Ocho toros con el hierro grabado a fuego en sus capas de la ganadería gaditana Núñez del Cuvillo, descansan ya en los corrales del Gas. Su desembarco este lunes 27 de junio por la mañana es acogido con expectativa por la afición taurina ante la reapertura de las instalaciones, después de dos años de suspensión de la Feria del Toro por la pandemia. La expresión popular de Ya huele a toro, como anticipo de la inminencia de la fiesta, es una realidad. Casualidad, la primera ganadería en llegar es la última en ser agasajada en la Feria del Toro con la consecución del galardón en 2019.
Tendrá además el privilegio de protagonizar la jornada estelar del abono, la reservada el
7 de julio con un cartel de lujo. Coincidirán en el albero el rejoneador estellés
Pablo Hermoso de Mendoza, que lidiará un burel de El Capea, y los diestros El Juli, Morante de la Puebla y Roca Rey. A ellos les corresponderá los seis de la ganadería gaditana.
La presentación en los corrales del Gas de ocho ejemplares de su hierro, incluidos los dos sobreros, confirma unos pesos variables. Según el registro dela Brigada de Juego y Espectáculos de Policía Foral, el morlaco de menor corpulencia es Turulata, con 490 kilogramos. El de mayor responde al nombre de Jarandero. Es mulato y su marca en la báscula es de 605. Hay cinco cinqueños.
Curiosamente, el más pesado es uno de los más jóvenes, junto a Aguaclara, de 505 kilos.
NÚÑEZ DEL CUVILLO
1 Los ocho ejemplares que recalaron en los corrales del Gas.
Currito (octubre de 2016). Mulato, de 500 kilos.
Rescoldito (noviembre de 2016). Jabonero, de 510 kilos.
Serpentín (octubre de 2016). Castaño meano, de 515 kilos.
Tabacalero (octubre de 2016). Melocotón, de 585 kilos.
Jarandero (diciembre de 2017). Mulato, de 605 kilos.
Juguetón (diciembre de 2017). Negro mulato, de 590 kilos.
Aguaclara (diciembre de 2017). Castaño, de 505 kilos.
Turulata (febrero de 2017). Negro bragado meano, de 490 kilos.