II República. Como si la república no fuese un sistema de organización política donde caben desde Macron a Angela Merkel o Trump, pero en España se ha quedado anclado en 1934.
Unidas Podemos desprecia con frenesí que el caprichoso encuentro de un espermatozoide y un óvulo marque el destino de un país -como si la monarquía parlamentaria española la rigiera Luis XIV-, y ostentan una querencia totalmente desacomplejada por el emparejamiento de cargos públicos. ¿Qué fue primero, la cama o el cargo? A la parejita semipresidencial se ha unido Ione Belarra, secretaria de Estado que ha seguido la tradición endogámica de su particular republicanismo colocando a su pareja como asesor del grupo parlamentario del partido.
Cuando Pablo Iglesias regaló al Rey la serie Juego de Tronos, lo hizo impelido no por un pueril de postureo mediático. El estuche era la carta de presentación de un republicano que no se ha sacudido el Frente Popular, pero admira sin reservas lo que ansía su imaginario: el poder omnívoro de un trono engalanado de conspiraciones, incestos, decapitaciones y folleteo. Para tranquilidad de esta formación política, harían bien en recordar que en Corea del Norte hace tempo que dieron con la fórmula que disipa toda contradicción: el comunismo dinástico.
opinion@diariodenavarra.es