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Turismo

Otoño a más de 20 grados en Irati

El flujo de visitantes es continuo estos días en la Selva de Irati. Las temperaturas templadas se suman al atractivo colorido otoñal de este extenso hayedo abetal

Ampliar Fotos de los turistas en la selva de Irati en otoño 2022.
Fotos de los turistas en la selva de Irati en otoño 2022.Jesús Caso
Publicado el 16/10/2022 a las 06:00
Cámara en mano y sin soltar el gran mapa verde que trazaba todos los recorridos posibles a seguir. Así llegó Irati a Irati. “¡Es mi selva!”, aseguraba orgullosa. A sus 4 años de edad, no era curiosamente su primera vez en este extenso hayedo abetal del Pirineo navarro con el que comparte nombre, sino la tercera. Pero sí la primera en la que era totalmente consciente de dónde se encontraba. “Voy a hacer muchas fotos. Elefantes no hay aquí, pero buitres sí”, confirmaba la pequeña Irati Nieto Villanueva este sábado, a primera hora, en el acceso a la Selva de Irati por Ochagavía (valle de Salazar). Arropada por sus padres y sus amigos, este grupo de once personas llegado desde Oteiza se disponía a realizar una ruta por el bosque, disfrutar de las vistas y después degustar una comilona en el hotel Auñamendi de Ochagavía. “Nos gusta mucho este sitio, tiene un significado especial para nosotros, y por eso le pusimos el nombre a Irati”, confirmaba su padre, Aitor Nieto Aramendia, de 34 años. “El año pasado, cuando vinimos, era puente y daba casi miedo lo lleno que estaba todo. Por eso hoy hemos madrugado, pero está todo más tranquilo”, añadía antes de emprender la marcha.
La Selva de Irati, quizá el rincón otoñal de Navarra más sugerente para el visitante, recibe en estas fechas a miles de turistas dispuestos a dejarse imbuir en los encantos de la nueva estación. La amplia paleta de colores que dibuja el arbolado, la evocadora caída de la hoja, el relajante ruido de sus regatas o del piar de los pájaros... son atractivos que nadie quiere perderse. Madrileños, catalanes, valencianos, vascos y también muchos navarros, en grupos familiares o de amigos, comparten estos días las pistas y senderos de Irati, donde hasta el momento no se han registrado aglomeraciones de importancia. De hecho, al no haber habido puente de El Pilar (el día 12, festivo, fue miércoles), el turismo ha estado más repartido.
Así lo aseguraban los guardas salacencos de Irati que atendían este sábado en el punto de información junto a Casas de Irati. Se ha activado el ya habitual protocolo que se consensua entre los valles de Salazar y Aezkoa, pero no ha hecho falta cerrar los accesos porque no ha habido una afluencia excesiva y no se han completado los aforos (son 570 las plazas de aparcamiento que suman las dos entradas principales por Aezkoa y Salazar). “La gente viene con un poco de estrés, madruga mucho, pero hay que remarcar que eso solo suele pasar uno o dos días al año, coincidiendo con los puentes. Invitamos a venir con tranquilidad, sin agobios, a disfrutar de esta maravilla de monte”, referían.
“El otoño está cogiendo ya los colores, si bien aún no está en su punto más bonito, aunque hay zonas preciosas, sobre todo en espacios más elevados, como en el Ori. El verano ha sido seco, pero con las últimas tormentas parece que ha querido rebrotar el verde en el bosque. El principal momento de caída de la hoja de las hayas se espera, como siempre, para finales de octubre y principios de noviembre”, informaron los guardas.
“ESTO ES PRECIOSO”
“Habíamos oído que esto era precioso, y lo es”. Jordi Safont Serra, de 48 años, llegaba desde Les Borges Blanques (Lleida) a Irati por vez primera. “Llevamos desde el día 12 en el camping Osate de Ochagavía y, hasta el viernes por la tarde, no se llenó todo. Ya hemos hecho varias rutas”, apuntaba. En la de este sábado, con un grupo de amigos vascos de Andoain y Zizurkil, se encontraba Mónica Calvo Múgica, de 40 años. “De pequeña venía a Irati con mis padres, y ahora venimos con los niños. Andaremos lo que nos permitan en este entorno tan chulo”, refería.
Este sábado, el tiempo acompañó a los visitantes, en una jornada soleada que comenzó fresca pero en la que al final se superaron los 20 grados. “Hemos pasado del abrigo a la manga corta”, confirmaba Raquel Ayúcar Tardienta, de 42 años y de Estella, que recorría la Selva de Irati con su familia, incluidas sus hijas Irati y Ane. “Hemos visto la Cascada del Cubo y ahora vamos a la Virgen de las Nieves. Comeremos en Ochagavía y subiremos a Muskilda. Aprovecharemos el día”, indicaba. “Necesitábamos un día de bosque, de colores otoñales”. Los acompañaba su madre, Charo Tardienta Zalba, de 69 años. “He venido a recordar viejos tiempos. Mi última vez en Irati fue con 15 años en un campamento”, aseguraba.
Como buen conocedor del terreno, Jesús Esarte Goyena, de Esparza de Salazar y 64 años, avanzaba a paso firme. Lleva 15 años trabajando como guarda del Gobierno de Navarra en Irati. “Es una zona espectacular. En otoño, tonalidades como estas, esta variedad de ocres, se encuentra en pocos sitios”, decía caminando arropado por su familia. Su mujer, Belén Echeverría Ilincheta, sus hijas Eva y Rakel, y su yerno.
Asomados a uno de los puntos más visitados de Irati, la Cascada del Cubo, las amigas de Madrid Rosa Gómez Sanz y Carmen Alonso Herranz, de 58 y 57 años, confirmaban que tenían la reserva de alojamiento en el hotel rural Besaro de Izalzu “realizada desde el año pasado”. “Es primera vez que venimos. Fuera de aquí, la Selva de Irati tiene buena fama, y unos amigos también nos hablaron fenomenal, así que quisimos comprobarlo. Y con este tiempazo, mejor que mejor”, comentaban. Destacaban la “gran afluencia” de visitantes, y también el entorno y pueblos “preciosos”.
“Nos encanta la montaña, Navarra tiene muchos rincones naturales y este es un bosque lo suficientemente grande como para perderte todo un fin de semana. Por eso estamos aquí”, indicaban Irene Martínez Ruiz, de 24 años, y Mario Rodríguez Layana, de 27, pareja llegada de Burgos. “El viernes fuimos a Muskilda, hoy haremos dos rutas por Irati, y mañana quizá subiremos al Ori. Está haciendo un tiempo estupendo. Vinimos con ropa para el frío, y hoy casi haría falta de verano”.
¿A QUÉ HORA CAE LA HOJA?
La joven Garazi Pérez Zubialde, de 22 años y de Esparza de Salazar, atendía este sábado tras la barra del bar de las Casas de Irati, en la principal entrada al bosque por Salazar. “A mí me han preguntado algunos visitantes a qué hora se espera la caída de la hoja. No es un mito. Eso pasa. Incluso llaman aquí por teléfono a preguntarlo. Y también nos preguntan a veces por qué están las vacas sueltas”, añadía perpleja.
Según confirmaba, este otoño “se está trabajando bastante bien y sin agobios”. “Estamos dando muchas comidas de miércoles a domingo, esta semana el restaurante se ha llenado a diario”, apuntaba. “El bosque está super bonito y la hoja ya está empezando a caerse. Veremos si aguanta hasta noviembre”.

¿Será la Selva de Irati Reserva de la Biosfera?

Las juntas generales de Aezkoa y Salazar han reactivado el proceso iniciado años atrás para trabajar la posible declaración de la Selva de Irati como Reserva de la Biosfera. “Es un sello de la UNESCO que te ampara como espacio de calidad”, refiere Pedro Mascaray, presidente de la Junta de Salazar, que ha convocado una reunión informativa sobre la materia el día 22 en la Casa del Valle en Ezcároz. “Todavía estamos en fase previa. Estamos informando a entidades locales de los dos valles para su adhesión, pues se quiere contar con todos los municipios. Y además se está informando a la población desde las juntas”, añade. Paralelamente, indica que desde Salazar “se está estudiando todo lo que implicaría que se pudiera declarar asimismo Irati como Parque Natural”. “Es algo que se nos planteó en una reunión con la consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, y eso podría hacer que el Gobierno se implicase más en la gestión de Irati”, asegura.
En otro orden de cosas, Mascaray adelanta que “se trabaja con los grupos parlamentarios” para conseguir una enmienda presupuestaria para 2023 que ayude a reconstruir el puente que se hundió en Irati a principios de 2020 en la cola del embalse de Irabia, y que impide realizar una ruta circular muy popular (no fue posible habilitar un paso alternativo). “La redacción del proyecto la pagaría Acciona, que explota hidroeléctricamente la presa, y la obra serían unos 200.000 euros”, asegura.
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