“Un montón de “listos” con poder han regateado a los demás para correr a protegerse”
Opinión de Miguel Ángel Riezu
Esta cuesta de enero se antoja larga y dura. No hay más que mirar a nuestro alrededor en España, con las medidas que toman La Rioja ( prácticamente cerrada) o el País Vasco y Aragón. En Navarra también la pandemia vuelve a agravarse con la tercera ola y el Gobierno comienza a mover ficha. De momento, el nuevo cierre de la hostelería desde ayer. Lo que parece claro es que si las cifras de contagios siguen creciendo, el Ejecutivo de María Chivite tomará, sin dudarlo, medidas más drásticas.
Una vacunación que no despega. En el lado positivo, la vacunación ya está en marcha. Aunque la realidad es que a un ritmo desesperadamente lento todavía. Cumplido cerca de un mes desde el inicio de esta carrera, 17.339 navarros se habían puesto al menos la primera dosis hasta el viernes. Son sólo un 2,6% de todos los navarros. Y los que tiene las dos dosis puestas, es decir, los que están inmunizados de verdad suman poco más del millar. Apenas un 0,2% de todos los navarros. Pausado despliegue, fundamentalmente por falta de vacunas. Aunque llama la atención también que el porcentaje de vacunas administradas en Navarra sea de los más bajos del país (77% frente al 86% de media) y falta una explicación detallada de las razones.
Listos y aprovechados. Es difícil entender que ni siquiera en este punto tengamos sosiego. Ahora resulta que un montón de “listos” con poder en este país (alcaldes de todos los colores, algunos consejeros, altos cargos sanitarios de Osakidetza en el País Vasco, etc..) han regateado a los demás para correr a protegerse antes. Una polémica que forzó incluso ayer la dimisión del jefe de la cúpula militar, el JEMAD, por su vacunación temprana.
Y eso que en la primera fase, los criterios para recibir las vacunas están claros. Sólo a internos de residencias y sus trabajadores, sanitarios (según su orden de exposición al virus además) y grandes dependientes. Las excepciones han sido granos que no hace granero, pero todo esto es lo que faltaba para minar la confianza de los ciudadanos, que ya mantienen la credibilidad de los políticos bajo cero.
Una falta de perspectiva que inquieta. En cualquier caso, ¿Tan difícil es hacer un plan de vacunación completo? Meses ha habido para trabajarlo. Pero da la impresión de que se va improvisando cada fase. Ahora, la decisión de los expertos del Ministerio de Sanidad es que la siguiente fase de vacunación comience por los mayores de 80 años para aprovechar las dosis que nos llegan con cuentagotas. Perfecto. Son 41.000 en Navarra.
¿Y luego? Pues no hay una idea muy clara todavía. Otros mayores, enfermos crónicos, docentes, personal esencial, policías, etc. ¿En qué orden? No hay respuesta, lo que alimenta incertidumbres y dudas. Eso sí, lo de los aprovechados con poder sólo tiene un lado positivo. Si corren a vacunarse es que no tienen ninguna duda sobre la seguridad que le ofrece. Que tomen nota los negacionistas.
Priorizar y gestionar. En este clima es evidente que la lenta vacunación se traduce en una lenta recuperación económica. BBVA Research rebajaba esta semana la previsión de crecimiento de la economía navarra para este año del 6% al 5,6% (el 5,5% para el conjunto de España). Mientras, para que no falte de nada, el Gobierno de María Chivite sigue con una crisis política abierta (hace un mes) y sin resolver, la dimisión del consejero Manu Ayerdi por el caso Davalor. Una inexplicable insistencia en dejar pudrir un relevo que se vuelve contra la presidenta.
Priorizar es clave y pasa por centrarse en lo que de verdad importa. Y la capacidad de gestión se demuestra andando. Resolviendo las crisis políticas, pero también poniendo todas las vacunas al día y colocando sobre la mesa soluciones para los más afectados (ahí está otra vez la hostelería quebrada y a la espera del paquete de ayudas directas prometido). Son sólo tres ejemplos.
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