"“Pedro Sánchez pasará a la historia por haber exhumado un cadáver, pues vaya gloria”, remató Guerra tirando de ironía"
En sus memorias Federico Sánchez se despide de ustedes, Jorge Semprún narra su experiencia como ministro de Cultura en el gobierno de Felipe González. Así como en Autobiografía de Federico Sánchez, el que fuera miembro de la Resistencia, del PCE y prisionero en el campo de concentración de Buchenwald había ajustado cuentas con su antiguo partido, en su despedida narró cómo eran los pasillos alfombrados del poder socialista y quienes caminaban sobre ellos. Así como Carlos Solchaga sale bien parado, no es el caso de Alfonso Guerra: “Le oía hablar con su voz sorda, lacerada su dicción por el acento andaluz, y notaba la cantidad de veces que repetía la palabra nosotros. Eso me retrotrajo largos años, a un pasado largo y olvidado. Me retrotrajo a la prehistoria, es decir, al pasado de mi experiencia del partido comunista […] Se desprendía de él súbitamente un olor a rancio de vejestorio, un discreto mal olor.” Alfonso Guerra, hombre anguloso, de mirada agrandada, guardián de las esencias de una izquierda que no quería descafeinadas, representaba el falso envés de Felipe González, ese juego del poli bueno y el poli malo, tantas veces repetido después entre presidentes y vicepresidentes. Se decoraba de hombre cultivado, que leía a Machado y escuchaba a Malher pero era el azote: “¡Dales caña, Alfonso!”, le gritaban en los mítines. El tiempo ha domado al tigre. Esta semana Alfonso Guerra se despachó sin ambages contra la reforma del Código Penal que elimina el delito de sedición y rebaja el de malversación. Una legislación-menú para los independentistas catalanes que, lejos de saciar su apetito, lo ha exacerbado. Al día siguiente, anunciaron la convocatoria de un referéndum de autodeterminación, “Pedro Sánchez pasará a la historia por haber exhumado un cadáver, pues vaya gloria”, remató Guerra tirando de ironía, un arma que siempre ha sabido utilizar. Semprún escribió sus memorias políticas y quizá le sirvió en bandeja el título: “Pedro Sánchez se despide de ustedes”.