Laura Arroba aprovecha el concurso de Recetas con historia para compartir su "tesoro mejor guardado: los tigres de su abuela".
"Esta receta no es una receta cualquiera. He visto que hay varias recetas de tigres publicadas, pero esta guarda unos recuerdos muy entrañables que sé que no volverán, pero que han crecido junto a mí y que guardo con tanto cariño e ilusión que la estoy transmitiendo de la misma forma a mis hijas: la receta de los tigres de mi abuela por Navidad,
Aún no me explico cómo en ese pequeño saloncito de mi abuela, en las Casas de San Pedro, cabíamos todos. Mi madre era la segunda de de 7 hermanos. Tres solteros, y el resto todos con familia. Los tigres no era una comida cualquiera no. Durante todo el año no se comían y todos esperábamos como agua de mayo a que entre mi tía Mª Carmen y mi abuela los hubieran preparado. Cuando veía a mi tía empezar a limpiar los mejillones era la señal de que ya estaba cerca la Navidad. Ahí estaba, con su albornoz, toda la mañana preparándolos. Y entonces, por fin era Nochebuena. Aún me acuerdo cómo mis primos me hacían calcular raíces cuadradas para ver si se me daban bien las matemáticas. Mis tíos iban llegando poco a poco, según acababan sus jornadas laborales. Cuando llegaba mi tío Javi, siempre lo hacía con su puro en la boca mirando el panorama. Mi tío Carlos, tan tranquilo y al mismo tiempo tan contento. Mi tío Jose Mª siempre estaba con su sonrisa en la boca (no llego a recordar si le veía por Nochebuena o Navidad…). Mi madrina, osea, mi tía “Dolo” (qué haría yo sin mi madrina) de aquí para allá haciendo todos los recados que le mandaba mi abuela….Y después de un buen rato llegaba mi tio Julio, Era la salsa de la fiesta.Su sonrisa y sus voces llamando a mi abuela “Amparoooo” inundaban todo el salón…..Qué subidón teníamos cuando venía mi tío con mis primas.
Poco a poco iban llegando todos…..Mis recuerdos de la Nochebuena y Navidad se funden en uno solo porque realmente, para mí, era prácticamente lo mismo de pequeña ambos eran sinónimos de reunión familiar, alegría y los tigres de mi abuela. Eran otros tiempos, estábamos todos y nos reuníamos esos días. Luego, con los años, la alegría se convirtió en tristeza, al faltar mi tío Julio (….qué gran perdida¡¡¡……), mi abuelo, mi otro tío Julio. En fin, algunos, ley de vida, otros obstáculos que no queda más remedio que superarlos y hacerte más fuerte porque con los años las ausencias se han incrementado, y hoy es el día en que no puedo disfrutar de la Navidad ni con mis dos hermanas, ni con mi padre mi cuñado . Así que mamá esta receta va dedicada a ti, y a la abuela….porque a pesar de todos los que faltan, espero que te sepamos transmitir toda la alegría que en su día nos distéis. Tus nietas tienen mucho que disfrutar contigo, a pesar de las limitaciones¡¡ Así que esta va a ser nuestra receta….transmitida desde tu madre, hasta tus nietas. Esta es y será nuestra receta. Hoy puedo disfrutar con ellas preparándolos y saben que cuando comenzamos a prepararlos se acercan las fiestas. Hay que empezar a preparar la casa, el Belén, el árbol… y que pronto nos reuniremos. Y aunque todavía son pequeñas me ayudan en la gran tarea. Rellenan…(aunque a veces se llene mas su boca que la cucharilla para rellenar la concha) y rebozan……. Pronto llegará el día en que los elaboren ellas….y mientras llega ese momento, espero que cada año disfruten más de ese momento…..porque es “nuestro momentico”, relata Laura.
INGREDIENTES
- 1 kg de mejillones
- 120-130 gramos de harina
- 120-130 gramos de mantequilla o aceite de oliva (o mezcla de ambos)
- Un litro de leche entera (o casi)
- Tomate frito
- Un poco de cebolla picada
- Un poco de ajo picado
- Un poco de cayena si quieren hacerse picantes (para niños mejor sin cayena)
- Sal
-
Tiempo de preparación
-
Tiempo de cocción
-
Dificultad
-
Tipo de cocina
Preparación
-
Para comenzar, deben lavarse muy muy bien los mejillones.
-
Una vez lavados, se pondrá un puchero con agua caliente para abrirlos y que se cuezan un poquico.
-
Cuando hiervan, deberán cocerse aproximadamente 15 minutos. Luego deberemos colar y separar las conchas de los mejillones.
-
Picaremos bien la carne de los mejillones. Cuanto más menuda, mejor. (A los niños les gustan más cuando los trozos son chiquiticos) Una vez picado, reservamos.
-
En una sartén rehogaremos el ajo y la cebolla, y echaremos el tomate frito. En este momento, si quisiéramos, echaríamos la cayena si queremos que los tigres piquen un poquico.
-
Con una cucharilla iremos echando a las conchas de los mejillones el tomate. Luego, calentaremos en una sartén la mantequilla y/o aceite de oliva. La razón por la cual hay que poner tanta cantidad de aceite/grasa como de harina, es porque en ella debemos rehogar la harina, y si no tenemos suficiente grasa, no podremos hacer que se deshaga bien, y quedarían grumos.
-
Una vez que hemos rehogado toda la harina, echaremos la leche CALIENTE (TRUCO MUY IMPORTANTE) poco a poco, y removiendo.
-
Bajaremos el fuego para que no se pegue la bechamel, y así en ese momento en que está comenzando a espesar, podremos echar los mejillones picados y la sal.
-
Seguiremos removiendo y echando la leche hasta ver que tiene la consistencia adecuada. Normalmente no echo el litro entero….Cuando veáis que está espesa, y le cuesta caer de la cuchara, esa será la consistencia perfecta.
-
Cogeremos nuevamente una cucharilla para rellenar los tigres. Cuando los hayamos rellenado, será el momento de dejarlos enfriar. Mejor si los dejamos un día entero.
-
Una vez transcurrido el día, o al menos unas horas si no es posible, pasaremos los tigres por harina, huevo y pan rallado.
-
Los freiremos en abundante aceite caliente……y los tendremos listos para saborear.