Otoño, de las setas a los impuestos

Otoño es algo más que tiempo de setas. Es la época para hablar de impuestos. En primavera, porque es cuando toda hacer la declaración de la renta, y en otoño, que es cuando los Gobiernos sacan del cajón los proyectos fiscales para el año que viene. Vamos, las subidas de impuestos. Y en esas estamos ahora. En tiempo de descuento para conocer los planes concretos tanto del Gobierno de España como del de Navarra. El agujero de 2021. Esta semana hemos conocido ya las grandes cifras que encuadrarán el presupuesto de Navarra para 2021. El Gobierno foral planea un gasto total de 4.464 millones, 208 millones más que en este año. Un aumento que pretende hacer frente a la crisis sanitaria y económica en la que vivimos sumergidos (luego ya veremos la realidad). Pero hay que añadir que se espera ingresar 260 millones menos que este año por efecto de la misma crisis. Lo que indica que el enorme “agujero” de las cuentas para 2021 sumará más 460 millones de euros que habrá que llenarlo con el endeudamiento. Y es aquí donde la izquierda introduce siempre, además, las subidas de impuestos, para sostener el aumento del gasto. Es verdad que hay múltiples izquierdas alrededor de este Ejecutivo foral. Eh Bildu, Podemos e I-E no ocultan su deseo de subir impuestos de manera muy alegre. El PSOE, en cuya mano está la cartera de Hacienda, es mucho más matizado, al menos en las declaraciones. Elma Saiz reconocía este mismo miércoles que trabaja en un paquete de medidas fiscales que llevará al Parlamento a finales de mes, pero añadió que no preparan “ninguna subida de impuestos de forma generalizada”. De nuevo, habrá que esperar para conocer la realidad de la letra pequeña. Porque subidas fiscales seguro que las va a haber. Globos sonda por doquier. Donde llevamos semanas revueltos es en el panorama fiscal del conjunto de España, poblado de múltiples globos sonda. El PSOE y Podemos ultiman y liman sus propuestas de subidas de impuestos. Pendiente el PSOE con el rabillo del ojo de si necesita luego a Ciudadanos para votar los presupuestos, con lo que trata de hacer malabares. Por un lado, cumplir el acuerdo que firmó con Podemos hace ya dos años con una amplia lista de subidas fiscales, que los morados siguen exigiendo, en IRPF, en Sociedades, etc... Por otro, la constatación (meridiana) de que una enorme crisis económica no es el momento para ahogar con más impuestos ni a ciudadanos ni a empresas. Y la urgencia de contar con recursos extras para cubrir el gasto público que no para de crecer en un Gobierno que además se precia de ello. No hay manera de cuadrar este círculo. Entre los globos sonda lanzados, una posible subida del IVA para la educación concertada o la sanidad privada. También se habla de eliminar o reducir las deducciones de los planes privados de pensiones después de que la Airef, la institución que analiza las cuentas públicas, considerase que no son eficaces para el fin que pretenden y benefician a quienes más ingresan. Por supuesto, siguen ahí la idea de reducir deducciones del Impuesto de Sociedades para las empresas. Falta por saber si el Gobierno aparca los grande cambios este otoño y los deja para años venideros. La realidad fiscal que llega. Donde parece que las cosas se van a concretar rápido en Madrid es en dos puntos. Por un lado, la creación de nuevos impuestos medioambientales para los plásticos no reutilizables y para el diesel . Y por otro, la entrada en vigor el año que viene de dos figuras fiscales que llevan meses dando vueltas pero que por fin aterrizan. Son las “tasa Google” (impuesto para las grandes tecnológicas) y “tasa Tobin” (otro impuesto para la compra de acciones de grandes empresas) aprobadas ya en el Senado. Navarra, peor punto de partida. Navarra seguro que va esperar a ver qué hace Madrid. Para empezar porque el PSN siempre mira al PSOE de Sánchez para tomar decisiones. Otra cosa es que nuestro autogobierno fiscal exija aprobar luego aquí una ley propia. Será el caso de las tasas Tobin y Google, que el Estado pretende que le reporten 1.700 millones en conjunto, aunque los expertos lo ven totalmente irreal. Eso supondría unos 25 millones en Navarra. Seguro que habrá en Navarra también medidas de fiscalidad verde. Pero además hay que tener en cuenta el punto de partida. Y Navarra, en la legislatura de Uxue Barkos, con el cuatripartito, ya se subió al carro de una subida de impuestos generalizada. Tan evidente como que la mayoría de las subidas que planeaban PSOE y Podemos para toda España ya están en vigor en la Comunidad foral. Así de claro. La subida firmada en su día por PSOE y Podemos del IRPF para quienes ingresen más de 130.000 euros (llegar a un tipo máximo del 49%) se queda corta con la que ya está en vigor en Navarra (hasta el 52% de tipo máximo). El “suelo” fiscal para empresas en Sociedades ya existe aquí y es más alto que se proponía en el pacto de izquierdas para toda España. El tipo general para grandes empresas en Navarra también es el más alto de España. Harían bien en la Hacienda foral en ver el retrato de los impuestos con perspectiva. Ni empresas ni ciudadanos viven de espaldas a la realidad que les rodea. Y una peor fiscalidad en Navarra que el resto de España sólo produce deslocalizaciones de contribuyentes. Habrá que esperar todavía un poco para tener respuestas para las preguntas fiscales de este año.

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