¿Hay una edad para el primer móvil?

Ya se lo preguntaba mi compañera Sonsoles hace una semanas ¿son nuestros peques adolescentes con 10 años? Y la respuesta entronca de lleno con la pregunta que todo progenitor se hace ¿a qué años le doy su primer teléfono móvil? Ojalá tuviera una respuesta, pero ¡depende de tantas cosas! Los smartphones son elementos de socialización, de pertenencia al grupo, por lo que es necesario tenerlo en cuenta y conversar con el resto de madres y padres de las amigas y amigos de nuestras hijas e hijos antes de tomar una decisión. Además, la situación familiar también debe ser tenida en cuenta porque el móvil puede ser un instrumento necesario cuando los padres están divorciados o trabajan lejos de casa o con horarios complejos, por ejemplo. También puede ser importante tener en cuenta la situación del menor y sus actividades, ya que si el adolescente realiza diferentes cursos extraescolares, actividades deportivas lejos del centro escolar y de casa o lo hace en horarios difíciles de cuadrar con los del resto de la familia, el teléfono móvil puede ser una herramienta de conexión muy útil. Y sí, antes conseguíamos comunicarnos sin necesidad de móviles, algo que también debemos sopesar en nuestra decisión, pero sin obviar las oportunidades que nos pueden traer las tecnologías. Lo que casi es incuestionable es que deben comenzar a usarlo cuanto antes. Y no hablo de ser propietarios de un móvil (también lo podemos extrapolar a cualquier otra pantalla) o de que lo usen todos los días y en todo momento, sino en aprender a usarlos con normalidad, como cualquier otra cosa, desde que son pequeños. Las personas adultas utilizamos las pantallas casi sin darnos cuenta ¡aprovechemos esa oportunidad educativa! Hagámosles partícipes dándoles nuestro ejemplo. Expliquémosles por qué enviamos un email, contestamos un WhatsApp o qué foto subimos a Facebook. Eso sí, recordad pedirles permiso si deseáis hacer y publicar una foto suya. Habitualmente los hijos más pequeños tienden a compartir el teléfono móvil de sus madres, padres o hermanos mayores para comunicarse por WhatsApp con sus compañeros antes de tener un smartphone propio. Puede ser interesante, pero siempre debemos cuidar su intimidad y no leer sus conversaciones, bueno, habitualmente las borran, a no ser que estemos comprobando que nuestra hija o hijo tenga algún problema como veíamos la semana pasada con el ciberbullying, por ejemplo. Este formato de móvil compartido también debe explorarse con ojos críticos, ya que, en ocasiones, puede ser más provechoso que nuestro hijo de 10 años tenga su propio teléfono a que vea contenidos, en ocasiones fuera de tono, que se comparten en los grupos de sus hermanos o hermanas de 16. ¿Y cuándo comenzar a usar las redes sociales? Lo trataremos en otra publicación, pero os adelanto que… ¡lo antes posible! Internet no es bueno o malo en sí mismo, sino depende del uso que hagamos, enseñémosles a usarlo. Más información en Familia Digital: http://familiadigital.net/news/redes_sociales_aprendizaje_temprano Con móvil propio o compartido, puede ser interesante marcar espacios o tiempos libres de pantallas en el hogar, por ejemplo en la comida o a la hora de dormir. Y ahí, como siempre comentábamos en Generaciones Interactivas (hoy Familia Digital), el parking de móviles es una gran opción. Hace un tiempo en un taller junto con Ateleus (Asociación de Consumidores y Usuarios de Medios Audiovisuales e Internet) madres, padres, estudiantes de 6º de Primaria y sus docentes crearon sus propias normas de uso de los smartphones. Eso sí, la norma principal era que todos debían cumplir las normas, no solo los menores: 1. Utilizaremos el parking de móviles (un espacio destinado a dejar el teléfono, como las llaves, en la entrada de casa) durante las comidas y durante la noche cuando vayamos a dormir 2. Respetaremos los horarios de uso del teléfono que pongamos en casa. Daremos ejemplo 3. Avisaremos a la family si necesitamos usar el teléfono para una urgencia fuera de ese horario 4. Haremos las tareas sin el teléfono móvil (puede que lo necesitemos en algunas de ellas, por lo que aplicaremos el 3) 5. Pediremos permiso para subir contenidos de otros (fotos, vídeos, comentarios...) a redes o apps 6. Avisaremos en casa y pediremos permiso si vamos a quedar con personas ajenas a nuestro grupo de amigos o que ellos no conozcan 7. No daremos nuestros datos personales en Internet 8. Ante situaciones de acoso en grupo o de manera individual en mensajería instantánea o redes sociales bloquearemos a la persona y lo comentaremos con los adultos que puedan ayudarnos 9. Prestaremos atención a las personas que tenemos a nuestro alrededor 10. Nos responsabilizaremos del gasto según el método elegido en cada casa EXTRA: Nos vamos a equivocar, también es parte del aprendizaje, y volveremos a empezar con las normas :) De hecho, si estás pensando en que tu hija o hijo tenga un móvil puede ser interesante realizar este ejercicio en casa y marcar las normas de uso tecnológico antes de que llegue el “cacharrito” a casa. Puedes echar un vistazo al contrato que una mamá le hizo firmar a su hijo cuando le compró un iPhone. ¡Ah! Y… ¿de manos de quién va a llegar la tecnología? Recuerda que solo cuando eres quien introduce la tecnología en su vida puedes mediar en las normas desde el acompañamiento, pero cuando llega desde otro familiar (abuelas, abuelos, tías, tíos…) el teléfono pasa a ser su regalo y cuesta más mediar en su uso. Todo esto es extrapolable a cualquier otra tecnología y a Internet en general. Acompañémosles cuando son pequeños para que sepan navegar solos cuando sean adolescentes. Utilicemos Internet no como una niñera, sino como una herramienta ya sea de ocio, educación, información, comunicación o relación.

¿Hay una edad para el primer móvil?

El Consejo de Ministros deniega la consulta sobre Erdiz en Baztan

Alberto Munárriz, a la final del Mundial

Alcaraz llega a octavos en Wimbledon con un recital

Lampaert sorprende en la crono y estrena el maillot amarillo del Tour de Francia

UAGN y ANAIT crean una plataforma para mejorar la competitividad en el sector agrario