Turismo
9 pueblos para visitar en Navarra que no te dejarán indiferente
Historia, naturaleza y un rico patrimonio son las cartas de presentación de los pueblos más bonitos de la Comunidad Foral

- Iñigo Alzueta
- Sara Sánchez
- DN Contenidos
Navarra es un tesoro para el turismo, y sus pequeños pueblos de cuento, un regalo para perderse por ellos. Esta es una selección de los más seductores. Coge el coche o la autocaravana, tienes mucho por descubrir.
EUGI
Eugi es la 'Suiza' navarra'. A poco más de media hora en coche desde Pamplona, se trata de una de las localidades más bellas del Valle de Esteribar. El embalse que baña el pueblo, los caserones típicos de montaña y los montes teñidos de verde casi nos transportan a los parajes de Heidi en los Alpes suizos. Es el lugar perfecto para desconectar. Un paseo sencillo permite recorrer el pueblo a orillas de la lámina de agua del embalse. Además, ascendiendo hacia los bosques de Quinto Real, podremos visitar las ruinas de la antigua Real Fábrica de Armas de Eugi.

AMAIUR
La ‘magia verde’ del Valle de Baztan colma su belleza en la coqueta localidad de Amaiur Maia. Famosa por coronar el último castillo que defendió el Reino de Navarra, es lugar de paso de peregrinos del Camino de Santiago baztanés. A la entrada, destaca el bello rincón del molino, todavía en uso, donde puedes preparar por ti mismo y degustar los famosos talos (cita previa). También se ubican en este espacio la iglesia y un bonito crucero.
Poco después, un precioso arco da entrada al casco urbano. Su ascendente calle principal, a la sombra de los restos de la fortaleza, es un regalo a los ojos. A ambos lados, sus imponentes casas de piedra y amplias balconadas van envolviendo al visitante a cada paso. La originaria piedra roja del Valle luce en las fachadas de la mayoría de estos caserones. Al final del pueblo, y tras un fuerte repecho, afloran los cimientos del viejo castillo que cayó en manos castellanas en 1522. Todavía se respira la tensión de la última batalla por salvar el Reino. Desde este lugar, las vistas del pueblo y el valle son espectaculares, bajo las faldas del monte Gorramendi.

GALLIPIENZO VIEJO
Vigía del Reino de Navarra en la Edad Media, esta empinada villa cercana a Sangüesa es mágica. Se trata prácticamente un pueblo colgado de un risco. Su aire decadente y las panorámicas vistas harán las delicias de quien pise sus calles empedradas. Merece la pena 'escalar' hasta el ‘techo’ de Gallipienzo, una atalaya defensiva con vistas de ensueño jalonadas por el paso del río Aragón.

LESAKA
Bautizada como la pequeña Venecia por los canales que entrelazan el pueblo, Lesaka es una localidad abanderada de la comarca de Cinco Villas. Lo mejor es callejear por sus pequeños puentes y su casco urbano, mimado a conciencia por el impoluto estado de sus casas. Destaca la arquitectura popular llena de colores en sus ventanas y balconadas, casas torre, cruceros y una iglesia de rotunda piedra.

URDAX
En tierra de brujas, en el valle de Baztan y a las puertas de Francia, descansa la preciosa localidad de Urdax, paso del Camino de Santiago baztanés. Los peregrinos la cruzan junto al Monasterio de San Salvador, en el epicentro de este pueblo tranquilo. La villa está atravesada por un bonito y plácido canal que alimentaba el funcionamiento del antiguo molino harinero. En su término también puedes visitar uno de sus tesoros, las cuevas de Ikaburua, con magníficas formaciones rocosas.

OCHAGAVÍA
Es la puerta de entrada a la Selva de Irati (estos son 4 lugares imprescindibles) y una visita obligada en Navarra. Partida en dos por el paso del río Anduña, a cada lado llaman la atención la belleza de sus casas de piedra, con sus grandes portalones y sus balcones repletos de macetas junto a la estampa del puente. Justo detrás de la iglesia parte un camino que asciende a la bella ermita de Nuestra Señora de Muskilda, que corona esta localidad de latido pineraico. También se puede acceder a ella en coche.

UJUÉ
Uno de los rincones con mayor personalidad de la Comunidad foral. La iglesia - fortaleza de Santa María de Ujué vigila desde lo alto del pueblo la Zona Media de Navarra, dando sentido a su origen defensivo. Con días despejados, al norte se divisan claramente los Pirineos, y al sur la vista se extiende al infinito por el Valle del Ebro. No te pierdas un atardecer en una de las balconadas de la iglesia. En sus calles se respira historia por los cuatros costados. Son famosas sus tradicionales migas de pastor, las chuletillas de cordero o las almendras garrapiñadas. Olite y su flamante palacio-castillo se encuentran a pocos kilómetros, y pueden ser el remate perfecto para una escapada de un día.

VIANA
La situación estratégica de Viana, a las puertas de La Rioja y su capital Logroño, ha marcado su destino a través de la historia. Hace más ocho siglos, el rey Sancho VII el Fuerte decidió crear una nueva población que fortifica y colma de privilegios, además de hacer que el Camino de Santiago la atraviese. Viana iniciaba así una nueva andadura plena de futuro. Un prestigio que se vio refrendado por Carlos III ‘El Noble’, cuando instituyó el Principado de Viana para su nieto Carlos, título que hoy ostenta la heredera de la Corona española, Dña Leonor de Borbón y Ortiz.
Viana brilla por su rico patrimonio. Una caminata por el exterior de su núcleo original nos permite admirar los seis portales que dan entrada a la ciudad (especialmente estético es el de San Felices), así como los restos de las murallas. Por el de la Trinidad, entran los peregrinos del Camino de Santiago. Es una buena forma de descubrir Viana: alcanzar la plaza del Coso con su palacio barroco y su conocido ‘Balcón de toros’, ya que desde él veían los ediles los festejos taurinos; remontar después la calle Mayor hasta llegar a la impresionante iglesia de Santa María, auténtica joya del Camino de Santiago; seguir después hasta la plaza de Los Fueros con la fachada imponente del Ayuntamiento; y continuar por la calle Mayor, admirando los diferentes palacios que la adornan, hasta alcanzar las ruinas de la iglesia de San Pedro. Este rincón es un espacio mágico, muy fotogénico donde se celebran eventos. Es curioso que una iglesia derruida por unas mal calculadas ampliaciones se haya convertido en uno de los lugares más recordados por los visitantes.

Esta localidad de la Ribera de Navarra, que supera los 8.000 habitantes, está ubicada en un enclave estratégico, equidistante a 100 km aproximados de Pamplona, Logroño, Zaragoza y Soria. El barroco se respira en todos los rincones de esta ciudad, en la riqueza de sus casas hidalgas, palacios, iglesias y conventos. Entre estas construcciones hidalgas destaca la Casa de los Sesma, en la que se alojó en dos ocasiones Felipe V y su corte. La pujanza económica de esta ciudad ha tenido históricamente también tiene su reflejo en el patrimonio religioso. La parroquia de San Miguel, levantada en el siglo XV junto a la Puerta de Alfaro y a extramuros, es la más antigua de la ciudad. Con su alta torre decorada de ladrillo, destaca también la segunda parroquia de Corella, dedicada a Nuestra Señora del Rosario, en cuyo interior nos sorprenderá el cabecero cubierto por un imponente retablo.
